Categoría: Opinión

Opinión sobre temas relacionados con la educación.

  • La lucha por los libros de texto gratuitos inició desde 1960

    La lucha por los libros de texto gratuitos inició desde 1960

    Los procesos de cambio a los planes y programas de estudio y a los libros de texto gratuitos nunca son neutrales y, como lo menciona Pinar (2019), se convierte en una “conversación complicada” por los grupos diversos que participan en su elaboración o que quieren influirla. Sin embargo, hay que señalar nuevamente que estos procesos nunca son neutrales, ni ingenuos de parte de todos los participantes. He tenido la oportunidad de ser testigo de esto a través de varias de las reformas educativas desarrolladas en México desde que se instauró el Plan de Once Años durante la presidencia de López Mateos. Primero como estudiante de educación primaria pude vivir y conocer las reformas de López Mateos y la de Luis Echeverría. Como docente de primaria, desde 1981, trabajé con las reformas de Echeverría, la mini reforma de De la Madrid, y la de Salinas de Gortari. Dejé de trabajar en educación primaria y normal en 2003, cuando se estaban iniciando los cambios educativos en la administración de Fox.

    Los ataques recientes sobre los libros de textos gratuitos que se elaboraron para este ciclo escolar y la nueva propuesta curricular, hacen necesario que tangamos que revisar la historia de las reformas a los planes y programas y de los libros de texto gratuitos, porque, como lo expresó el filósofo Santayana (1905), quienes no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo y, desafortunadamente, estamos repitiendo el pasado.

    Como ejemplo de esto recordemos que cuando se implementó el Plan de Once Años, fue la primera vez que se elaboraron y distribuyeron libros de texto gratuitos de manera sistemática. Los planes y programas de estudio se habían aprobado en 1957 y sobre ellos se diseñarían los libros de texto. A través de un decreto, en 1959 se estableció la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CNLTG), y esto fue fundamental para que se comenzaran a elaboraran los libros de texto en 1960. Los libros gratuitos ofrecieron la oportunidad a miles de estudiantes de las clases pobres y menos favorecidas a que tuvieran acceso a materiales educativos adecuados a los planes y programas sin tener que realizar pago alguno.

    Los conflictos iniciaron cuando la SEP estableció que los libros de texto, además de ser gratuitos, eran obligatorios. Entre los grupos que se organizaron para emprender el ataque a los libros de texto gratuitos y obligatorios se encontraban la iniciativa privada, la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), grupos de maestros inconformes, las escuelas particulares y, desde luego, no podía faltar la iglesia católica. Lorenza Villa Lever (1988) describe excelentemente los detalles de estos ataques. La SEP prohibió que en las escuelas públicas se vendieran libros diferentes a los de texto, que era una práctica normal en las escuelas. Villa Lever (1988) señala que desde que se inició la distribución de los libros de texto, en algunas escuelas se les dijo a los padres de familia que no esos libros no servían y les daban la lista de los libros que sí servían y que debían comprar. Este negocio para las editoriales y las escuelas se terminó porque la SEP informó que se aplicarían sanciones a quienes hicieran eso.

    Inmediatamente la Unión Nacional de Padres de Familia atacó a la SEP con un desplegado en el que acusó al Secretario de Educación de no respetar el derecho natural e inalienable de los padres de decidir sobre la educación de sus hijos. De la misma manera, dijeron que las mentes de los niños estarían a merced de la influencia ideológica y política de los Secretarios de Educación. Tener libros obligatorios, decía la UNPF, es ser como la Alemania nazi de Hitler, la Rusia Soviética, la Italia Fascista, o la Argentina Peronista. (¿Alguna coincidencia con los discursos que se están usando actualmente?). Se argumentaba que tener un libro obligatorio implicaba enseñar una “verdad única”, la de la SEP, que iba, por consecuencia, a limitar los aprendizajes de los niños (Villa Lever, 1988).

    El Partido Acción Nacional tildaba las acciones de la SEP como comunistas y contrarios a la fe cristiana. Pedían que no hubiera influencia alguna de los que ellos llamaron apátridas: Lombardo Toledano y Lázaro Cárdenas, que junto a sus seguidores querían entregar los intereses de la nación a Moscú. Los empresarios de Monterrey convocaron a una marcha donde casualmente las empresas dieron el día libre a los trabajadores, a fin de que apoyaran la resistencia a la implementación de la ideología marxista que promovía la SEP (Villa Lever, 1988).

    La iglesia no se quedó atrás, llamó a los padres de familia a que participaran en asociaciones de padres de familia para que vigilaran la educación que se impartía en las escuelas. Así mismo, acusaban que las escuelas iban a descristianizar a los estudiantes a través de la promoción de programas orientados hacia el socialismo. Resulta interesante señalar que estos grupos opositores estaban siguiendo intereses particulares muy específicos con esas protestas.

    Tanto la SEP como el presidente López Mateos defendieron la reforma y posteriormente la maquinaria del estado también entró en acción con movilizaciones de apoyo de la CNOP y la CTM. Sin embargo, también hubo apoyo auténtico de padres de familia y maestros que valoraban los libros de texto gratuitos que a través de cartas y telegramas pedían su defensa (Villa Lever, 1988). La SEP y el presidente no claudicaron ante las presiones de esos grupos opositores. Es importante señalar que las declaraciones que expresaban los opositores para infundir miedo a la población no eran ciertas: no nos hicimos comunistas en la primaria y una gran parte de la población, entre los que me incluyo personalmente, accedimos a una educación que sí fue gratuita. No debemos olvidar que el uso de las palabras comunista o marxista generó una horrible tragedia en un poblado del estado de Puebla, San Miguel Canoa en 1968.

    Las mentiras que se están usando actualmente son muy similares a las de aquel tiempo. Las denomino mentiras porque no tienen fundamento, no tienen una investigación seria tras de ellas, y buscan manipular a la población infundiendo miedo en las familias. El comentarista del noticiero de TV Azteca, Alatorre, informó que los libros de texto gratuitos contenían un virus que se pensaba que estaba erradicado, el virus del comunismo y que eso era un problema muy serio. Dijo que era una conspiración de “comunistas trasnochados” citando a Marx Arriaga, actual director de materiales educativos de la SEP, y que además le dio empleo en esta reforma a un funcionario de Maduro, de Venezuela. Era la pieza de terror que faltaba, ligar a Maduro y Venezuela porque son lo peor del comunismo en este discurso de ataque. Venezuela, Maduro e incluso Chávez también fueron usados falsamente para justificar la derrota del Trump en los Estados Unidos y desprestigiar al nuevo presidente. Suenan muy similar estos comentarios a las ideas que se expresaron en 1960 sobre los apátridas de Lombardo Toledano y Lázaro Cárdenas, así como a la orientación socialista y marxista que iba a entregar los intereses nacionales a Moscú. ¿Alguna coincidencia?

    Los estados de Guanajuato y Chihuahua están usando recursos legales, amparos, para no distribuir los libros de texto en las escuelas para el inicio del ciclo escolar que inicia finales del presente mes. El comité directivo estatal del PAN de Chihuahua elaboró posters diciendo que los Gobiernos del PAN defienden a la niñez, seguramente los van a defender dejándolos sin libros de texto en las escuelas. Señalan errores en los libros porque no cuentan la verdad que ellos quieren imponer. El periódico “El Heraldo” de Chihuahua del jueves 3 de agosto encabeza una nota de manera llamativa: “Cierran filas ante libros de texto; sectores claves se oponen a la distribución del material”. Esos denominados “sectores claves” que menciona la nota periodística son la iniciativa privada, la asociación Sí por México, y el Episcopado Mexicano. Una gran similitud con los sectores que participaron en el ataque a los libros de texto de 1960. Los mismos argumentos, las mismas frases para infundir miedo a la población.

    Estamos repitiendo la misma historia. Los libros de texto gratuitos de 1960 no entregaron el país a Moscú, no nos volvieron comunistas o marxistas a los y las niñas, ni nos descristianizaron. Hay intereses de grupo de por medio que no son los de la mayoría de la población. Esta disputa por los libros de texto es parte de la disputa por la nación, y no es neutral ni por parte de la SEP ni por parte de los grupos opositores. Creo que nosotros debemos preguntarnos en medio de esta disputa, ¿qué tipo de país queremos a futuro como sociedad, el que sigue las versiones educativas neoliberales que los organismos internacionales imponen, o queremos un país que sea más justo para la mayoría de la población iniciando con el respeto de grupos (las mujeres, la población LGTBQ+, los nativos mexicanos, entre otros) que han sido históricamente oprimidos, aunque esta palabra no les guste a los grupos opositores?

    Pinar, W. F. (2019). What is curriculum theory? 3a edición. Routledge.

    Santayana, G. (1905). The Life of Reason, Introduction and Reason in Common. Charles Scribner’s Sons

    Villa Lever. L. (1988). Los libros de texto gratuitos. La disputa por la educación de México. Universidad de Guadalajara.

  • Las paginitas de Matemáticas en los nuevos libros de texto

    Las paginitas de Matemáticas en los nuevos libros de texto

    En un video difundido a través de sus redes sociales, el excandidato presidencial, Ricardo Anaya, aseveró con evidente enojo e indignación que en los próximos libros de texto gratuito del nivel primaria hay un profundo desprecio por las Matemáticas: sólo hay 13 “paginitas” para esta asignatura en el material titulado Nuestros saberes (la imagen presentada en el video hace suponer que se refiere al texto de primer grado).
    Acusaciones como las anteriores, en torno al supuesto debilitamiento de las matemáticas, parece que se sostienen en una lógica muy endeble: si los contenidos no se observan, explícitamente, en los libros de texto, entonces no existen. Así pues, el interés por las Matemáticas habría de medirse en función de la cantidad de páginas de un libro de texto. Supone este limitado planteamiento que todas las experiencias de aprendizaje en las aulas y sus contenidos tienen que pasar necesariamente por los libros de texto, como si fuera el único recurso didáctico del que se dispone y como si las actividades que se proponen fueran un manual que, cual operadores, deben seguir maestros y alumnos.

    ¿Por qué buscar en el libro de texto y no en los programas de estudio el supuesto déficit de contenidos? ¿Por qué esperar que sea el libro de texto el que marque los propósitos en relación a esta asignatura y cada actividad que se realice al respecto?

    Con los nuevos programas de estudio, el horizonte de logros matemáticos en la educación primaria prácticamente sigue siendo el mismo que hasta hoy. No hay un retroceso. Lo anterior se constata al revisar los aprendizajes esperados (programa 2018) y los procesos de desarrollo de aprendizaje (versión preliminar del programa 2022) del último grado de primaria. Por ejemplo, en relación al estudio de números, seguirán leyendo, escribiendo y ordenando números naturales de más de nueve cifras. En cuanto a análisis de datos continuarán leyendo e interpretando gráficas circulares, además de determinar la moda, la media aritmética y el rango. Sobre proporcionalidad, se sigue esperando que los niños comparen razones y resuelvan problemas de cálculo de porcentajes. Y así, en los otros ejes y temas matemáticos, las similitudes son inmensamente superiores a las diferencias respecto a lo que se quiere alcanzar en éstos y en los próximos programas de estudio.

    En algunas críticas se ha llegado a afirmar que en primer grado de primaria hay una disminución del 90% en los contenidos de Matemáticas. Aunque es necesario precisar que contenido y aprendizaje no significan lo mismo, es posible observar que los siete aprendizajes esperados generales del plan de estudios vigente para este grado escolar se trasladan, no textualmente pero sí esencialmente, a los procesos de desarrollo de aprendizaje de la versión preliminar del programa 2022. La similitud de los aprendizajes hace suponer que los contenidos también deberán estar en sintonía entre un programa y otro. Sin embargo, la escandalosa estimación pareciera contrastar el volumen -y no los contenidos- del libro utilizado hasta hoy, con las “paginitas” que se utilizarán en los próximos materiales. Queda la duda si esta confusión es involuntaria.

    Aunque los propósitos matemáticos prácticamente no tienen modificaciones, debe mejorarse la relación entre el listado de procesos de desarrollo de aprendizaje (enunciado en el programa de estudio) y el libro de consulta Nuestros Saberes. Fue imposible identificar en el material información referente a algunos aprendizajes a alcanzarse en sexto grado de primaria: los sistemas de numeración maya y romano, las características del cilindro y el cono, los planos y el cálculo de perímetros de polígonos y el círculo. Si bien los libros de texto de Matemáticas llevados hasta hoy estaban mayormente enfocados en la resolución de problemas y no en la consulta de, la falta de información señalada ejemplifica el desequilibrio del texto mencionado.

    Debe mencionarse el riesgo que existe de que la ausencia de un libro específico para Matemáticas pueda desencadenar dificultades en cuanto a la graduación y articulación de los contenidos. Los maestros, al no tener un referente prefabricado, tendrán que hacerlo por cuenta propia. Para evitar que el riesgo se concrete y se caiga en una selección aleatoria e irreflexiva de contenidos, resultará indispensable conocer detalladamente la progresión de los aprendizajes matemáticos a través del nivel, para así no extraviarse en el largo trayecto educativo. En ese sentido, los profesores tendrán que consultar ya no al libro de texto, sino a los programas de estudio. No es algo desconocido para algunos docentes: ya aligeran, posponen, complementan o refuerzan los contenidos de su clase.

    Desde luego que el nuevo libro de texto implicará retos importantes para el magisterio, específicamente en Matemáticas, donde se le deberá dejar de considerar como referente central de la actividad pedagógica. Ya no habrá que esperar de ellos ejercicios específicos, tema a tema, por lo que éstos deberán ser diseñados y/o seleccionados por los docentes. Asimismo, los profesores deberán cuidar que metodologías situadas, como las prevalecientes en los nuevos textos, no impidan secuencias de aprendizaje específicas de ciertos contenidos, necesarias sobre todo en los de naturaleza como la matemática. Tareas como las anteriores implicarán, sin duda, un mayor ejercicio de la autonomía profesional.

    No obstante el desafío, que implicará un gran cambio para muchos docentes, debe tenerse presente que la carga de aprendizajes matemáticos sigue siendo prácticamente la misma respecto al plan vigente, aun cuando ésta no se refleje explícitamente en los libros de texto, con sus ejercicios específicos, como se acostumbró por décadas. El camino hacia esas metas ha cambiado y, entre esos cambios, se encuentra el papel del libro de texto. No extraña que un candidato presidencial, con probables escasos conocimientos de didáctica, cometa desatinos tales como equiparar la cantidad de “paginitas” o lecciones de un libro con la importancia que se le da a una asignatura. Extraña que esta conclusión, de una construcción tan escueta, sea asumida también por quienes el debate público ha denominado expertos educativos


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  • El “virus comunista” y sus efectos en el carácter social de México

    El “virus comunista” y sus efectos en el carácter social de México

    Un presentador mexicano alerta sobre el peligro del “virus comunista”, en cadena de televisión nacional se inició una férrea campaña en contra de los libros de texto gratuitos elaborados por el gobierno de la cuarta transformación. Un virus que representa un gran “peligro” para el país porque fomentan una ideología comunista, que ante todo, la misma Secretaría de Educación Pública busca imponer a las niñas, niños y adolescentes de México, dicen en ese canal de señal abierta llamado TV Azteca, “es inminente el arribo comunista el cual ha llegado ya a México, esto ante una conspiración planeada y fraguada por comunistas “trasnochados”, donde los manuales que se van a utilizar por parte de los maestros para la educación de las niñas y nuestros niños están en contra de la libertad y que buscan convertirlos en esclavos sumisos y una dictadura comunista agregó, este reportero Javier Alatorre criticó particularmente al director general de materiales educativos de la Secretaría de Educación Pública Marx Arriaga a quien lo llamó con el seudónimo el “ Carlos Marx mexicano” en un intento de vincularlo con el filósofo alemán.

    Y efectivamente ha llegado la antropofosía educativa de metodologías progresistas, una nueva escuela mexicana con expresión de pensamiento revolucionario de las conciencias de clases, sustentada en el humanismo mexicano, que va ante todo a fomentar los principios de carácter a nuestra escolaridad de manera profunda.

    Pero para partir de ello, primero, es común saber que toda escuela establece siempre la existencia de una doctrina y una práctica diferenciadora que valora y respeta la individualidad de cada uno de nuestros niños. El gran pedagogo belga Ovide Decroly afirmaba que a pesar de que se establece el carácter social de la educación o del sistema educativo, un niño no es igual a otro, un maestro no es igual a otro, un padre de familia no es igual a otro, y ni siquiera, agregaría desde mi aporte personal, que una escuela de un turno matutino no es la misma en ningún aspecto a una escuela de un turno vespertino aun perteneciendo a la misma localía en el mismo inmueble escolar. Esto existe en las mismas familias donde los hijos son todos diferentes y están formados en el mismo medio natural. Estos preceptos, han sido fundados desde las teorías del psicoanálisis de Sigmund Freud, desde estudios recientes de teorías de personalidad y conclusiones de la psicotecnia aplicadas en la educación.

    Parte de este currículo deliberativo y no esclerosado, hoy llamado programa analítico de la nueva escuela mexicana, se sustenta el carácter social de la educación en este país, desde que da voz a los acallados, toma en cuenta los diferentes contextos, lo situado, lo verdaderamente real, etc. Esbozado también desde la experiencia individual y colectiva de los docentes, desde la gestión escolar asertiva en generar los ambientes áulicos y las condiciones de considerar en cada clase la “ecología de saberes”. Acorde siempre, al trabajo profesional de su planificación nutrida por el “diseño creativo” del docente-dicente en una praxis reflexiva de nivel profundo y elevado de metacognición, que tendrá como objetivo atender inmediatamente con proyectos humanistas, científicos y comunitarios los problemas del contexto con significado colectivo y transformador de su propia realidad.

