Propuesta educativa de Meade: ¿resbalón, enmienda o truco?

Mientras continúa la guerra a “reformazos” entre quienes defienden y se empeñan en consolidar la Reforma Educativa y quienes la combaten y buscan su ...
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Mientras continúa la guerra a “reformazos” entre quienes defienden y se empeñan en consolidar la Reforma Educativa y quienes la combaten y buscan su derogación —a semejanza de la manera