    Se parte desde “lo común”, de lo dialógico, de la libertad de cátedra y el ejercicio pleno de la democracia participativa escolar. Es decir, en la nueva escuela mexicana, los maestros han de tener siempre en cuenta lo que existe de diferente, de particular, de personal en cada uno de los alumnos, en donde lo social es el carácter dominante de la educación del siglo XXI para la supervivencia humana y planetaria, y que es imperativo actuar leyendo la realidad de su contexto y tener en cuenta lo diferencial o individual de cada niño, e incluso el nuevo concepto de disciplina que hoy está en crisis y que se sustenta en la afirmación de que la escuela es una comunidad de trabajo que se exige para el desarrollo tener en cuenta la realidad de cada niño con una herencia social, peculiar, procedente de un núcleo de familia muy distinta a la que conocíamos en el siglo XX, al igual que todo ha cambiado, desde la economía, lo social, lo culturar, lo político, etcétera, que no permitan el uso de criterios uniformes y estandarizados para el tratamiento y educación, la individualización es pues el principio que se basa en razonar y generar fundamentos científicos.

    Pero la nueva escuela mexicana, pone en alto el carácter de lo social en el trabajo comunitario que es lo elemental y lo básico para acomodar la vida de la escuela a la realidad en que se desarrolla, y de la que proceden junto y planetariamente los problemas determinantes de nuestros tiempos, los cuales tienen ese carácter, así como los del siglo XX tenían un esencial carácter político que hoy se agrega como un nuevo paradigma del humanismo educativo mexicano, hoy las ideas progresistas de Kerschenteiner, Rudolf Steiner, Natorp, José Martí,  María Montessori, John Dewey, Ferriere, Paulo Freire, Simón Rodríguez, Gabriela Mistral, José Vasconcelos y el propio de Ovide Decroly, entre otros, han ejercido una influencia decisiva en la organización y el trabajo de la escuela activa actual hasta constituir las bases de su fisonomía.

    Una simple enumeración de actividades, medios, instrumentos, técnicas, estrategias, metodologías activas sociocríticas dominantes en la educación actual, bastarán para justificar el “virus comunista”, más que necesario en su carácter social y de transformación latente en las escuelas mexicanas. Una nueva “pandemia” a manera de metodología buscará descolonizar de la educación la domesticación de mentes y voluntades cosificadas durante décadas de una monocultura positivista individualista, obediente y opresora. Es el gran momento donde la educación de este país enseñará a pensar y no a obedecer, una pedagogía popular emancipadora “donde nadie educa a nadie, nadie se educará por sí solo, todos nos educaremos mediatizados por el mundo” decía el gran pedagogo brasileño Paulo Freire, una escuela donde no haya jerarquías, el espacio propicio donde se dé el trabajo de equipo o grupos donde todos ganen y participen dinámicamente en asociaciones infantiles y escolares, donde se afiancen los principios de autonomía (autogobierno) de los padres de familia con programas de asignación directa con recursos económicos para su propia infraestructura y mantenimiento escolar establecidos en los programas federales como el programa (LEEN) “La escuela es nuestra”. Además del fortalecimiento y promoción de las sociedades de padres y amigos de la escuela, las cooperativas escolares, fomento a las tertulias de clubes literarios comunitarios para promover la lectura crítica, actividades de excursión, la radio de los medios escolares, el huerto escolar, la parcela, las comunidades de niños y maestros aprendiendo, la trascendencia dada hoy a la educación cívica, moral, y ética, las prácticas de una escuela productiva sustentable, la cultura de frugalidad financiera, la sustentabilidad en proyectos, la inclusión, el respeto al medio ambiente, la vida saludable, la educación estética, la equidad, la igualdad, la interculturalidad crítica, la instalación de talleres, laboratorios, granjas, campos agrícolas, y ante todo el despertar de un pensamiento crítico y pedagógico, etc.

    Sin duda el “virus comunista” (sarcasmo) es una gran experiencia que pondrá a prueba ese carácter esencialmente social-humanista que se considera universalmente no solo como el más valioso de una escuela, sino como indispensable para cumplir la misión básica de una educación planetaria de nuestros tiempos en el mundo.

  • Discurso detrás de crítica

    Discurso detrás de crítica

    Que “quitaron las matemáticas” de los libros de texto, se lamentan los intelectuales coloniales.

    Supongamos, por un momento, que sus delirios apocalípticos son ciertos y que “quitaron las matemáticas de los libros”, como ustedes dicen. Pienso que se les escapan un par de asuntos muy importantes: ¿Qué no habrá un maestro o maestra formado en una licenciatura con capacidad de construir una clase a partir de orientaciones y acompañamientos pedagógicos con las y los estudiantes entendiendo el enfoque de las matemáticas? ¿O ya mejor dejamos el libro en el escritorio y que de ahí aprendan los niños y las niñas?

    Hay, al menos, dos formas de entender el libro de texto: como un insumo para potenciar aprendizajes, y como el “aprendizaje en sí mismo”. La primera, es la forma creativa de utilizar cualquier material. La segunda, es la forma dogmática, cuasireligiosa, de creer que lo que está en el libro es lo que hay que aprender como único conocimiento válido e incuestionable; la receta que hay que seguir. La primera, puede promover el pensamiento crítico, la segunda, la siguen hasta las máquinas. Y nosotrxs no somos máquinas.

    Detrás de sus críticas, está su dogma y además el desprecio por la profesión docente; por una parte, creen que el libro es la fuente de conocimiento y es la educación “en sí mismo” y, por otra, no le conceden la más mínima oportunidad a las y los maestros para preparar y construir una clase.

    Pero a esos intelectuales coloniales les decimos que no se preocupen, aquí les va un poco de dosis de realidad. Los libros de texto, que fueron elaborados por compañeros y compañeras, especialistas y que ahora no estuvieron a cargo de empresas editoriales internacionales que hacían un negociazo con el dinero el pueblo, están pensados para ser orientaciones en la construcción de proyectos. ¿Proyectos para qué? -se preguntarán- Para resolver problemas reales (para eso es la educación ¿no?). Y en los problemas reales, mucho se usa la lógica, las herramientas y habilidades de comunicación, la matemática, el bien común, la historia, etc. Así que no desaparece nada, al contrario, todas esas disciplinas e intenciones están pensadas para la realidad.

    Así que no gasten tanto lamento en esto. Sólo nos demuestran lo que ya sabíamos: en su mayoría, son ustedes los damnificados del presupuesto económico que otros gobiernos utilizaban para comprar sus “sesudos análisis” y sus cursos y materiales educativos.

    En fin, la hipocresía.

  • Los nuevos Libros de Texto Gratuitos: un gran avance

    Los nuevos Libros de Texto Gratuitos: un gran avance

    Seguro estoy que el título que le di a esta serie de ideas propiciará las más diversas reacciones, sobre todo, en las redes sociales, y no sería para menos; los últimos días han estado bastante acalorados, dado el incesante “debate” generado a partir de la distribución de los nuevos Libros de Texto Gratuitos (LTG) que serán empleados, por miles de estudiantes, maestros y padres de familia en el próximo ciclo escolar (2023-2024), en los cientos de escuelas esparcidas a lo largo y ancho de la República Mexicana.

    Un tema que, como he dicho, ha dado mucho que hablar los últimos días, a veces sin fundamento y sin conocimiento de causa, pero de que buena parte de la sociedad está hablando de ello, sin duda, es algo cierto; y es este diálogo lo que me parece que hay que rescatar en todo este embrollo, más allá de los posibles errores que pudieran tener los libros de textos actuales porque, curiosamente, a muchos se nos olvida que, en el sexenio pasado, se encontraron en los libros de texto que fueron elaborados por quién sabe quién diversos errores de edición, uso inadecuado del idioma, varios pero varios “detalles” de sintaxis o de fechas, nombres e interpretación de sucesos históricos; entonces ¿por qué hoy día nos escandalizamos y hasta satanizamos los nuevos LTG próximos a emplearse? Es claro que la respuesta pasa por la lucha encarnizada por el control de la educación que, desde que inició este gobierno en 2018, no ha menguado; es obvio, ciertos sectores de la sociedad, empresarial y de la academia fueron desplazados con el llegada del régimen lopezobradorista y, al perder la serie de privilegios que los gobiernos azules y tricolores les habían otorgado, su reacción no pudo ser diferente a la que estamos viendo, leyendo o escuchando en estos días; o también ¿ya se nos olvidaron las cantidades millonarias que se embolsaban ciertas editoriales y personajes que, por un tiempo estuvieron en la Secretaría de Educación Pública (SEP) y después encontraron, curiosamente, empleo en esas editoriales?

    Ya lo había dicho en mi entrega anterior, hay quienes vienen haciendo un análisis de los nuevos LTG bastante enriquecedor, porque ofrecen una mirada diferente a partir de su experiencia o conocimiento disciplinar dada su trayectoria académica, profesional y laboral, asunto que desde luego se agradece; sin embargo, también han surgido aquellos “analistas” que, de la noche a la mañana sea han convertido en “especialistas educativos” mientras se placean en una Cámara de Diputados, Senadores o en algunos Centros de Investigación, claro, sin olvidar los que sin el menor conocimiento del medio educativo “comunican” unidireccionalmente su visión a través de un aparato televisivo, me refiero, particularmente, a esa empresa que de Azteca no tiene nada. En fin. Reitero: qué bueno que se esté hablando sobre este tema tan importante en el ámbito educativo; quedará en nosotros, como seres pensantes, dilucidar estos tipos de “análisis” y de “analistas” para preguntar, indagar, conocer, reflexionar y comprender lo que en este momento estamos viviendo.

    Ahora bien, por qué pienso que estos nuevos LTG establecen un avance importante en el marco de la próxima implementación de un Plan de Estudios. Como ya lo he señalado en diferentes artículos que he escrito al respecto, considero, en primer lugar, que en su construcción participaron maestras y maestros de toda la República Mexicana; maestras y maestros que, de acuerdo a su experiencia o conocimiento dada su formación y/o trayectoria académica, profesional y laboral, fueron participes en este proceso. Es curioso que hoy se exija transparencia de la construcción de estos materiales cuando, en otros tiempos, nunca se conocía quiénes participaban y elaboraban los libros que llegaban en las aulas. No, no estoy diciendo que no deba haber transparencia en los procesos, lo que pienso es que todos los gobiernos, de ayer y hoy, deberían de hacer pública esta información para que toda la sociedad conozca quiénes fueron los autores, qué empresas y/o editoriales participaban, cuántos recursos se erogaban para el pago a “especialistas”, etcétera; creo, insisto, la sociedad mexicana lo merece y, tal vez, ello podría llevarnos a entender por qué hoy la disputa está a tambor batiente.

    Regresando al tema que me ocupa, un primer aspecto que, desde mi perspectiva fue favorable, porque evidencia ese gran avance, fue la participación del profesorado mexicano a partir de una convocatoria; profesorado que, hay que decirlo – aunque a muchos grandes académicos o investigadores les enfade – son expertos dada la labor diaria que realizan en las aulas escolares como profesionales de la educación.

    Aquí hago un paréntesis para comentar una simple y llana suposición: he notado que varios especialistas vienen señalando una diversidad de errores que, desde su perspectiva, aparecen en los nuevos LTG, sin embargo, también he observado que esos mismos especialistas ofrecen cursos, conferencias, talleres, etcétera sobre los LTG, el trabajo por proyectos, el Programa Analítico o el Sintético: ¿acaso harán énfasis en esos supuestos errores para vender la necesidad de tomar un curso, conferencia o taller que más tarde ofrecen a través de sus diversos canales de comunicación? Repito, es una simple y llana suposición. Espero equivocarme.

    Ahora sí, un segundo momento por el que los considero un avance, tiene que ver con el tratamiento de varios temas en estos nuevos LTG; pondré de ejemplo dos que causaron mucha polémica en los medios de comunicación y en las redes sociales; el primero es el cambio de nombre de la conocida “Noche triste” a la “Noche de la victoria” contenido en el libro de 5º Múltiples Lenguajes (p. 192). El segundo, la lectura “Los niños me’phàà” que aparece en el libro de 1º Múltiples Lenguajes (p. 132).

    En el primer caso, me gustaría comenzar formulando algunas interrogantes ¿quién determinó que la noche en la que Hernán Cortés lloró su derrota debía ser llamada Noche triste y no Noche de la victoria, Noche del triunfo, Noche de la esperanza, etcétera?, ¿por qué un acontecimiento no podría ser visto y abordado desde otra perspectiva que no sea la que se ha escrito o contado en algún momento?; vaya ¿quién escribió esa historia, desde dónde escribió y porqué se contó, narró o describió de esa manera y no de otra?, ¿acaso solo existe una historia y no otra? En fin, ¿no sería fundamental que la escuela propiciara este tipo de cuestionamientos en lugar de aprenderse o memorizar datos y nombres de eventos que han sido contados, narrados o escritos por alguien más para ser respondidos en un examen estandarizado?, ¿no sería papel de la escuela fomentar la duda y la consecuente indagación de ideas para formular un conocimiento y probable juicio sobre un suceso?, ¿cuál sería el papel del LTG, del maestro, del alumno y del padre de familia en la escuela y en el hogar?

    Sobre el segundo tema, el de la lectura del texto “Los niños me’phàà” me parece que, en un México tan pluricultural como el nuestro, la diversidad de culturas, costumbres, tradiciones, lenguas, etcétera son una realidad más que evidente, así como ha sido y es evidente la exclusión, discriminación y racismo de las que han sido objeto ciertos sectores de la población “invisibles” y que solo han sido “visibles” porque, por ejemplo, a alguien se le ocurrió denominar a ciertos pueblos (con su gente) como “Pueblos mágicos”. ¿No sería fundamental propiciar en la escuela su reconocimiento a partir de su origen, identidad, grupo étnico, estructura social, entre otros?, ¿por qué no pensar y considerar que, por ejemplo, existen innumerables situaciones “invisibles” que viven cotidianamente los niños de comunidades indígenas que los discriminan o excluyen en sus propios territorios o espacios geográficos?, ¿por qué no pensar que las realidades en muchas comunidades nos muestran formas de comunicación diversas que refieren la existencia de palabras como “indio” que son empleadas sin la conciencia plena de una connotación peyorativa?, ¿acaso no se ha estado en una escuela y se ha escuchado la infinidad de formas en las que se comunican los niños producto de lo que ven en casa, en la calle, en las redes sociales o en la televisión?, ¿acaso se pensará que, por ejemplo, las comunidades indígenas solo existen en los medios de comunicación y no en la vida real del México real? Entonces, ¿por qué nos espantamos y escandalizamos por una lectura que fue publicada por la SEP en 2014 como parte de un compendio de cuentos denominado Sembrando semillas?, ¿acaso seguimos con la idea de la existencia (e imposición) de una monocultura en un México tan diverso como el nuestro?

    Y bueno, de nueva cuenta, pienso que el papel de los LTG, de los docentes, de lo niños y padres de familia reviste importancia en este proceso; por mi parte, considero que este tipo de lecturas, además de llevarnos a reconocer la existencia de otros en nosotros mismos, podría propiciar diálogos enriquecedores con los niños, ya sea a través de un proyecto, tal vez la creación de un libro artesanal o bien un programa de radio porque, finalmente, esa es la apuesta de la Nueva Escuela Mexicana cuando se plantea trabajar por proyectos a partir de contextualizar los contenidos de los Programas Sintéticos y plasmarlos en los Programas Analíticos.

    Dicho lo anterior, otra vez me pregunto: ¿por qué nos escandalizamos por la incorporación de diferentes tipos de familias en los nuevos LTG si, como sabemos, legalmente ya están constituidas y forman parte de nuestro amplio y complejo espectro social?, ¿por qué nos espantamos y escandalizamos por la incorporación de temas relacionados con la sexualidad si, como se sabe, ya sea en la escuela, con los amigos, en los clubes o en cualquier espacio los estudiantes hablan de sexualidad en el más amplio sentido de la palabra?, ¿acaso se pensará que los niños, niñas y adolescentes no tendrán dudas sobre este y otros temas?, ¿no acaso los padres de familia tienen una responsabilidad en este rubro y los docentes la refuerzan o enriquecen?, ¿acaso se piensa que solo hay una forma de abordar este tipo de temas o el de las matemáticas que tanto se han comentado en estos días?, ¿tendría que seguirse una sola tradición o enfoque para el abordaje de los contenidos?, ¿qué nos dice la didáctica al respecto? En fin.

    No, con todo lo anterior – tal y como lo he dicho en reiterados artículos –, no defiendo a ultranza al gobierno lopezobradorista, mucho menos a quien encabeza la Secretaría de Educación Pública ni a la Dirección de Materiales Educativos. Pienso que la crítica que he establecido en dichos artículos no se limita a eso, lo cual me lleva a señalar, tal y como también lo he escrito en otros momentos, que los nuevos LTG pueden ser mejorados o corregidos, según sea el caso, pero también a reconocer que en estos materiales observo un gran avance que era harto necesario porque, indiscutiblemente, la mal llamada “calidad” educativa, que tanto se encargaron de impulsar gobiernos azules y tricolores, nada más no dio los resultados esperados.

    Yo sí celebró que con estos materiales inicie el ciclo escolar 2023-2024 porque, al fin de cuentas, de los dimes y diretes, de los argumentos y contrargumentos, la maestra y el maestro, de manera conjunta con sus alumnos, valorarán su pertinencia o uso al interior de las aulas escolares. Eso, por donde quiera que se mire, se liga a un concepto que no les gusta mucho a quienes apoyan los planes de estudios prescriptivos, me refiero al de la autonomía; esperaría que el magisterio mexicano hiciera suya esa autonomía para defender estos LTG porque, al final del día, la labor de la maestra y maestro, no puede estar supeditada a un texto; su labor, como se sabe, porque les consta, va más allá de ello.

    Es cuanto.

  • Los libros de texto, la discusión…

    Los libros de texto, la discusión…

    La educación, ese faro luminoso que guía a las naciones hacia el progreso, ha sido objeto de múltiples transformaciones en México. Los libros de texto gratuitos de la SEP no son la excepción y, recientemente, han sido motivo de debate y crítica. ¿El motivo? Un cambio de enfoque y perspectiva pedagógica que rompe con décadas de tradición educativa neoliberal.

    Durante años, los planes y programas educativos adoptaron un carácter enciclopédico, a menudo desconectado del contexto real y cotidiano del estudiante. Esta aproximación, en lugar de fomentar el aprendizaje crítico y contextualizado, promovía la memorización y repetición de contenidos, haciendo eco de libros de texto que delineaban, paso a paso, cómo se debía enseñar, como si todos los estudiantes fueran homogéneos y compartieran las mismas realidades y necesidades.

    Pero, ¿quién llevaba la carga de estos resultados? Lamentablemente, el magisterio. Sin voz ni voto en las decisiones, los maestros eran señalados como los principales responsables de los fallos educativos. Sin embargo, la verdadera evaluación y crítica debería haber recaído sobre un sistema que no permitía la adaptabilidad y el cambio.

    Hoy, con la introducción de la Nueva Escuela Mexicana, se busca reformar estos paradigmas. Esta propuesta intenta forjar una relación más colaborativa con el magisterio, otorgándole una voz activa en el proceso educativo. No obstante, se encuentra con resistencias, especialmente de aquellos que eran partidarios del sistema anterior.

    La crítica constructiva es esencial, pero es importante recordar que no se puede juzgar a un nuevo sistema por los errores del anterior. Es hora de centrarnos en el aprendizaje, de ponerlo en el corazón del sistema educativo y de valorar la indispensable labor del magisterio. Es necesario dar un giro hacia una educación que realmente prepare a las futuras generaciones para los desafíos del mañana.

    El cambio es inminente, pero es crucial que todos – maestros, padres, alumnos y sociedad en general – trabajemos juntos. La educación es un esfuerzo colectivo y, para que prospere, debemos valorar y escuchar a quienes están en el aula día tras día: nuestro querido magisterio. Porque en sus manos no sólo está el presente, sino también el futuro de nuestra nación. Porque la Educación es el camino…

  • Los libros de la discordia

    Los libros de la discordia

    El filósofo Fernando Buen Abad ha sido persistente en llamar la atención sobre la guerra semiótica que la derecha diseña desde los laboratorios de pensamiento fascista y neoliberal para instalar en la población narrativas y sentidos comunes que favorezcan el avance de los grupos ultraconservadores en el poder; sin embargo, también alerta de que existen pocas estrategias comunicacionales y discursivas de las izquierdas que la contrarresten de forma eficiente.

    El caso de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) es bastante ejemplificador. La alianza electoral, empresarial, de la sociedad civil corporativa, académica de la intelectualidad agorafóbica, medios de comunicación al servicio de la burguesía y los grupos confesionales de la derecha histórica, profascista y antiderechos humanos, recrudeció la guerra comunicacional a base de falsear y descontextualizar los libros de texto, movilizando las fobias y odios más irracionales de la mentalidad conservadora; pero también los que habitan en el radicalismo ortodoxo de la izquierda tradicional; los bombardeos de fake news contienen desinformaciones absurdas, tales como decir que las niñas y los niños se estarían formando para el comunismo y el marxismo.

    Sin embargo, esta campaña mediática y descomunal de la derecha se esparce con cierta facilidad sobre la población y un sector del magisterio confundido, incierto, desprovisto de información suficiente y de formación eficiente sobre los mecanismos de aterrizaje de la NEM, sus metodologías problematizadoras y de proyectos, planes y programas de estudio desconocidos hasta el momento, anclajes territoriales, y ejes fundamentales, que no son los que irresponsablemente le atribuyen algunos funcionarios de la Secretaría de Educación Pública con discursos radicales de las pedagogías de los movimientos sociales antisistémicos, que no corresponden a la realidad.

    Tanto en los libros de texto como en las metodologías sugeridas y discutidas en los consejos técnicos escolares oficiales, coexisten perspectivas progresistas del aprendizaje, historia, multiculturalismo, diversidad de género o derechos humanos con nociones de formación de capital humano, concepciones eurocéntricas de la tecnología o la cultura y propuestas metodológicas para el desarrollo de habilidades que promueven las empresas del capitalismo STEAM y del emprendimiento.

    A esto agregamos que un sector de la burocracia de mandos medios despedagogizado y mentalizado en décadas de instrumentación de las reformas neoliberales responde a estas carencias comunicacionales con dosis repetitivas de videos, manuales y documentos sin poder explicar casi nada, cuando lo que se está demandando con urgencia es la formación en una nueva cultura educativa promotora de cambios profundos a través de metodologías didácticas activas y pedagógicas basadas en la contextualización y problematización de aprendizajes; el ejercicio creativo de la autonomía curricular y el diálogo de conocimientos que antes fueron separados en materias disociadas de realidad y de unos saberes con otros.

    Ciertamente, es indiscutible el derecho de las niñas, niños y jóvenes de todas las geografías del país, y obligación del Estado, a garantizar que todos ellos cuenten con libros de texto gratuitos, elaborados desde el interés público y no privado, que contribuyan a enriquecer su cultura y formación humana; pero también es preocupante que las ausencias formativas y comunicacionales en el impulso hacia esta nueva cultura educativa de la NEM han orillado a que en los debates nacionales impere un reduccionismo libresco y enciclopédico.

    Colocar al libro de texto en el eje rector del proceso pedagógico, atribuyéndole cualidades metacognitivas y determinantes de la ciudadanía política, no como uno de varios recursos educativos, evade otros debates al margen del escenario político electoral en el que juegan el gobierno y su oposición conservadora. Si bien el libro de texto es pertinente, puede ser contextualizado, reconceptualizado, recreado, incluso parcialmente sustituido y/o complementado con otros materiales escritos, visuales, auditivos, táctiles, digitales, lúdicos o vivenciales acordes con los contextos regionales, comunitarios, globales y de las personas, siempre que esto contribuya a la dignidad humana.

    La verdadera coyuntura que se abre con la NEM no radica en la sustitución de unos libros por otros; más bien, en la oportunidad histórica que tienen las resistencias magisteriales de hacer valer la autonomía docente y continuar construyendo desde abajo, las educaciones populares y pedagogías críticas, cuyas experiencias regionales y comunitarias, así como sus materiales alternativos, fueron prohibidos y criminalizados en otro tiempo por el Estado.

    Para las educaciones tradicionales, convencionales, incluso para las pedagogías activas se abre una puerta con amplias posibilidades de revestir al maestro de su función pedagógica, situar el currículo con base en la realidad, emprender formas dinámicas de aprender y ser en la escuela, hacer valer sin prisas los tiempos y ritmos necesarios para el aprendizaje, cualificarlo antes que calificarlo, dialogar con el interés cognitivo de los estudiantes, incidir en el entorno inmediato de la comunidad, reconocerse como sujetos individuales y colectivos que producen saberes y conocimientos.

    Alentar un discurso radical que no corresponde con la NEM sólo avivará, innecesariamente, el fuego rabioso de los grupos ultraconservadores; habría que explicarla en su justa dimensión, con todos sus valiosos componentes novedosos y de vanguardia pedagógica; centrarse en resolver las carencias y ausencias formativas, comunicacionales y culturales para abrirle paso a este proyecto de necesarias transformaciones educativas.

    ¡Sí a los nuevos libros de texto, pero, sobre todo, bienvenida la autonomía docente y curricular!

  • El libro amarillo del perrito

    El libro amarillo del perrito

    Es evidente que los problemas relacionados con la educación no son solamente problemas pedagógicos. Son problemas políticos y éticos como cualquier problema financiero.

    Paulo Freire

    Aprendí a leer con el libro de español de lecturas de primer grado, de color amarillo, impreso a media carta, con pastas duras, todos lo conocemos como “el libro del perrito”, material que fue elaborado por el Programa Nacional para el Fortalecimiento de la Lectura y la Escritura en la Educación Básica, con la colaboración de la Dirección General de Materiales y Métodos Educativos, ambos de la Subsecretaría de Educación Básica. Sin embargo, la Maestra Pilar Chumacero, quien fue la que me enseñó a leer y a escribir en esa etapa de mi formación. No sólo utilizaba esas lecturas, sino que se valía de varios libros, como las guías de trabajo o de estudio, las cuales eran de color rojo y gruesas. Según recuerdo eran de las editoriales Trillas o Castillo y no formaban parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que pudiéramos lograr los aprendizajes esperados y consolidar nuestro proceso de lectoescritura.

    A lo que voy con esta remembranza, es que mi maestra, utilizaba varios libros para que el aprendizaje del grupo se pudiera lograr. No sólo se enfocaba en utilizar los materiales de texto gratuito, sino que tenía una amplia variedad de recursos bibliográficos que le permitían dinamizar sus clases y por ende lograr el proceso de enseñanza. Tal y como algunos compañeros docentes lo siguen haciendo en la actualidad, (más aún con el uso del internet, pero esa, es otra idea a debatir) en donde se dispone de un sinfín de recursos, que el maestro frente a grupo dispone y adecua según las necesidades e intereses de sus estudiantes.

    Es por lo anterior que se debe de reflexionar sobre la creación de los libros de texto gratuito, el presidente Adolfo López Mateos creó, por decreto, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG) para encargarse de “fijar, con apego a la metodología y a los programas respectivos, las características de los libros de texto destinados a la educación primaria” (Diario Oficial, 1959). Esta iniciativa tenía como fundamento el mandato constitucional de proporcionar a los mexicanos una educación obligatoria y gratuita. La gratuidad sólo sería plena cuando los alumnos de las escuelas primarias recibieran, sin costo, los libros indispensables para sus estudios y tareas (Diario Oficial, 1959). (Ixba Alejos, 2013, p. 1190).

    Como podemos reflexionar, el fin de los libros de texto gratuito es que lleguen a todos a los estudiantes del sistema educativo y que sean una herramienta de apoyo tanto para ellos como para los maestros en las actividades académicas y extraescolares cotidianas, para que no exista un sesgo en ninguna institución educativa en todo el país y en cada entidad federativa.

    A principios de los cincuenta el sector editorial de libros escolares en México enfrenta tres acusaciones: es un monopolio en manos de extranjeros, encarece sus productos y obstruye el acceso de sellos editoriales mexicanos en las listas oficiales de libros de texto de la SEP. (Ixba Alejos, 2013, pp. 1194 – 1195)

    Es por ello que en la actualidad y con esta nueva política federal que propone la “austeridad republicana”, varios intereses editoriales y de impresión se han vuelto a trastocar, ya que ésta situación no es inmediata, como lo hemos analizado sexenios atrás también se sostuvieron estos problemas que más que ser de carácter pedagógico apelan al carácter económico de varias industrias editoriales. “En este complejo escenario editorial emerge el Estado mexicano como editor, autor y distribuidor de un material educativo gratuito, único y obligatorio para los niños de las escuelas primarias del país. Para algunos autores y editores esto quebrantó su mercado.” ( Ixba Alejos, 2013, p. 1205)

    La polémica que han desatado los nuevos libros de texto gratuito que se estarán utilizando durante el próximo ciclo escolar 2023 – 2024, principalmente en los grados de primer grado de preescolar, primaria y secundaria, según lo menciona el acuerdo secretarial 14/08/2022. Valdría la pena analizar el esfuerzo que existe tras la elaboración de los mismos, ya que en ellos, estuvieron trabajando profesores frente a grupo de todos los niveles y de todos los estados, quienes son los que diariamente enfrentan la realidad educativa que se vive en los salones. Estos compañeros los cuales apegados a una convocatoria que publicó la Secretaría de Educación Pública (SEP) a través del Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG) a inicios del año 2021, la cual iba dirigida a varios agentes educativos. Realizaron jornadas de trabajo extraescolar durante meses, sin recibir remuneración económica, más que el hecho de contribuir en la realización de los mismos. Siendo constantemente apoyados, asesorados, orientados y evaluados por especialistas, investigadores, pedagogos, instituciones de posgrado entre muchas más agentes en materia académica.

    Se debe destacar que por primera vez, se consideró al magisterio para establecer el qué, el cómo y cuáles actividades utilizar para alcanzar el aprendizaje de los alumnos. Esta toma de opinión que se realizó por el gobierno federal (del cual no soy partidario), busca que los profesores sean capaces de consolidar la realidad del contexto con lo que aprenden los alumnos. Trata de que el profesor pueda ser libre de adecuar sus contenidos, estrategias y actividades apelando a la autonómica profesional y curricular, entrelazando los campos formativos con proyectos, en donde la sociedad juega un factor importante. Dichos proyectos van encaminados a que el estudiante encuentre una relación directa e inmediata entre lo que aprende en el salón y cómo se presenta en su realidad.

    Los nuevos libros presentan una nueva organización con orientaciones encaminadas a que la práctica del docente sea generadora de temas en donde las metodologías sociocríticas sean realizadas por él mismo, quien es el que día a día vive el pulso del aprendizaje de las niñas, niños y adolescentes. El libro de texto busca ser un instrumento en la práctica educativa, se invita a que el profesor desde su libre albedrío busque, adecue e implemente los recursos disponibles; siempre considerando el contexto de su grupo para lograr un aprendizaje congruente a los intereses de los estudiantes. Así como un mecánico tiene varias herramientas a su disposición para reparar un motor, así el libro de texto, es una herramienta para lograr que los alumnos aprendan.

    No significa que los libros estén mal elaborados, simplemente, se están rompiendo paradigmas educativos que desde hace años han sido acuñados en la sociedad, el hecho de que el profesor trabaje en la creación de proyectos; ya sea de aula, escolares o comunitarios, en los cuales todas las asignaturas tienen la sinergia de consolidar contenidos que van aumentando la gradualidad según sus fases, no es nuevo, ya que en la modalidad de Telesecundaria, en las últimas reformas educativas se ha trabajado de esta manera, los proyectos son una forma de que los estudiantes interactúen y aprendan entre todos, resolviendo problemáticas propuestas por los libros de texto en los cuales se busca que se dé el conocimiento situado.

    Quizá el problema mediático que estamos viendo en los medios de comunicación y en las redes sociales es que la SEP, primero pavimento el camino y ahora quiere poner drenaje. Es decir, primero se debieron de oficializar los planes y programas de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) y posteriormente dar a conocer por medios oficiales los libros de texto que van a la par con los programas 2022 y no hacer lo contrario. Otra situación, desde mi punto de vista, es que las reformas educativas en nuestro país siempre se aplican al revés, es decir, se debió de haber apostado a tener escuelas con infraestructura de calidad, en donde se tuvieran baños y bebederos dignos, donde la escuela contara con todos los recursos tecnológicos y conexión a internet, creo que esto, nos lo dejo muy en claro la educación en pandemia y post pandemia. Después de ello capacitar a los docentes, con cursos y talleres ideales a su perfil o nivel educativo para posteriormente realizar el cambio a los planes y programas. Vale la pena también señalar que la NEM, ha quedado muy corta en la famosa revalorización del magisterio, tema del que ya he hablado anteriormente.

    Por tal motivo el debate en torno a dichos materiales educativos esta polarizando al gremio magisterial, por un lado, los que los satanizan y por el otro, los que los defienden. No se trata de estar a favor y o en contra; se trata de que estos materiales fueron elaborados por compañeros docentes como tú, como el de tus hijos, como el de tus sobrinos o nietos y que fueron diseñados con esfuerzo y objetividad para que los estudiantes aprendan. Debemos recordar, que el libro es sólo un instrumento de las muchas para lograr el proceso enseñanza aprendizaje y que la principal herramienta para una educación de calidad es el trabajo conjunto entre maestros y padres. Podremos tener los mejores libros, pero si se sigue careciendo del apoyo de los padres de familia en la educación, seguiremos presentando los mismos resultados de siempre.

  • Falta de respeto

    Falta de respeto

    Las maestras y los maestros democráticos intervenimos en el mundo a través del cultivo de la curiosidad y de la inteligencia esperanzada, (…) justamente, en la medida en que nos tornamos capaces de cambiar el mundo, de transformarlo, de hacerlo más bello o más feo, nos volvemos seres éticos.

    (Freire, 2003, p. 34).

    Siempre soñamos con un país que hablara más de educación que de futbol. Hoy, la nueva familia de libros de texto ha logrado que se hable de pedagogía. Todo mundo opina, un@s desde una visión crítica y progresista, otr@s desde una visión nublada e ignorante, otr@s solo repiten discursos y posts de las redes sociales, otr@s desde el conservadurismo y el odio… Bueno, hasta los merolicos resentidos se atreven a hablar de “pedagogía”, ahora resulta de Adela Micha, Javier Alatorre, Ricardo Anaya, Felipe Calderón y otr@s son los máximos exponentes de la pedagogía mexicana.

    A ell@s y algunos pseudo pedagogos conservadores y despistados les exigimos respeto al magisterio mexicano y, al mismo tiempo les recordamos que:

    Las maestras y maestros estudiaron pedagogía, poseen saberes y experiencias extraordinarias para desarrollar sus clases en el marco de la Nueva Escuela Mexicana.

    Ell@s saben que la NEM recupera el aprendizaje situado para superar la simple memorización y elevar los aprendizajes, el fundamento de este planteamiento es que se parte de elementos significativos del territorio y la vida cotidiana de los estudiantes.

    Las y los maestros saben que “no se quitaron las matemáticas”. Ahora, los nuevos libros de texto las abordan desde múltiples miradas y, además, las y los maestros desde su autonomía profesional incorporarán otros elementos para lograr la asimilación consciente de los contenidos.

    Reconocen que la acción pedagógica desde la interdisciplinariedad apunta hacia una escuela participativa y decisiva en la formación del sujeto social. El diálogo de saberes entre conocimientos disciplinares, comunitarios y ancestrales serán fundamentales para la buena educación y el buen vivir.

    Las maestras y maestros asumen que su “tarea no se agota en la enseñanza de la matemática, de la geografía, de la sintaxis o de la historia (…) nuestra tarea exige nuestro compromiso a favor de la superación de las injusticias sociales”. (Freire, 1994, p. 87). Por consecuencia, elabora su programa analítico para enseñar “lo que hay que enseñar”, pero también para construir comunidad a partir de proyectos de aula, de escuela y comunitarios. 

    Los libros nuevos de libros de texto son herramientas que l@s maestr@s utilizarán para potenciar los aprendizajes, sin embargo, gracias a esta visión flexible (NEM) no serán los únicos porque, la y el maestro creativo podrán utilizar otros materiales para alcanzar las intenciones didácticas.

    Los materiales educativos coadyuvan para que las y los maestros mexicanos clarifiquen su opción ética y pedagógica, es decir, permiten que resignifiquen, construyan y reconstruyan su praxis pedagógica.

    Las y los maestros entienden que este cambio de paradigma plantea terminar con el divorcio escuela-comunidad-vida, entonces, las familias y otros agentes serán fundamentales en la tarea planteada.

    Existen otras razones para no demeritar la tarea que hace el magisterio mexicano. ¿Cuáles faltan?

    La NEM “Reconoce la labor de las maestras y los maestros como agentes de transformación social en el proceso educativo”. Si bien es cierto que existen ciertas incertidumbres (por el cambio de paradigma), estas se resolverán entre el magisterio, los especialistas y las autoridades comprometidas con la transformación educativa. Mientras tanto, a l@s “pedagog@s al vapor” les decimos, muchas gracias, pero no, no les creemos, no ocupamos de su “actualización”, ni su veneno, ni sus mentiras, ni su frustración… no renunciamos al debate de ideas, pero debe ser justo eso, un debate pedagógico, prepárense y nos vemos en los espacios de diálogo-debate serio y fundamentado.

    No se preocupen, habrá evaluación, sistematización e investigación de los materiales (esto no existía antes o por lo menos no como se está haciendo ahora). Pseudo pedagog@s conservador@s, no contaminaran nuestros sueños ni nuestro compromiso con el pueblo mexicano. Seguiremos construyendo los sueños posibles en cada territorio. Tenemos horizontes de reflexión y acción educativa claros, por ejemplo a Rafael Ramírez quién definió al educador progresista como: “uno que no está satisfecho con lo que sabe y hace, sino que procura saber cada día más y hacer su trabajo cada vez mejor.” Este pensamiento se recupera hoy, pues justamente plantea una pedagogía en movimiento, una pedagogía problematizadora, reflexiva, liberadora y finalmente transformadora.

  • La batalla de los nuevos libros de texto gratuitos

    La batalla de los nuevos libros de texto gratuitos

    Los Libros de Texto Gratuitos (LTG) para el ciclo escolar 2023-2024 han empezado a llegar a las escuelas. Justo después de un año interminable, con les, los y las maestras exhaustas tras semanas de haber entregado calificaciones, soportando temperaturas altísimas, trabajando con estudiantes igualmente agotados y para rematar, asistiendo a un Taller Intensivo de actualización confuso y aburrido.[1]

    Por si fuera poco, justo antes de salir a un “receso” (se llamaban vacaciones hace algunos años) de tan solo diez días, inició la fase más agresiva de la batalla de los Libros de Texto. Insistimos: la fase más agresiva, por el tono, por la enjundia, por la multiplicidad de acciones, agentes, iniciativas, tácticas y técnicas utilizadas. Cuando todos regresen a clases, nos encontraremos en La Madre de Todas las Batallas educativas.

    ¿Por qué decimos esto? Desde el año pasado lo estamos viendo. No reconocerlo es una insensatez. Suponer que el campo educativo, el curricular, los libros de texto, los programas de estudio, las escuelas, son arenas exentas de conflictos, de política, de diferencias, es una tontería.

    ¡Ninguna educación es ajena a la política! Por algo muy, pero muy simple: en la escuela hay relaciones, se forman sujetos que van a vivir en sociedad; que están integrados y se integrarán, de diferente modo, a la vida en común: a la polis.

    La organización escolar, los contenidos, los métodos, los instrumentos, las instalaciones, el financiamiento, todo, todo eso se reglamenta, se define, se vigila, se organiza políticamente. Lo sabemos de toda la vida, lo vemos todos los días, pero he ahí que la hipocresía disciplinar intenta imponer una visión aséptica de la educación.

    Si, lo decimos claramente: los primeros que reclaman la autonomía pedagógica, la tecnología educativa, quienes insisten en que la didáctica es una ciencia alejada de la política, la ética, la moral, las opresiones y los conflictos, son los que reclaman poseer la verdad; es decir, los que se comportan como poseedores del conocimiento pedagógico, ¡hacen política, pura y dura, pero reclaman que lo suyo solo es expertease!

    Claro: para reclamar el terreno, quedarse solos y solas, operando abiertamente sobre el sistema educativo, algo a lo que estaban muy acostumbrados. Como monopolistas, pero en nombre de la verdad, que es solo el subterfugio del poder.

    Tuvieron éxito durante mucho tiempo. De repente, el BM, La UNESCO y la OCDE, académicos del CIDE, la FLACSO, incluso de la Ibero y del DIE, fueron dueños y señoras del saber y la tecnología pedagógica. En eso se formaron les, las y los maestros, así se diseñaron las escuelas y todas las reformas educativas de los últimos 30 años.

    Hoy, cuando se ha elaborado una crítica a la pedagogía hegemónica, a sus planes y saberes, a sus epistemologías y efectos ( y ya hemos dedicado muchas páginas a reconocer, pero también a criticar eso), los expertos y las expertas que se codearon con y sirvieron las autoridades educativas de Zedillo a Peña Nieto, con Esteban Moctezuma como hilo continuador, lamentablemente abrazado por la IVT; los que elaboraron las narrativas del fracaso escolar y la alternativa de la calidad como la única salida posible, como si fuera un adjetivo, y no un operador de gestión; los que diseñaron la Alianza por la Calidad de la Educación y luego la reforma del Pacto por México e incluso hegemonizaron la reforma constitucional de la IV T; todos ellos y ellas están escandalizadas, reclaman los contenidos pedagógicos, el respeto a la ley (los cínicos que aprobaron la reforma constitucional de 2012 en 10 días y menos de 24 horas en el Senado) y, en el colmo: la ausencia de ideología en la educación básica.

    Pero no reclaman solamente, al modo de críticas y reflexiones. Para nada, están inmersos en los combates cotidianos. Disputan las percepciones en las redes sociales y en eventos mediáticos; emprenden campañas de rechazo digital; descalifican a las autoridades educativas; incitan negativas; se coluden con las oposiciones; circulan, apoyan y justifican las acciones judiciales: en pocas palabras, entraron al combate.

    Esto es lo primero que hay que entender: lo que sucede alrededor de los LTG no es una discusión académica, es una arena de combate, no didáctico ni pedagógico exclusivamente, sino político. Porque no se trata de modificar algunos aspectos técnicos o editoriales; algunas expresiones inadecuadas; algunas secuencias incoherentes; tampoco de reponer procedimientos y consultar a algunas autoridades y sectores. No se trata de eso. Lo han dicho claramente, en los juzgados, en los medios y en las redes sociales: se trata de rechazar los LTG, la fase actual de la negativa al Marco Curricular y Planes de Estudio de Educación Básica 2022.

    Lo dijeron desde un principio, cuando interpusieron el amparo contra la prueba piloto, en octubre del año pasado; lo dicen ahora con los nuevos amparos a la impresión, la distribución y el uso de  los libros de texto; lo reiteran en el rechazo que circula en las redes socio-digitales.

    Así que hay que reconocerlo abiertamente, sin tapujos y sin eufemismos: nos encontramos en una batalla; la batalla de los libros de texto, en medio de una guerra educativa, la guerra por las mentes y los corazones de los  niños, niñas y adolescentes (NNA) en tiempos de la IV Transformación Nacional.

    De eso se trata: de educar para la vida en común, con los conocimientos, habilidades, destrezas, técnicas, formas de hacer, de relacionarse, de convivir, de concebirse a uno mismo, a los grupos, a la naturaleza, a los animales: ¡a la vida en común!

    ¿Cómo decir semejante cosa, cómo decir que es una guerra? ¡Es Pedagogía, es Educación!, dirán muchos, y muchas, poniendo la cara y haciendo los gestos de la señora que reclamaba en Los Simpson¡Pero es que nadie va a pensar en los niños![2] Fuera hipocresías: descalifican, lanzan anatemas, interponen mil y un amparos, emprenden rechazos, ¿con qué cara podrían decir que no es una batalla?

    Ahora bien, ¿qué tipo de guerra es ésta? ¿Quiénes participan en ella? ¿Cómo, con qué y para qué?

    Quien todavía se muestre escéptico a concebir así el dilema actual de los LTG, solo hay que recordarle la reforma educativa de Peña Nieto, violenta como no ha habido otra. Una reforma que no solo fueron cambios constitucionales, legislativos, administrativos y presupuestales, sino sobre todo, un conjunto de intervenciones violentas sobre la cognición social, sobre los cuerpos y mentes de les, las y los profesores, sobre las comunidades y los pueblos (¿Acaso se ha olvidado Nochixtlán o a la policía rodeando las sedes de evaluación?).

    La imposición de la Reforma Educativa de Peña Nieto estuvo precedida por una guerra cognitiva. No recordaremos aquí las concepciones de Desportes sobre las guerras posmodernas, basadas en las percepciones y las cogniciones;[3] pero de que se recurrió a todo para descalificar al magisterio con premeditación, alevosía y ventaja, no hay duda. Solo hay que recordar el documental de Loret de Mola y Juan Carlos Rulfo: De panzazo.

    Y luego no quedó ahí, las manifestaciones de rechazo fueron reprimidas, se encarcelaron a dirigentes, asesinaron maestros, arrasaron pueblos. Esa fue una guerra en toda la línea, usando triquiñuelas legislativas y judiciales, utilizando al ejército y la policía, al poder judicial, desde jueces locales hasta la Suprema Corte, a los medios de comunicación, todo esto y más.

    Fue una guerra que los neo-liberales ganaron pronto y perdieron después, aunque no del todo, a juzgar por lo que ocurrió con la reforma constitucional de AMLO, calcada de la iniciativa Mantiene, Mejora e Innova, defendida por la bancada del PRIANRD más MC, del brazo de Romero Hicks.

    Por ahora, la guerra por la educación de las nuevas generaciones todavía no se expresa en movilizaciones, mucho menos en violencia física; se desenvuelve en el campo de las percepciones, del activismo socio-digital y, sobre todo, judicial. No hay, como con Peña Nieto, violencias físicas, ni el ejército saca a los profesores de los hoteles para llevarlos a las evaluaciones, ni despedidos, ni muertes, ni heridos, ni encarcelados, ni comunidades arrasadas. ¡Nada de eso! Solo descalificaciones, rechazos en las redes, campañas y amparos. Muchos amparos. Una y otra vez.

    Los y las contrincantes

    Los participantes de hoy siguen siendo aquellos y aquellas expertas de antes y de ahora, Marx Arriaga y algunas funcionarias de la SEP, algunas juezas y magistradas, la Unión Nacional de Padres de Familia y otros grupos de ultraderecha, partidos políticos y representantes populares, además de maestros y maestras.

    Los teatros de la guerra

    Por lo pronto, la batalla de los LTG se desenvuelve en el campo de la cognición social y, sobre todo, judicial. Faltará ver si aparecen otras batallas para configurar un escenario de guerra más amplia, como lo fue la reforma de Peña Nieto.

    Las razones del conflicto

    Ahora bien, ¿cuáles son las críticas de quienes se oponen a los LTG de la IV T?  Hay varias, y es necesario identificarlas para comprender la dinámica de la conflagración.

    Se pueden identificar, por lo pronto, ocho propósitos, no necesariamente contradictorios. A veces aparecen juntos, otras veces son específicos.

    1. Las que se detienen en las incoherencias, inconsecuencias y fallas didácticas y disciplinares. Es el caso de quienes han puesto la atención en los problemas en la enseñanza de las matemáticas y los idiomas.
    2. Las que llaman la atención sobre los contenidos, como la diversidad familiar en los libros de primer año; las menciones a las guerrillas de los años setenta; entre otras.
    3. Quienes cuestionan la pertinencia de los contenidos por la edad de los estudiante.
    4. Las que critican los procesos de toma de decisiones, la legitimidad procesal y participación de padres de familia y autoridades educativas.
    5. Los que llaman la atención sobre los contenidos ideológicos y “no científicos”.
    6. Los que lamentan la poca importancia al lenguaje y las matemáticas.
    7. Los que insisten en la ilegalidad de unos libros de texto sin que se presenten los programas de estudio.
    8. Quienes impugnan la falta de “metodologías pedagógicas”.

    Hay críticas que son concretas, como la de las secuencias disciplinarias; críticas que se pueden atender y seguramente tienen sentido y son importantes. Sin embargo, las más significativas, las que han recibido más atención no solo en la prensa o en las redes, sino sobre todo en los juzgados, son las críticas compuestas, las que se entremezclan unas con otras y tienen propósitos claros: rechazar los libros, impedir que se impriman y bloquear su utilización.

    Los objetivos finales

    Este es el fondo del asunto. Lo demás son naderías. La clave es el bloqueo, el rechazo y la negativa. Y no solo a los libros, ese es el momento actual; también al temido momento de que circulen y el PE 22 empiece a aplicarse en las escuelas del país. Esa es la cuestión de fondo; lo demás son tácticas, técnicas, instrumentos, armas de esta guerra por la educación en el país.

    La UNPF lo ha dicho sin cortapisas, como suele hacerlo: esta reforma ¡No!, porque  el contenido es ideológico y no científico; porque no son pertinentes para la edad de los NNA; porque el Estado no se debe de meter en cuestiones de moralidad y de creencias; porque son los padres los que deciden qué se enseña, cómo, cuándo y por quién.

    Todo está aquí. Los argumentos de los expertos y las expertas, que no por casualidad son los desplazados de las reformas neo-liberales, son el material adyacente al argumentario central de la UNPF: una educación que ponga en el centro las relaciones de dominación y las sustituya por formas de inclusión e igualdad, de diversidad y reconocimiento de las diferencias, NO es científica, es ideológica.

    ¿Qué significa? Simple: la escuela debe reproducir todas las desigualdades convertidas en sentido común, desde el lenguaje, hasta los géneros, las etnias, las clases y las corporalidades. Todo radica en eso: mantener la licencia para oprimir, para discriminar, para convertir a los estudiantes en lo que han venido aprendiendo durante décadas: sujetos neo-liberales.

    El discurso pedagógico y las reformas educativas neoliberales han sido funcionales a la derecha, pues eluden y fomentan la realidad de la opresión y la convierten en responsabilidad de uno mismo. Por eso, entre expertos y expertas pedagógicas y los fachos de la UNPF hay vasos comunicantes, por eso actúan juntos pero por separado, para que no se confundan, aunque estratégicamente se enlacen.

    La SEP en su laberinto explotador

    Todo eso es lo que no hay que perder de vista en la batalla de los LTG, tan solo un momento de la guerra por la educación nacional. Por eso sorprende, y choca, que la SEP en lugar de enfrentar esto como se debe, en el campo adecuado, que es el de los maestros y las comunidades, haya obligado al personal docente a seguir un calendario interminable, forzado a ir en un fin de semana insensato, mantenerlo en un Taller infame, en lugar de reconocer la situación actual de los maestros, sus ideas y sus valores, para que acompañen un plan que presuntamente se propone dar un giro radical a la enseñanza nacional.

    Este es un tema insoslayable, porque de nada servirán los planes y los programas si no son sentidos, reconocidos como justos y necesarios por un magisterio que los desconoce o no los quiere usar, o peor: los rechaza. Ya empezamos a ver la profundidad que ha alcanzado la narrativa facha y neoliberal de “La escuela instruye, el hogar educa”.

    Eso es totalmente falso; la escuela educa porque en ella se dan relaciones, y cuando estas son inequitativas, lo que promueven es la discriminación y la violencia; cuando se enseña, por ejemplo, con saberes y valores patriarcales, en cualquier momento, en cualquier ejercicio, en cualquier tarea, solo se está reproduciendo la opresión. Así que no vengan con tonterías como que eso no se enseña en la escuela, ¡es la escuela la que lo reproduce!

    Por eso preocupa que no se enfrenten directamente todos esos discursos vanos, pero profundamente interesados, “de la ciencia sí y no la ideología en la escuela”; que sea una jueza, ¡sí una jueza!, la que va a determinar si hay contenidos ideológicos y no científicos en el PE 22.  Es un absurdo, sería como decir que la educación democrática, la que lucha contra los fanatismos y las ignorancias, no es científica.

    Pues sí: es ideológica, porque la democracia no resulta de una ciencia, sino de una voluntad y un ethos, es un trabajo y una utopía que los oligarcas y los tiranos nunca aceptarán.

    Por eso también hay pedagogías autoritarias y hasta esclavistas, porque digámoslo claro, la educación está orientada, tiene finalidades, y son esas las que hoy están a prueba después de 30 años de educación neoliberal.

    El asunto quedaría ahí, en un eterno combate entre dos bloques, conservas contra progres dirían por ahí, si no fuera porque la impericia política, la inconsecuencia pedagógica y la falta de profundidad teórica-política del Plan de Estudios 2022, no le estuvieran haciendo la cosa fácil a los fachos.

    Esa es la otra dificultad del momento actual. En lugar de convocar a una reforma radical, que inevitablemente generará tensiones, para lo cual se debe contar y convencer a les, los y las maestras, la SEP las oprime, agota y empobrece. Sí: a las mismas que deberán luchar contra las opresiones y convocar a nuevas formas de vida y relación.

    Tamaña incoherencia puede llevar al traste lo que apenas se perfilaba como interesante en los LTG y todo el PE 22.

    Sobre esto volveremos.

    [1] Sí, con todos los pronombres, aunque se enojen. Pero ¿por qué se enojan?, es solo reconocer lo diverso. Lo diverso, lo que existe, algo tan simple como la autonomía personal.

    [2] https://www.youtube.com/watch?v=JOv50lXO14g

    [3] Desportes, V. (2007). La guerre probable. París, Francia: Económica.

    Publicado en Insurgencia Magisterial

  • Yo sí apoyo los nuevos Libros de Texto Gratuitos

    Yo sí apoyo los nuevos Libros de Texto Gratuitos

    Apenas termina el ciclo escolar 2022-2023 y el rumor sobre la implementación del Plan de Estudios 2022 para el siguiente, en todos los grados de preescolar, primaria y secundaria, crece considerablemente. 

    No es de extrañarse que, en unos días más, este rumor se oficialice cuando aparezca publicado el Acuerdo respectivo en el Diario Oficial de la Federación (DOF) porque, este gobierno, al menos en materia educativa, se ha caracterizado por eso: por difundir el rumor y/o la filtración de diversas ideas, documentos, materiales o propuestas educativas que más tarde terminan siendo anunciadas con bombo y platillo previa publicación en dicho DOF. ¿Qué gana la gente de la Secretaría de Educación Pública con ello?, ¿por qué les parece importante y harto relevante mantener la zozobra e incertidumbre entre el magisterio?, ¿acaso no habría la imperiosa necesidad de poner en marcha las diferentes acciones que son de su competencia conforme a una planeación que asegure una organización y no una serie de ocurrencias tal y como lo hacen ver? ¿Ineptitud o ineficiencia? He ahí el dilema. En fin, desde hace tiempo he insistido y seguiré insistiendo que la SEP ha sido un rotundo fracaso en cuanto a su estrategia de comunicación derivada de una pésima gestión interna que se desprende de una evidente falta de coordinación entre las áreas que la componen, consecuencia de una falta de liderazgo dadas las pugnas internas que no han menguado. Ojalá en próximos días conozcamos la información oficial sobre la implementación de eso que llamaron Nueva Escuela Mexicana en las escuelas de educación básica en México.

    Pasando a otros temas, me ha llamado mucho la atención el creciente debate que han generado los nuevos Libros de Texto Gratuitos (LTG) próximos a emplearse en las escuelas y salones de clase en nuestro país. Por un lado, hay quienes manifiestan su rechazo con cierta molestia, enojo o fastidio, imagino que algunas empresas y/o editoriales se han visto (y se verán) afectadas porque el negocio que les había permitido hacerse de “buenos” recursos ya no será tal o, al menos, como se habían acostumbrado. Curiosamente pienso que estas empresas, editoriales y alguna que otra organización fantasma que según la conforman padres de familia, han pagado algunas sumas considerables de dinero para que, en los medios de comunicación, se difunda información que no es tan cierta ni correcta sobre dichos LTG. 

    Por otro lado, he leído con bastante interés algunos artículos, de diferentes autores y personalidades, que han sido difundidos a través de diversos portales y/o medios de comunicación como las redes sociales; algunos textos, como es natural, son muy valiosos e interesantes, porque fijan su postura a partir de su conocimiento y experiencia laboral, profesional y académica; y qué bueno que lo hagan de esta manera, es decir, que escriban sus ideas porque permite dilucidar, mediante su análisis, qué aspectos de los LTG podrían ser pertinentes y cuáles no tanto. De hecho, me gustaría leer algún texto, de estos mismos analistas, sobre aquellos ámbitos que desde su perspectiva favorecen la enseñanza y el aprendizaje en las aulas de un México tan diverso como el nuestro; desafortunadamente, sobre esto último, es decir, sobre algunas cuestiones que sí son pertinentes en los nuevos LTG, solo he leído algunos “tuits” en los que han señalado aspectos que favorecen el quehacer en las aulas, pero nada más.

    Ahora bien, para ser francos, he podido leer y/o escuchar muy pocos textos o notas periodísticas mediante las cuales se hable a favor de los multicitados LTG; es decir, como se sabe, muchos participantes en el proceso de construcción de estos materiales fueron maestras y maestros en servicio que se encuentran realizando su quehacer en alguna de las escuelas mexicanas. Pienso que escuchar su voz o leer alguno de sus textos podría ser sumamente enriquecedor en un escenario donde, como es obvio, la disputa por el control de la educación se encuentra en uno de sus máximos momentos. Ojalá podamos conocer sus impresiones, resultarían muy valiosas en estos tiempos.

    Por mi parte, lo he escrito y lo seguiré escribiendo, estos LTG que han estado llegando a las entidades de nuestra República Mexicana, y que desafortunadamente hemos conocido a través de “filtraciones”, contienen una aportación que no debe demeritarse ni menospreciarse, cosa que sí han hecho algunos “especialistas” que han visto, pero no se han dado cuenta, cómo los tiempos han cambiado; hoy por hoy, el pedestal en el que muchos de ellos se encontraron por muchos años, progresivamente se ha trasladado a otro escenario en el que ocurren los fenómenos educativos: la escuela y el aula; y no en los escritorios ni en los grandes centros de investigación educativa; en fin, este sería un tema para una próxima entrega en este mismo espacio. Pienso que este aporte, el de las maestras y maestros, ha sido fundamental porque su conocimiento y experiencia, independientemente del plan de estudios que desee implementarse, permite acercar los recursos y materiales educativos al terreno educativo que conocen y conocen muy bien porque en él viven a diario infinidad de situaciones que son susceptibles de generar aprendizajes a partir del desarrollo de ciertas formas de enseñanza. 

    Voy a poner un ejemplo:

    En el documento denominado Avance Programático del Programa Sintético Fase 3, en el apartado denominado Panorama de los contenidos de la fase 3, en el primer recuadro del campo formativo Lenguajes se puede leer el contenido: Escritura de nombres en la lengua materna. Si uno se traslada al Campo formativo Lenguajes en el mismo documento, particularmente a los Contenidos y Procesos de Desarrollo de aprendizajes (del campo formativo), se podrá leer lo siguiente:

    -Contenido Escritura de nombres en la lengua materna; Procesos de desarrollo de aprendizajes (Primer grado): Escribe su nombre y lo compara con los nombres de sus compañeros, lo usa para para indicar la autoría de sus trabajos, marcar sus útiles escolares, registrar su asistencia, entre otros.

    -Leído esto, bien podríamos trasladarnos a los LTG de Primer grado, particularmente en el denominado Proyectos de Aula y podríamos observar que en el Campo formativo Lenguajes se encuentra el proyecto titulado Nombrario del grupo, cuya aventura de aprendizaje invita a conocer sobre la escritura del nombre de los niños, su significado y las letras que lo componen; para ello se sugiere elaborar collage y un nombrario; porque, se dice que, con esta actividad, se podría conocer el nombre de todos los compañeros del grupo.

    ¿Qué actividades harían los niños a lo largo de este proyecto denominado Nombrario? Algunas de las que pude identificar son: escritura de letras, identificación y recorte de letras en periódicos o revistas, indagación en casa de los nombres de sus familiares y su significado, exposición de información indagada en los hogares, elaboración de collages” y “nombrarios” (distintos borradores), intercambio de esquemas entre los integrantes del grupo (coevaluación), diálogo constante entre los alumnos y maestros para su mejora, socialización de los nombrarios (entregable final) con distintas personas, y un ejercicio de evaluación de los nombrarios a través de comentarios de las personas a las que se los mostraron.

    Como se puede ver, lo presentado en el párrafo anterior abre un mundo de posibilidades de diversos análisis de un hecho o hechos que ocurren en el aula; quién no haya tenido la maravillosa oportunidad de estar por varios meses o años en una escuela de educación básica, en sus diferentes grados, con seguridad desconocerá el proceso de enseñanza y de aprendizaje que se desarrolla a partir de la acción docente y de los alumnos, así como del vínculo que se establece entre un contenido, procesos de desarrollo de los aprendizajes y, por ejemplo, con los LTG. 

    Con esto no quiero decir que la investigación no sea relevante ni que las teorías, con sus respectivos autores, no sean fundamentales en la acción brevemente descrita en los dos párrafos anteriores; pienso que cada uno de los diferentes actores (investigadores, académicos, maestras o maestros, etc.) tiene un rol en el ámbito social y educativo; por ello también pienso, que el rol del docente es fundamental en todo esta idea porque, si usted analiza las actividades que he señalado y que están plasmadas en los LTG que han causado tanta polémica, el profesorado las desarrolla en mayor o menor medida en sus salones de clase, sin perder de vista que éstas son susceptibles de mejora, adecuación, adaptación, en fin, de ser tomadas o no en cuenta porque dichos libros de texto no pueden ser la enseñanza misma sino parte de ella. He ahí el meollo del asunto y muy probablemente el motivo de la discordia, ¿por qué no pensar que el docente tiene la capacidad para diseñar proyectos escolares y/o comunitarios vinculando lo que el plan de estudio establece, lo que ha construido en su programa analítico y los LTG?, ¿por qué o en que se basaría el argumento de que el LTG debe generar la enseñanza y el aprendizaje? Ahora bien, ¿acaso se piensa que el profesorado es tan ingenuo para coincidir con el argumento de que los LTG propiciarían un adoctrinamiento?

    Entonces, ¿los nuevos LTG no sirven y por tanto deberían ser tirados a la basura como alguien se atrevió a decir hace unos días? Mi respuesta es contundente: NO. Consecuentemente, ¿por qué no pensar que el aporte de maestras y maestros fue fundamental en este proceso más allá de las filias y fobias que se pudieran tener respecto a la ideología del régimen que predomina en estos momentos en nuestro país?

    Con todo esto no niego que la SEP ha fallado rotundamente en varios rubros; la inexistencia de un programa de formación, no solo para la operación de un plan de estudio, sino para la mejora constante de su proceso formativo, ha sido prácticamente inexistente durante este sexenio. Tampoco niego que la “formación” en cascada que la misma SEP diseñó para que los Consejos Técnicos Escolares (CTE) adquirieran otra connotación ha sido poco eficiente. 

    Sí reconozco que en muchos CTE se propició una dinámica de trabajo diferente. Sí reconozco que las maestras y maestros, como siempre ha sido, pueden y podrán con el reto que se les ponga en frente. Y bueno, que muchos colegas, a lo largo y ancho de la República Mexicana, hayan participado en la construcción de estos LTG me lleva a afirmar y a sostener que yo sí apoyo a los nuevos Libros de Texto Gratuitos, porque en ellos: yo sí reconozco el valioso aporte que han hecho muchos docentes a favor de la educación de millones de niñas, niños y adolescentes.

    Es cuanto.

  • Los nuevos libros de texto: ¿a las aulas o de regreso a las bodegas?

    Los nuevos libros de texto: ¿a las aulas o de regreso a las bodegas?

    A través de filtraciones y a cuentagotas se han conocido los nuevos libros de texto correspondientes al Plan de estudio 2022 para la educación básica. La nueva familia de materiales bibliográficos está conformada por cinco libros de texto para cada grado: Nuestros saberes, Múltiples lenguajes, Proyectos de aula, Proyectos escolares y Proyectos comunitarios. El primero, Nuestros saberes, es un material de consulta en la realización de actividades escolares, brindando información concreta sobre diversos contenidos. Múltiples lenguajes contiene una gran variedad de textos literarios e informativos. Por último, los libros de Proyectos (de aula, escolares y comunitarios) presentan una serie de actividades articuladas (recuperación de conocimientos de la comunidad, indagación, comprensión, socialización, aplicación y retroalimentación) para el abordaje, a través de la acción contextualizada, de los contenidos educativos. Para la elaboración de este escrito se han revisado los materiales correspondientes al sexto grado de educación primaria.

    Una de las novedades más evidentes de los libros de texto es que, después de varias décadas, dejan de organizarse en función de asignaturas y también, salvo el material de consulta, de regirse por una lógica de contenido por contenido. En cambio, presentan grandes temas para abordarlos a manera de proyectos, enlazando diversas disciplinas de los campos formativos. Los nuevos materiales bibliográficos parecen ser acordes con el alejamiento de un currículo centrado en los contenidos y las asignaturas, combatiendo la fragmentación del conocimiento escolar. Quedará en manos de los docentes practicar una enseñanza que también fomente la interdisciplina en el alumnado y una visión global de la realidad.

    Como ya se mencionó, el libro Nuestros saberes es el material de consulta del que dispondrán los alumnos. En éste, se presentan definiciones y explicaciones de diversos conceptos que se tienen que abordar según los contenidos obligatorios. Si bien la información es concisa y digerible para los niños, valdría la pena considerar otro ordenamiento para facilitar la consulta pues, aunque se organiza según los campos formativos, dentro de éstos es fácil extraviarse, dada la abundancia de conceptos a tratar. Por ejemplo, en lo correspondiente al campo formativo Saberes y pensamiento científico, se presentan de manera alternada conceptos relativos a las ciencias naturales y las matemáticas. Otra forma de organización de este material, quizá con un ordenamiento por núcleos temáticos más amplios, podría facilitar su uso.

    Un aspecto relevante del libro Nuestros saberes tiene que ver con la intención de convertirlo en un material para empleo no sólo de alumnos, sino de docentes y familias. En ese sentido, contiene, entre otras, dos secciones: “Profundicemos”, en la que, para los docentes, se emiten recomendaciones y orientaciones didácticas generales según los contenidos abordados, y “Situaciones para aprender en familia”, que propone actividades sencillas para realizarse en casa de acuerdo con lo estudiado.  Dada la existencia de contextos desfavorables, convendría revisar la pertinencia de la inclusión de códigos QR para ampliar las recomendaciones a profesores y los materiales didácticos sugeridos.

    Debe mencionarse que se advierte un desequilibrio en la composición de los libros de texto: tanto en los materiales de consulta, como en las actividades de los proyectos, es mucho menor el abordaje de cuestiones matemáticas en comparación con el de otras disciplinas. Sin embargo, también conviene aclarar que esto no significa, necesariamente, que las matemáticas tengan que ser relegadas en el diseño de las situaciones de aprendizaje: los contenidos y los aprendizajes a desarrollar están claramente expresados en los programas sintéticos de cada fase. Será tarea del magisterio encontrar la manera de integrarlos adecuadamente a los proyectos preestablecidos en los libros de texto o bien generar los propios.

    La serie de libros Proyectos (de aula, escolares y comunitarios) propone una amplia gama de proyectos de índole variada. Se debe recordar que en las escuelas se elaborarán programas analíticos que responden a problemáticas del entorno, a las que se articularán contenidos y aprendizajes, así como metodologías idóneas para su abordaje. En ese sentido, es de suponerse que los docentes tendrán la posibilidad de descartar o modificar algunos proyectos de los libros para empatarlos con el entorno en el que se desenvuelven. Se observa el riesgo de que estos proyectos genéricos en los libros de texto puedan ser implementados en las aulas de manera acrítica, dando al traste con la contextualización de la enseñanza que se pretende. Sin embargo, también se destaca, favorablemente, la gran diversidad de las temáticas de los proyectos (culturales, científicos, ambientales, etc.), lo que amplía las posibilidades de vincularlos con los programas analíticos de cada escuela.

    Existen aspectos de forma en los libros de texto que deben ser pulidos: en cuanto al estilo de redacción, en varios fragmentos hay un énfasis forzado en la palabra “comunidad”, por ejemplo: “de manera individual, y sin olvidar que eres parte de una comunidad, concentra los resultados de toda tu comunidad en la siguiente tabla” (Proyectos de aula, sexto grado, p. 134). Y así varios ejemplos más que propician, en ciertos pasajes, una redacción monótona.  También, destaca que no hay uniformidad en la manera de hacer distinciones de género.  Por ejemplo, en el libro Nuestro saberes: se modifican palabras para abarcar ambos géneros (“todxs”, p. 3), el masculino abarca también al femenino (“los estudiantes”, p. 12) o se mencionan, por separado, los sustantivos masculinos y femeninos (“los niños y las niñas”, p. 233). Si bien se trata de asuntos de forma, convendría atender estos detalles.

    La filtración de los nuevos libros de texto ha provocado una vigorosa oleada de críticas, desde algunas con amplio rigor académico, hasta otras que, desde una posible desinformación, caen en exageraciones, imprecisiones y hasta mentiras. Una de estas críticas tiene que ver, por enésima ocasión, con la desaparición de las asignaturas, quizá deduciendo lo anterior del hecho de que ya no existen libros específicos para cada disciplina: si no hay libro, no hay asignatura, pareciera el argumento. No ha sido suficiente que el plan de estudio y los programas sintéticos por fase continúen organizando los aprendizajes en disciplinas para que se deje de insistir en la supuesta extinción. Lo mismo sucedió, hace unos meses, con la extinción de los grados escolares, que no llegó a concretarse. Tal vez se apuesta a repetir mil veces una mentira para hacerla parecer verdad.

    Por otra parte, se ha criticado al libro Nuestros saberes por su aparente aliento al enciclopedismo, como si se prescribiera que la información que en él se presenta tiene que ser vaciada en el estudiantado, contraviniendo a la pedagogía freiriana y su oposición a la educación bancaria en la que se respalda la Nueva Escuela Mexicana. Sin embargo, en la presentación del texto se establece claramente que se trata de “un material de consulta que […] apoye en los proyectos que realizarán a lo largo del ciclo escolar” (Nuestros saberes, p. 5). El enciclopedismo, más allá del grosor del libro de texto que se emplea o la forma de presentar información, se manifiesta en las formas de aprendizaje que promueven los docentes en sus alumnos. Se puede ser enciclopedista con éste o con cualquier libro.

    Las acusaciones sobre los nuevos materiales han caído en imprecisiones que rayan en mentiras flagrantes. Por ejemplo, en una solicitud de firmas virtual para la cancelación de la implementación de los materiales, se asegura que los alumnos no dispondrán de libros de lectura. ¿O se ignoran todos los libros o intencionalmente se fomenta el alarmismo? Como ya se dijo, el libro Múltiples lenguajes proporciona al estudiantado una gran diversidad de textos de temas variados, si bien queda en el gusto de cada lector el valor de esta nueva compilación de lecturas en comparación con la empleada hasta hoy.  Se dice también en la solicitud, erróneamente, que los libros carecen de opciones para reafirmar en casa lo aprendido, cuando es precisamente ese es precisamente el propósito de la sección “Situaciones para aprender en familia”, del libro Nuestros saberes.

    En esa misma petición, se atribuye a los nuevos libros de texto la supuesta falta de profundidad y el desorden en las reflexiones sobre los contenidos de las asignaturas. Al respecto, conviene recordar que son los programas sintéticos de cada grado, y no los libros de texto, los que establecen los contenidos nacionales obligatorios para cada campo formativo, así como su progresión y articulación por procesos de desarrollo según las diferentes fases que conforman el trayecto educativo. No hay que exigirle al libro de texto lo que no debe dar.

    Parece arriesgado asumir que el hecho de que un contenido no esté explícitamente en un libro de texto signifique que no será enseñado en la escuela o que, en el mejor de los casos, no se profundizará en él. Bajo este supuesto, ¿entonces cómo se abordó hasta hoy la alfabetización inicial de niños de primero y segundo grados de primaria, cuando no hay lecciones del libro donde se trate explícitamente tal propósito?

    La polémica suscitada sobre la calidad de los libros de texto se ha generado, en parte, por tener expectativas erróneas sobre los mismos. Si bien éste es el material didáctico más importante del que dispone la escuela mexicana en su conjunto (no se soslaya que en contextos favorecidos haya incluso mejores recursos disponibles), pareciera que se asume que lo establecido en el libro de texto es lo que los profesores realizarán paso a paso en sus aulas. Más allá de costumbres que puedan tardar en ser revertidas (es innegable la fuerza del libro como referente para la intervención pedagógica), ¿deben estos materiales marcar el actuar del docente y los alumnos en cuanto a lo que se realiza diariamente en el aula? ¿Es el libro de texto la única vía de aparición de un contenido en el aula? ¿No se minimiza, con este tipo de supuestos, la capacidad inventiva del profesorado?

    Sin duda el magisterio tiene un reto importante frente a sí para el uso efectivo de los libros de texto. Primeramente, deberá conocerlos y apropiarse de ellos apresuradamente, pues, a menos de un mes del inicio del próximo ciclo escolar, la autoridad educativa no los ha dado a conocer de manera oficial y todo lo que se sabe de ellos es a través de filtraciones. Por otra parte, desde lo técnico, el profesorado deberá también evitar que el trabajo por proyectos que se propone en los materiales vaya en detrimento de momentos específicos para la reflexión de contenidos, impidiendo experiencias con poco valor didáctico y aprendizajes escasos o superficiales: hay momentos para poner manos a la obra, pero también para reflexionar y estudiar. Deberá hacer un esfuerzo, quizá adicional para algunos, por articular y dar sentido práctico a los contenidos.

    Los libros de texto son, y siempre serán, mejorables. Es valioso que su aparición avive el debate en torno a un recurso tan importante, que por décadas ha intentado igualar las oportunidades educativas de los mexicanos. Sin embargo, el debate también se ha contaminado: desde aquellos que con intolerancia y soberbia descalifican las críticas, hasta aquellos que buscan dar zancadillas y escandalizar, a veces claramente desde la desinformación y la animadversión política. Es sano que, a través de diferentes voces, se exijan materiales cada vez de mayor calidad. La escuela mexicana necesita los mejores libros de texto. Que su implementación sea exitosa y su mejoramiento permanente.


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  • Más allá de la violencia en la escuela

    Más allá de la violencia en la escuela

    El fenómeno de la violencia en las escuelas es un tema preocupante, pues sus efectos pueden ser devastadores, tanto para las personas como para las familias y las comunidades. Sus expresiones son diversas e involucran en variadas medidas y formas a los diferentes actores, no sólo de las instituciones escolares, sino de las comunidades de las que forman parte; sin embargo, la llamada violencia entre estudiantes es la que más se ha visibilizado y expuesto a la opinión pública. Sin duda es necesario analizar las raíces más profundas del problema para vislumbrar formas de revertirlo.

    No se trata sólo de un asunto de jóvenes desorientados o de familias que no saben poner límites a sus hijas e hijos; las expresiones de violencia en la escuela representan apenas la punta del iceberg de una problemática mucho más amplia. Hoy, más que nunca, para entender y transformar lo que pasa en la escuela necesitamos profundizar nuestra mirada, tanto sobre ella misma como en relación con lo que ocurre más allá de sus puertas.

    Vivimos en una sociedad marcada por las desigualdades económicas y sociales, que se profundizaron en las últimas décadas a partir de políticas que respondieron a la lógica del mercado y la privatización de los bienes públicos del país. El incremento en los índices de pobreza y marginación ha derivado en precarias condiciones materiales de vida para las infancias y juventudes, de tal manera que no todas tienen las mismas posibilidades de ejercer sus derechos fundamentales. Por otro lado, los procesos históricos de racismo, discriminación, clasismo y machismo, aunados a la promoción de un programa ideológico neoliberal que se encargó de promover formas de ser y de pensar volcadas hacia el individualismo, la competencia, la meritocracia y el consumismo, permean casi de forma naturalizada las relaciones cotidianas, lo cual agudiza la fragmentación y conflictividad sociales.

    En este contexto, los discursos acerca de la violencia asociada con las infancias y juventudes se han orientado cada vez más hacia la patologización y criminalización por sus expresiones, como si fuera sólo responsabilidad de ellas y de sus familias; más aún cuando involucra a los grupos sociales más estigmatizados y en condiciones de mayor vulnerabilidad.

    Por ello es primordial analizar lo que pasa en las escuelas: ya sea las que se han constituido como lugares de mayor justicia para niñas, niños, adolescentes y jóvenes, o aquellas que –por el contrario– operan formas de violencia simbólica, frecuentemente invisibilizada, pues re- producen procesos de discriminación, estigmatización y exclusión que se viven en el entorno social donde se encuentran, según ha expuesto Carina Kaplan en La inclusión como posibilidad.

    Conocer lo que ocurre en las escuelas y más allá de ellas nos permite plantear otro tipo de preguntas –como sugiere Juan Bello en este número– para saber de qué manera, desde la escuela, es posible desmontar miradas estigmatizantes sobre las infancias y las juventudes; cómo podemos trascender los discursos sobre la violencia escolar para develar los procesos más profundos que la subyacen; de qué modo contribuir, desde las escuelas, en la construcción de políticas, prácticas y culturas que favorezcan el desarrollo integral de niñas, niños, adolescentes y jóvenes. En este número de Educación en Movimiento colocamos el tema sobre la mesa, con textos de docentes y analistas que consideran varios abordajes, cuya intención es provocar algunas reflexiones.

    Publicado en el Boletín ‘Educación en Movimiento‘ núm. 19 (tercera época) de Mejoredu.

  • Generación de cristal

    Generación de cristal

    “Nadie educa a nadie, y nadie se educa a sí mismo; los hombres se educan entre sí, con mediación del mundo”… Paulo Freire en el libro “Pedagogía del Oprimido”

    La educación acompaña los cambios sociales, se adapta, pero se complejiza a partir de sucesos que se viven a nivel familiar que impacta los esfuerzos educativos. Uno de los efectos es lo que se le ha denominado como la “generación de cristal” que es se utiliza para describir a las nuevas generaciones. Surge de la percepción de que son más frágiles, sensibles o propensos a ofenderse en comparación con generaciones anteriores.

    Existen un cierto consenso en que esto sucede, porque han enfrentado una mayor exposición a las redes sociales donde las críticas, el ciberacoso y las comparaciones constantes son comunes; mayor educación sobre respeto y diversidad lo que provoca menor tolerancia a los comentarios insensibles o discriminatorios; pero en mayor medida por los cambios en la crianza al interior de los hogares.

    Así, está el caso de los «padres helicóptero» que son aquellos que están constantemente supervisando y entrometiéndose en la vida de sus hijos, incluso en asuntos que los hijos podrían manejar por sí mismos, lo que puede limitar las oportunidades de los niños para aprender a enfrentar adversidades; el Miedo al fracaso, llevándolos a protegerlos de situaciones en las que podrían no tener éxito, lo que limitar la capacidad para desarrollar resiliencia y entender que está bien fallar y aprender de los errores; la era de la gratificación en donde muchas cosas se obtienen de manera instantánea (información, entretenimiento, comunicación), limitando su capacidad para desarrollar paciencia y perseverancia; la sobre programación, en donde muchos niños de hoy tienen horarios muy estructurados con clases extracurriculares, deportes, lecciones y otras actividades, que puede limitar el tiempo libre de un niño para el juego no estructurado, la creatividad y aprender a manejar el aburrimiento; la Tecnología y supervisión en donde muchos padres pueden monitorear a sus hijos de formas que antes no eran posibles, como aplicaciones de rastreo o monitoreo de actividades en línea que limita la sensación de independencia y privacidad de los niños y por supuesto la priorización del éxito académico, en donde hay una presión creciente para que los niños tengan éxito, lo que puede llevar a intervenir excesivamente en la educación de sus hijos, haciendo tareas o proyectos para ellos o presionando a docentes para que den calificaciones más altas.

    Necesitamos entender que la escuela no educa, el hogar si, la escuela imparte contenidos y se espera que le sean de utilidad para su vida adulta, pero las familias necesitan saber que la escuela continua la labor que se hace en casa con sus propios principios y valores desde donde se hace lo imposible para continuar con su educación.

    La cita inicial precisa que la educación no es un acto unidireccional, sino un proceso colaborativo, de ahí que las familias deben conocer que lo que hacen repercute en la escuela, y que será en el hogar en donde enfrenten las consecuencias. Porque la educación es el camino…

    https://manuelnavarrow.com

    [email protected]

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  • Los “inservibles” Libros de Texto Gratuitos

    Los “inservibles” Libros de Texto Gratuitos

    Hace unos días tuve la oportunidad de leer un “tuit” que llamó mi atención; palabras más palabras menos, una especialista en el área de matemáticas, en entrevista con algún periodista de Así Las Cosas W, recomendaba a los maestros que usaran los libros de texto gratuito del año pasado porque los actuales no servían para nada, refiriéndose a los de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) que han comenzado a circular en las redes sociales, pero también a llegar a varios estados de nuestra República Mexicana. Desde luego, de entrada, pienso que ésta fue una afirmación desafortunada y lanzada al calor de la polémica y la inmediatez con la que circula la información en distintos medios de comunicación y entre las personas que, tal vez, no comparten o coinciden con los materiales educativos que la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha propuesto para el siguiente ciclo escolar, justo cuando entrará en vigor el Plan de Estudio 2022.

    También pienso que fue desafortunada porque, por ejemplo, como docente frente a grupo, he intentado que mis alumnas y alumnos no obtengan conclusiones apresuradas sobre tal o cual hecho o fenómeno hasta no haber realizado una investigación o estudio, lo más completo posible y siguiendo una metodología o procedimiento que, precisamente, nos lleve a formular un posible juicio, basado en esa indagación y el conocimiento que de ésta se obtiene. 

    Es cierto, la preparación académica y profesional es, y será, un elemento fundamental para que, posiblemente, se puedan adelantar juicos sobre algunos aspectos que, desde luego, se relacionan con la disciplina que se domina, esto es importantísimo subrayarlo, sin embargo, considero que como académicos y/o especialistas en determinados campos de estudio, se debe reconocer que lo que se puede observar en los Libros de Texto Gratuito (LTG) de la NEM no siempre es lo que se va a enseñar en las aulas, por tanto, lo que aparece en cualquier libro de texto, de cualquier periodo o sexenio, nunca es lo que se enseña o va a enseñar en las escuelas, puede ser parte de ese enseñanza pero nunca la enseñanza misma; entonces, recurrir a una revisión un tanto más completa sobre estos materiales podría llevar, tal vez, a replantear las impresiones a priori que se lanzan, insisto, al calor de la inmediatez.

    Es cierto, hay estudios que han evidenciado que, por ejemplo, los LTG son empleados por los docentes en las aulas y en las escuelas, pero, me parece que hay una diferencia importante entre emplear y enseñar; el primero, podría entenderse a partir de concebir a éstos como una herramienta con la que la maestra, maestro, estudiantes y hasta padres de familia, cuentan para complementar un proceso formativo; el segundo, creo no es necesario explicarlo ampliamente, responde a la pedagogía y a la didáctica que, en sentido estricto, fundamenta el quehacer del docente.

    En consecuencia, si hasta hace algunos días los LTG de algunos grados y fases habían comenzado a circular en las redes sociales, pero también a llegar a las entidades federativas, dicha especialista en el área de matemáticas ¿ya había tendido en sus manos todos los libros de todos los grados y fases como para lanzar una afirmación de esta naturaleza? Si la respuesta fuera afirmativa, ¿no sería prudente y pertinente que compartiera los hallazgos de su investigación, o investigaciones para que pudiéramos conocerlas y, desde luego, formar un punto de vista sobre éstos?

    No niego, como lo he escrito en varios artículos, que dichos LTG tienen la posibilidad de ser mejorados a partir de la participación de diversos actores, por ejemplo, en el tan conocido tema de la lección de los mangos o la abstracción que tienen algunos contenidos; sin embargo, asegurar que no tienen que emplearse porque todo está mal o porque no sirven para nada, desde mi perspectiva: es absurdo. 

    En este mismo sentido, no niego, como lo he escrito en varios, pero en varios artículos, la pésima gestión en la SEP para que su proyecto, denominado NEM, tenga y haga sentido en el magisterio; sencillamente su estrategia de comunicación ha sido un total y absoluto fracaso, pero también, la capacidad de generar propuestas de formación que coadyuven al trabajo que vienen realizando los docentes en los Consejos Técnicos Escolares. En este mismo tenor, no niego lo pendenciero y la verborrea constante de un funcionario público de la SEP, cuya área precisamente tiene la enorme responsabilidad de entregar los LTG; ¿quién le habrá dicho que las maestras y los maestros necesitan de un “salvador” o “iluminado” que los defienda? Finalmente, no niego, tal y como lo he escrito en múltiples artículos que, tanto el Plan de Estudio 2022 como los Programas Sintéticos, entre otras cuestiones que medianamente ha dado a conocer la SEP, tienen varias áreas de oportunidad para ser atendidas y/o mejoradas; sin embargo, también he señalado que dicha propuesta tiene elementos importantes que intentan superar los anteriores modelos educativos a partir de, por ejemplo, acercarle la autonomía a los docentes para el reconocimiento de las problemáticas y, consecuentemente, construir un programa analítico. Sí, nada de esto niego, pero insisto, de ahí a que yo pueda asegurar que nada de esto sirve y, por tanto, tendríamos que emplear lo de años pasados me parece una afirmación grave porque, cada maestra, cada maestro, cada persona que tiene la maravillosa oportunidad de reflexionar y formarse un juicio, podría justamente hacer eso, formarse un juicio después de haber tenido en sus manos, por ejemplo, estos materiales o ¿acaso se piensa que los seres humanos no conocemos el significado de libre albedrío

    Ahora bien, en medio de este asunto se nos olvida algo importante, la participación de varias maestras y maestros a lo largo y ancho de la República Mexicana; un ejercicio que, por donde quiera que se mire resulta ser enriquecedor y digno de reconocerse. Obviamente, muchas de las críticas que se han venido formulando en diversos medios de comunicación olvidan por completo que muchas maestras y maestros frente a grupo fueron los que participaron en este proceso; repito, fueron muchos y ello me consta. Será entonces ¿que la misma ultra derecha, derecha, ultra conservadores, conservadores, grupos afines, entre otros, que hasta hace pocos años pensaban que privatizar la educación era un estupendo negocio y por ello antepusieron la evaluación punitiva como un mecanismo sancionador más que formador, no se han cansado de denostar al magisterio mexicano?, ¿no acaso lo más valioso para una sociedad tendría que ser una maestra y un maestro?, ¿por qué no reconocer su participación, tiempo, esfuerzo, experiencia o conocimiento en este proyecto?, ¿por qué en aras de denostar un régimen o a un funcionario público pendenciero no se dan la oportunidad de observar que no todo está mal como se afirma y que sí tiene aspectos relevantes como en el libro denominado Nuestros Saberes? En fin, ¿por qué no confiar en las maestras y maestros?

    Dudo mucho que el total de docentes que participaron en la construcción de los LTG coincidan con el régimen que hoy gobierna, ¿acaso no podría pensarse que muchos de ellos fueron participes por iniciativa propia porque desearon aportar un granito de arena en estos materiales que el día de mañana los tendrán en sus manos para trabajarlos con sus alumnos?, ¿acaso no tendrían que ser ellos nuestros grandes intelectuales?

    Al tiempo.  

    Con negritas:

    Vaya negocio ha resultado el vacío que ha dejado la SEP por su fallida estrategia de comunicación; hoy, quienes hasta hace unos meses criticaban el Plan de Estudio 2022, venden manuales para la construcción del programa analítico, así como formatos para la construcción del plano didáctico. ¿Entonces no estaba tan mal dicho plan o sí? ¡Vaya negocio!

  • Desapego familiar en el aprendizaje

    Desapego familiar en el aprendizaje

    En la actualidad, nos encontramos inmersos en un modelo económico que ha traído consigo importantes cambios sociales y una modernidad líquida, que describió Bauman, donde todo parece ir demasiado rápido. Los avances tecnológicos, como los teléfonos y las computadoras, han invadido nuestro espacio personal e incluso el familiar, generando una colectividad individualizada. En este contexto, es evidente que el enfoque, la participación y la actividad de los padres en el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus hijos ha sufrido transformaciones significativas.

    Resulta cada vez más común observar dificultades en los estudiantes para apropiarse de los conocimientos, principalmente debido a la falta de apoyo por parte de sus familias para enfrentar los desafíos educativos. Esta situación tiene consecuencias visibles en la realidad social, donde se percibe una falta de intervención por parte de las familias en el fortalecimiento del proceso escolar.

    Es fundamental comprender que el compromiso de los padres y el apoyo familiar desempeñan un papel crucial en el aprendizaje de los hijos. El hogar debe convertirse en un espacio propicio para fomentar la curiosidad, el interés por el conocimiento y el desarrollo de habilidades académicas. Para lograrlo, es necesario establecer una mejor relación y una comunicación efectiva entre padres e hijos.

    Es esencial que los padres demuestren un interés genuino por la educación de sus hijos y se involucren activamente en su proceso de aprendizaje. Esto implica dedicar tiempo de calidad para escuchar y comprender las inquietudes, necesidades y logros de sus hijos. Además, es importante establecer una rutina de estudio en casa, donde se brinde un ambiente tranquilo y propicio para el aprendizaje.

    Asimismo, es fundamental que los padres establezcan expectativas claras y realistas para sus hijos, alentándoles a esforzarse y alcanzar sus metas académicas. El reconocimiento y el refuerzo positivo por los logros obtenidos son elementos clave para motivar y fortalecer la autoestima de los estudiantes.

    La colaboración entre la escuela y la familia también juega un papel fundamental en el proceso educativo. Los padres deben mantener una comunicación constante con los docentes, participar en reuniones escolares y estar al tanto del progreso académico de sus hijos. Esta colaboración permitirá identificar posibles dificultades y brindar el apoyo necesario de manera oportuna.

    Así, es importante destacar que el aprendizaje no se limita al ámbito académico. Los padres deben fomentar el desarrollo integral de sus hijos, promoviendo actividades extracurriculares, lectura, exploración de intereses personales y la adquisición de habilidades socioemocionales. Estos aspectos son fundamentales para formar individuos completos y preparados para enfrentar los retos de la vida.

    En este contexto de cambios acelerados y colectividad individualizada, es crucial que los padres asuman un compromiso activo en la educación de sus hijos. El fortalecimiento de la relación y el apoyo familiar son elementos clave para fomentar un mejor proceso de aprendizaje. La participación activa de los padres, la comunicación efectiva, el establecimiento de expectativas realistas y el reconocimiento de los logros son estrategias fundamentales para promover el éxito educativo y el desarrollo integral de los hijos, porque la Educación es el camino…

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  • El Programa Analítico y los Libros de Texto Gratuito: ¿por qué la polémica?

    El Programa Analítico y los Libros de Texto Gratuito: ¿por qué la polémica?

    Yo sí celebro que en las últimas semanas se esté hablando, tal vez como nunca se había hecho, del Programa Analítico y de los Libros de Texto Gratuitos (LTG). Ya sea en la televisión, en radio, en redes sociales, en las escuelas, en los hogares, fin, en cualquier espacio público las conversaciones se están dando y qué bueno; ello brinda la posibilidad de observar diferentes miradas sobre el hecho educativo; tema que es fundamental en la vida de los seres humanos, en este caso, de los mexicanos.

    Esta situación hasta unos años era algo imposible o impensable porque, como se recordará, los Planes de Estudio, los Planes y Programas de Estudio o los Libros de Texto, eran diseñados conforme a ciertas políticas que, de cierta manera, eran ajenas a los propios intereses, demandas o necesidades de millones de estudiantes mexicanos. Claro, el enfoque basado en competencias tenía que implementarse porque, según se dijo, tenían que formarse individuos que fueran alguien en la vida, capaces de enfrentar los diversos obstáculos, ser parte de un mundo globalizado y, para ello, tenían que movilizar todos los recursos cognitivos que les permitieran hacer frente a todo tipo de situaciones. Recuerdo que por esos años se dialogaba mucho en razón de lo que podría entenderse o comprenderse por “competencia”, algunos expertos en la materia aludían a esa movilización de recursos cognitivos; otros, bajo esa misma premisa, también señalaban que ésta no era en sí misma conocimientos, habilidades, actitudes y valores, aunque sí movilizaban e integraban estos recursos. El diálogo, insisto, se quedaba en ese nivel, en el de los expertos y en el de los funcionarios de la Secretaría de Educación Pública (SEP), mientras que las maestras y maestros, alumnos y padres de familia, prácticamente esperaban en sus respectivos espacios el conocimiento emanado de esas fuentes de información, así como los materiales y recursos que tales actores iban a emplear durante el ciclo escolar. 

    Cuando llegó el 2013 la cosa no cambió mucho que digamos, el enfoque basado en competencias fue sustituido por algo que se denominó “competencial”; ahí los aprendizajes clave no eran otra cosa más que los dominios de un conocimiento, una habilidad, una actitud o un valor que, concretados de esa manera, podrían dar pauta a lo que se conoció como aprendizaje esperado, en virtud de que la propuesta que se consumó en 2017, asumía que el currículo era algo más que un listado de contenidos. En consecuencia, la andanada de cursos, conferencias o programas de capacitación para el conocimiento de ese plan de estudios, cuyo enfoque era competencial, no se hicieron esperar. De nueva cuenta, las maestras y maestros, alumnos y padres de familia, tuvieron que esperar en sus respectivos espacios el conocimiento emanado de diversas fuentes de información, pero también, los materiales y recursos para que pudieran comenzar a realizar las actividades en sus respectivos espacios escolares.

    Ahora bien, ¿qué es lo que ha pasado con la llegada de un nuevo gobierno al poder en 2018 y su consecuente plan de estudio?, ¿habrá cambiado algo el esquema descrito o, podría decir, esa cultura que a través de los años se fue construyendo y hasta fortaleciendo en el Sistema Educativo Nacional, caracterizada por el excesivo centralismo en la elaboración de un plan de estudio, de planes y programas de estudio y de los LTG?, ¿habrá cambiado en algo la posterior generación de conocimiento, capacitación o programas de formación para el conocimiento de un plan de estudio?

    Desde luego hay que reconocer, que en varias cuestiones no se han superado de ese esquema o cultura que antecede al Plan de Estudio 2022; eso es un hecho innegable e inocultable y, para muestra un botón: los foros de consulta – y de los cuales también escribí en su momento – ni fueron totalmente abiertos ni desarrollaron la posibilidad de escuchar a muchos actores que serían fundamentales en este proceso, por ejemplo, a las maestras y maestros porque, como se sabe, en varios lugares las “huestes sindicales” cooptaron los espacios, pero también las autoridades educativas locales. En fin, repito, no reconocer esta cuestión sería ocultar que las cosas no se hicieron como deberían de hacerse desde el principio. Recuerdo haber escrito un texto donde señalé que los “foros de consulta” que antecedieron al plan de estudios 2017 habían cobrado vida para el plan 2022 y su consecuente legitimación. En fin.

    Independientemente de lo escrito en el párrafo anterior, pienso que también ha habido algunos cambios importantes y, podría decir, hasta necesarios en algunos espacios de nuestro Sistema Educativo; cambios que han generado esa conversación a la que aludía al inicio de estas líneas porque, desde luego, han abierto la posibilidad de un debate que podría llevarnos a superar esa vieja o anquilosada idea de que todo tiene que emanar desde el centro, como si el centro fuera el todo y las partes no importaran. 

    Por un lado, con todas los aciertos y vicisitudes, el conocido Plan de Estudio 2022 abrió la posibilidad de escribir lo que el docente siempre y en todo momento hace en la escuela y en el aula, independientemente del Plan de Estudio; escritura que podría llevarlos a construir un Programa Analítico como el que ha sido requerido. Al respecto, por ejemplo, Irma Villalpando hace unos días, en su cuenta de Twitter escribía: “La confusión del programa analítico es porque está sobre valorado y sobre explicado. Es algo así como poner por escrito lo que siempre hacemos en las escuelas. Si haces una buena planeación de clase ahí encuentras de manera implícita el analítico”. Y bueno, coincido totalmente con esta idea, porque en todo este tiempo, desde que comenzó a construirse dicho programa, en los diversos espacios escolares en los que he tenido la oportunidad de interactuar con los colectivos docentes, he podido identificar la zozobra o incertidumbre que genera este cambio, sin embargo, cuando se trabaja en ese reconocimiento (reflexión y análisis) de los que hacen como parte de su quehacer cotidiano, dicha zozobra o incertidumbre se va diluyendo, de ahí que sea necesario e indispensable este ejercicio de reconocimiento sin que la autoridad educativa, de nueva cuenta, determine el usar o no un formato que, dicho sea de paso, poco favorece en esta acción que parte de la reflexión y análisis, mismas que materializan lo que el profesor o profesora, con su autonomía, desarrolla en el aula.

    Entonces, ¿acaso no pude haber mejor espacio de formación docente que el intercambio de experiencias, sabes o conocimientos al interior de un colectivo de maestras y maestros?, ¿por qué habría que esperar que desde el centro llueva una “capacitación” cuando, como su nombre lo indica, refiere de manera inmediata que aquel que recibe dicha “capacitación” carece de algo?, ¿no acaso el docente, independientemente de su formación inicial, viene actuando en razón de algo y a partir de ello generando algo en sus respectivos espacios escolares?, ¿no sería indispensable y necesario compartir eso que hace o hacen para generar algo y con ello generar otras propuestas que pueden ser materializadas por grado o fase? Obviamente, no niego que escuchar una conferencia, ver un video, tomar un artículo o leer un libro no sea de gran ayuda en este proceso formativo, sin embargo, tales insumos son eso, parte de un proceso y no el fin mismo, porque los principales actores en dicho proceso han sido, son y serán las y los maestros. De ahí que sea imperante no comprar esos manuales que “guían” la “construcción” de un programa analítico. 

    Finalmente deseo señalar que, si bien es cierto que los LTG presentan algunas áreas de oportunidad necesarias, no podemos negar el hecho de que docentes en servicio de diversas latitudes del país hayan sido participes en su construcción; sí, fueron maestras y maestros que aportaron lo que, desde su experiencia, saber o conocimiento consideraron pertinente y viable incluir en éstos. Es obvio que dichas aportaciones son eso, una propuesta que el docente puede enriquecer o, tal vez, ignorar para dar cabida a sus propias propuestas, lo cual me parecería magnífico y extraordinario llevar a cabo en el aula. ¿Por qué no habría que considerar su puesta en marcha y solicitar se atiendan esas áreas de oportunidad que, por ejemplo, han sido detectadas? 

    Personalmente, prefiero tener esa posibilidad, la que solo brinda la autonomía profesional, que estar sujeto a materiales o recursos educativos que, muchas veces, no encuentran sentido en mi aula. Es obvio que los problemas reales que los maestros y maestras vivimos diaria y cotidianamente en los salones, no son atendidos a través de un plan de estudio ni un libro de texto; partir de ese problema para diseñar momentos de intervención didáctico-pedagógica en el salón de clases y en la escuela se convierte en un eje relevante en la acción docente, cosa que los docentes generalmente realizan en sus espacios escolares.

    Y bueno, cierro estas líneas con un par de palabras que siempre empleó en mis escritos: al tiempo. Porque el tiempo habrá de definir si el magisterio opta por mantener esa cultura “tradicionalista y vertical” u opta por dar paso a una “activa y horizontal”.

    Es cuanto.

  • La disminución del salario real de los y las maestras: 2005-2022

    La disminución del salario real de los y las maestras: 2005-2022

    La revaloración social del magisterio no es algo nuevo, la hemos escuchado muchas veces, cuando menos desde los años noventa. Recordemos: ése era uno de los propósitos del Acuerdo Nacional de Modernización de la Educación Básica y Normal (ANMEBN) de 1992, luego de una década brutal de reducciones en los ingresos docentes. En ese entonces, la revaloración se entendía como aumentos salariales, mejores condiciones laborales, créditos para vivienda y, sobre todo, un programa de estímulos llamado Carrera Magisterial.

    Desde 2018-2019 empezamos a escuchar de nuevo la misma intención gubernamental, ahora como parte de las acciones reivindicatorias del gobierno de la IV T, tras la reforma educativa del Pacto por México. Curiosamente, quien renovó su uso fue Esteban Moctezuma Barragán, primer secretario de educación del gobierno de  AMLO, uno de los responsables de la firma del ANMEBN en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.

    La revaloración magisterial de estos tiempos tiene otros componentes, además del discursivo.

    • Primero, se eliminaron del texto constitucional los aspectos considerados punitivos de la reforma del Pacto por México, en particular el más odiado: la evaluación para la permanencia.
    • Segundo, se incorporó al artículo 3º. el reconocimiento de que “Las maestras y los maestros son agentes fundamentales del proceso educativo y, por tanto, se reconoce su contribución a la trasformación social. Tendrán derecho de acceder a un sistema integral de formación, de capacitación y de actualización retroalimentado por evaluaciones diagnósticas, para cumplir los objetivos y propósitos del Sistema Educativo Nacional”.
    • Tercero, hubo promesas, reuniones, foros, mesas de análisis para discutir mil y un problemas de la realidad educativa, muestra de una nueva voluntad política.
    • Cuarto; otorgamiento de un reconocimiento de 720 pesos a la labor docente durante la pandemia -además de haber pagado de manera ininterrumpida los salarios durante ese mismo tiempo, como señaló Delfina Gómez en su oportunidad.[1]

    ¿Basta eso para cumplir con la revaloración magisterial, luego de la agresividad mostrada por Mexicanos Primero, el PAN, el PRI, el PRD, comentaristas, opinócratas, académicos y funcionarios denostando a los y las maestras movilizadas contra la reforma educativa del Pacto por México?

    Obras son amores y no buenas razones, reza el epígrafe bíblico.[2] Pues sí, la revaloración empieza por las condiciones materiales del magisterio, primero por las condiciones que le permitan vivir con dignidad a sus integrantes y sus familias.  Para decirlo brevemente: la revaloración empieza por el salario, por el total de las percepciones de los y las maestras. Luego por las condiciones laborales en que se desenvuelve, su estabilidad y certidumbre; lo demás es discurso.

    Y aquí empiezan los problemas. Visto desde el lado de los ingresos, ¿qué tan reconocido está el magisterio? En otras palabras, ¿cuál es la evolución de los salarios docentes? ¿Se les ha hecho justicia?

    Para empezar a contestar estas preguntas, hay que reconocer una serie de dificultades. De repente, hablamos del   salario como sinónimo del ingreso de los trabajadores. En términos generales así es, sin embargo, en términos jurídico-administrativos la noción de salario frecuentemente se reduce a una de sus expresiones administrativas, en la terminología de la SEP, por ejemplo, al concepto 07, el salario tabular, en el Catálogo y Tabulador se le llama también sueldo base.

    No es el único concepto en la parte de los ingresos de los recibos de nómina; hay otros derivados de las luchas sindicales que forman parte de las prestaciones económicas, como la Despensa, el Material Didáctico, la Previsión Social Múltiple, la Asignación Docente y otros tipos de ayuda que aumentan los ingresos en diferente proporción, dependiendo de la trayectoria profesional, la forma de contratación, el nivel y la modalidad educativa, etc. En conjunto pueden representar entre el 15 y el 20% de las percepciones totales.

    Las diferencias salariales en el magisterio estarían dadas, en general, por la antigüedad, el escalafón, la zona geográfica y las relaciones políticas y sindicales. Cuando menos hasta principios de los años noventa. De hecho en 1992 se añadió un concepto que no es general, que deriva de evaluaciones con normatividades que han ido evolucionando con el tiempo: Carrera Magisterial.

    Se trata de una programa de promoción horizontal, es decir, al que los y las profesoras pueden acceder a mayores niveles salariales sin cambiar de categoría laboral. Los niveles otorgados son 5: A, B, C, D y E, con incentivos económicos crecientes. El nivel A es el inicial, a partir del cual se dan las promociones de forma consecutiva si se cumplen  los requisitos y los puntajes de las convocatorias. De acuerdo con los lineamientos del programa, hay que permanecer de 2 a 4 años en un mismo nivel antes de promoverse al siguiente. Cada nivel de CM significa un incremento acumulado de horas adicionales al nombramiento original.

    En sentido estricto, CM no es solo para personal docente frente a grupo. Esta es la primera vertiente del Programa, las otras dos son para quienes cumplen funciones administrativas y de apoyo técnico-pedagógico.

    No es un programa general, hemos dicho, pues solo un reducido porcentaje del magisterio en activo accede a este estímulo. Esta es una cuestión fundamental: está diseñado para que solo una parte sea beneficiada. Esta parte ha cambiado con el tiempo; para darnos una idea, a los 20 años de iniciada Carrera Magisterial, en la XXI etapa, sólo el 36.5% del total del personal docente frente a grupo de las escuelas públicas de educación básica estaba registrado; poco más de la mitad en el nivel inicial, el 4% en el nivel superior.[3]

    La disminución histórica del salario real docente

    Desgraciadamente no contamos con buenos estudios históricos de la evolución del salario real de los y las maestras de educación básica. Es un tema complejo y con muchas aristas, hay aproximaciones de corto plazo, estudios regionales, de ciertos niveles y durante algún tiempo, con propósitos políticos y sindicales muy marcados.[4]

    En espera de un buena estudio histórico, para el cual sólo es necesario contar con los Catálogos y Tabuladores respectivos, haremos un aproximación focalizando nuestra atención en los salarios reales de los maestros y maestras de primaria en la ciudad de México, de 2005 a 2022.

    La información fue recuperada de los catálogos y tabuladores del personal docente de educación básica, de la Autoridad Educativa Federal de la Ciudad de México.  Corresponden al código E0280, maestro de grupo de primaria, nivel salarial 07, con jornada de 25 horas y diferentes niveles de Carrera Magisterial. Para convertirlos a precios constantes, utilizamos el INPC del INEGI, que tiene como base los precios de la segunda quincena del mes de julio de 2018.[5]

    Percepciones de maestros de primaria Cd. México 2005-2022

    Precios de la segunda quincena de julio de 2018

    Año

    Sueldo base Carrera Magisterial A Carrera Magisterial B Carrera Magisterial C Carrera Magisterial D

    Carrera Magisterial E

    2005

    7256.10 9868.64 13224.58 17455.08 22342.97 28529.32

    2006

    7521.38 10229.36 13707.15 18093.42 23176.23

    29644.33

    2007

    7949.46 10811.51 14487.21 19123.10 24477.81 31331.33

    2008

    7881.48 10719.06 14363.20 18932.65 24268.50 31063.46
    2009 7863.72 10694.90 14330.89 18916.80 24213.73

    30993.32

    2010

    7990.95 10867.94 14562.74 19222.78 24605.46 31494.31

    2011

    8083.43 10993.71 14731.23 19339.23 24886.17

    27886.17

    2012 8070.51 10975.46 14706.79 19412.94 24848.83

    31806.28

    2013

    8105.96 11057.67 14816.95 19552.21 25035.73 32045.10
    2014 8136.00 11065.18 14827.00 19571.59 25051.88

    32066.18

    2015

    8244.15 11212.29 15024.13 19831.84 25384.74 32492.55

    2016

    8312.62 11204.19 14917.70 19601.40 25011.28

    29702.12

    2017 8082.77 10799.31 14288.03 18688.21 23770.61

    30275.70

    2018

    8050.83 10642.18 13971.06 18169.13 23018.10 29224.39
    2019 8102.70 10600.03 13807.23 17852.33 22524.62

    28504.15

    2020 8085.24 10495.23 13590.29 17493.95 22002.86

    27773.91

    2021

    7939.60 10217.36 13142.54 16832.04 21093.53

    26547.91

    2022 7972.52 10078.61 12783.37 16194.77 20134.94

    25177.60

    Fuente: elaboración propia a partir del Catálogo y tabulador AFSEDF y el Índice Nacional de Precios al Consumidor del INEGI.

    Esta información, aunque sea inicial todavía, perfila algunas tendencias importantes.

    En primer lugar, lo que podríamos denominar la relativa estabilidad de los salarios reales del magisterio. Pasar de un sueldo base de 7256 en 2005 a 7972 pesos en casi veinte años no es un logro, representa poco menos del 10%.

    En segundo lugar, el comportamiento de las percepciones totales para los diferentes niveles de Carrera Magisterial no es homogéneo. Con excepción del nivel A, que tuvo ganancias marginales, todos los niveles disminuyeron sus ingresos totales en el mismo período, a mayor nivel mayor pérdida, es una tendencia observable desde 2016 hasta la fecha, pero de manera más acusada en los últimos tres años.
    En tercer lugar, el mayor nivel salarial se alcanzó en 2016, para todos los estratos, con y sin CM; desde entonces las disminuciones han sido permanentes. Más notorias de 2020 a la fecha, que regresaron a los niveles que tenían quince años antes.

    En otras palabras: el nivel salarial actual es el mismo que se tenía en 2007; o sea, se perdieron los avance logrados -que tampoco eran muchos- en poco más de una década. Lo que es más significativo para un gobierno que se propuso la revalorización del magisterio. A menos, por supuesto, que alguien tenga otros datos.

    Sólo para empezar. Seguiremos con el tema.

    [1]https://www.youtube.com/watch?v=koyksi2I4BY&t=2s

    [2] Juan 3: 18.

    [3] INEE, Los docentes en México (México; INEE, 2015), 64.

    [4] Por ejemplo, Silvia Ayala Rubio,    Salarios 1970- 2000: el caso de los profesores de educación primaria del estado de Jalisco ponencia en el X Congreso Nacional De Investigación Educativa | área 9: historia e historiografía de la educación , 21-25 noviembre 2009; IEESA, RESPUESTA SALARIAL AL MAGISTERIO DIRECTO AL 07 DEL TABULADOR III 1998 AL 2011  (México: IEESA, 2012).

    [5] INPC Base 20 julio 2018=100

    Publicado en Insurgencia Magisterial

  • Aviso de riesgo de trabajo para el ISSSTE, ¿una trama burocrática a punto de cambiar?

    Aviso de riesgo de trabajo para el ISSSTE, ¿una trama burocrática a punto de cambiar?

    El fallecimiento de un ser humano es siempre doloroso en todos los sentidos, aunado al vacío que deja la partida de una persona, se vienen una serie de trámites y formalidades que se tienen que cumplimentar en aras de acceder a los beneficios que cualquier trabajador o trabajadora generaron durante una vida laboral, como lo es en el caso de quienes dependemos del ISSSTE.

    Existen una serie de derechos a los cuales puede acceder la familia una vez pasamos a otro plano como lo son el pago de marcha, apoyo de gastos funerarios, seguros de vida, remanentes de los fondos de vivienda y ahorro, y por supuesto, una pensión de viudez, orfandad o ambas, por el riesgo de trabajo asumido en el desempeño de la labor a realizar.

    Ésta última figura tiene ciertos candados y complicaciones en el sentido de que el artículo 60 de la Ley General del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado, establece que la familia – a falta de notificación por parte de las dependencias o entidades los 3 días siguientes a su conocimiento -, tiene 30 días naturales para avisar a las instancias del Instituto sobre el fallecimiento en circunstancias presumiblemente de riesgo de trabajo, haciendo improcedente cualquier reclamo, solicitud o reconocimiento de dicha configuración después de ese lapso.

    Siendo conocedores de la burocracia que existe en algunos espacios y particularmente, en los departamentos que se encargan de gestionar estos trámites, se vuelve un procedimiento tortuoso en varios aspectos. En toda ocasión y a pesar de la aflicción que causa el fallecimiento, cierto personal exige datos indispensables sumados a informes del primer respondiente – fuerzas policiales, dictámenes periciales, partes de ambulancias o médicos tratantes – que den fe de los hechos, para el llenado de los formatos RT01, RT02 y RT03, sumado a una serie de documentos que muchas veces tienen sólo quienes fungen como patrones y que por lo regular, tardan en ser liberados.

    Es por eso que se tornan de vital importancia una serie de correcciones que se están realizando a la Ley del ISSSTE, como lo es la que se trabajó del 07 de Junio del 2023 en el pleno de la 21A Reunión Ordinaria de la Comisión de Seguridad Social, donde se establece la modificación al artículo 60 de la ya mencionada ley, dejando sin efectos el tiempo para solicitar la dictaminación del riesgo de trabajo, no solo para fallecimientos, si no también, para el otorgamiento de incapacidades por accidentes que generen consecuencias en detrimento de las capacidades de los afectados o afectadas.

    Con dichas acciones, seguramente se habrán de realizar las modificaciones correspondientes a las leyes secundarias que ayuden a armonizar los parámetros que se utilizan en la actualidad para calificar los riesgos de trabajo, y con ello, reconocer en la vía de los hechos, los derechos a los cuales se hace acreedor cualquier persona y sus familias por el trabajo que presta a las comunidades y a la sociedad en general, lo que estaremos cuidando y acompañando en todo momento en la idea de otorgar a usted, amable lector, claridad en los términos que marque la normatividad.

  • Decisiones desde el escritorio y aprendizaje

    Decisiones desde el escritorio y aprendizaje

    Hay un dicho muy popular utilizado al interior del medio educativo para expresar que una decisión cupular no es precisamente cercana a la realidad educativa de las escuelas cuando se dice que es muy fácil decirlo “desde el escritorio”.

    En este ámbito, es fundamental comprender que, a pesar de que no se pueda percibir de esta manera en los pasillos de las oficinas públicas,  las decisiones tomadas desde los puestos administrativos tienen un impacto profundo en el trabajo de las escuelas y, por tanto, en el aprendizaje de estudiantes. Aunque a menudo se perciban como meros trámites burocráticos, cada orden, documento o decisión afecta directamente las actividades diarias de las escuelas.

    Así, es esencial reconocer que los roles administrativos que tienen que ver con el sector educativo como son la asignación de recursos, plazas, programas compensatorios, apoyos, infraestructura entre otros, no se limitan a papeles, firmas y números. Por el contrario, requieren de contar con una profunda comprensión del fenómeno educativo y una reflexión crítica sobre el impacto de esas decisiones en el aprendizaje de los estudiantes. Por esta razón, es altamente beneficioso que los puestos administrativos sean ocupados por profesionales con formación educativa, complementada por supuesto con perfiles en áreas profesionales de corte financiero, administrativo, legal, contable, u otro según sea necesario. No es lo mismo cuando se administra una fábrica de tornillos, una empresa de seguros, un banco o una empresa turística, que cuando se juega la vida de millones de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

    Aunque esto sería deseable, la realidad nos muestra que, con muy destacadas excepciones sobre todo en el área académica, es poco común encontrar perfiles en las áreas administrativas acordes a la toma de decisiones que se orienten a favorecer la educación desde dichos puestos. El gran problema es que gran parte de las decisiones de peso son tomadas por las autoridades administrativas. Es crucial establecer un proceso de formación y desarrollo profesional para quienes desempeñan un trabajo de este tipo, tanto aquellos con formación en educación como aquellos sin ella, a fin de fomentar una reflexión profunda sobre el impacto de sus decisiones en los centros escolares y fortalecer su conocimiento del ámbito educativo.

    Estas autoridades administrativas deben estar dispuestas a evaluar constantemente el impacto cualitativo de sus acciones y a ajustar su enfoque para mejorar los resultados educativos, por ello, es responsabilidad de las autoridades educativas y gubernamentales fomentar el desarrollo profesional y la capacitación continua de estas autoridades, brindándoles las herramientas necesarias para comprender y abordar los desafíos educativos actuales en una comunicación permanente con quienes reciben de manera directa estos servicios o apoyos en los centros educativos

    Sería deseable que en el proceso de evaluación del sistema educativo se incluyan políticas públicas para evaluar estas áreas, sería un gran avance que esta estructura pudiera contar con elementos no solo para su evaluación, sino para brindarles un seguimiento, apoyo y respaldo para que su trabajo, desempeño y decisiones puedan tener un mejor impacto y con ello un beneficio para el sistema educativo y sociedad en su conjunto, porque la educación es el camino…

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  • ¿Es posible el trastorno bipolar en niños o sólo afecta a los adultos?

    ¿Es posible el trastorno bipolar en niños o sólo afecta a los adultos?

    El trastorno bipolar se identifica más a menudo en adultos jóvenes, pero puede darse en adolescentes. Es raro, pero es posible en niños pequeños. Puede causar cambios extremos en el estado de ánimo, desde sentimientos de euforia, llamados manía o hipomanía, hasta depresión grave.

    El malestar emocional y los comportamientos que perturban a los demás son frecuentes en la infancia y la adolescencia. En la mayoría de los casos, estos comportamientos no son signo de un problema de salud mental que deba tratarse. Todos los niños tienen periodos difíciles. A veces se sienten decaídos, irritables, enfadados, hiperactivos o impulsivos. No obstante, si los síntomas de tu hijo son graves o continuos, o causan problemas graves, puede tratarse de algo más que una fase.

    Los síntomas del trastorno bipolar en los niños incluyen:

    • Cambios graves en el estado de ánimo que difieren de sus cambios habituales en el estado de ánimo. Estos cambios ocurren a menudo, pueden durar mucho tiempo y afectan mucho la forma de actuar del niño.

    • Hiperactividad, impulsividad y agresividad, que afectan su comportamiento social y cómo actúa en otros ámbitos de la vida.

    • Pensamientos acelerados, que a veces se manifiestan cuando cambia de tema con rapidez y frecuencia al hablar.

    • Comportamientos arriesgados y descuidados, fuera de lo normal, como mantener relaciones sexuales ocasionales con muchas parejas. Otros ejemplos son el abuso de alcohol o el mal uso de medicamentos, o los gastos desmedidos de dinero.

    • Incapacidad para dormir o disminución significativa en la necesidad de dormir.

    • Estado de ánimo depresivo o irritable la mayor parte del día, casi todos los días, durante un brote depresivo.

    • Una idea exagerada de las capacidades que no se basa en la realidad.

    • Pensamientos y conductas suicidas. Estos síntomas se dan más a menudo en niños mayores y adolescentes.

    • Pérdida de contacto con la realidad, como ver cosas que no existen o creer que alguien intenta hacerles daño.

    Cuando un niño o adolescente con trastorno bipolar presenta síntomas, se denomina episodio. Entre estos episodios, pueden volver a su comportamiento y estado de ánimo habituales.

    Es importante recordar que estos síntomas por sí solos no pueden determinar si existe un trastorno bipolar. Esto se debe a que estos síntomas pueden estar relacionados con otros problemas, como los siguientes:

    • Trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

    • Trastorno del espectro autista.

    • Trastorno de oposición desafiante.

    • Trastorno de la conducta.

    • Trastorno de ansiedad.

    • Depresión mayor.

    • Trastorno por consumo de sustancias adictivas.

    Experiencias anteriores que fueron angustiantes o dolorosas, que suelen denominarse experiencias traumáticas.

    Identificar una afección de salud mental puede ser difícil porque estas afecciones pueden darse junto con el trastorno bipolar.

    Hacer un diagnóstico de trastorno bipolar es complicado. Suele implicar varias evaluaciones, sesiones y fuentes de información. No existen pruebas de laboratorio, genéticas, médicas o de imágenes cerebrales que un proveedor de atención médica pueda utilizar para diagnosticar el trastorno bipolar.

    Si tu hijo tiene cambios graves en el estado de ánimo, depresión o problemas de comportamiento, acude a un proveedor de atención para la salud mental especializado en niños y adolescentes. Los problemas de estado de ánimo y comportamiento causados por el trastorno bipolar u otras afecciones de salud mental pueden derivar en problemas graves. Un tratamiento precoz puede ayudar a prevenir problemas graves y a reducir los efectos de los problemas de salud mental a medida que tu hijo crece.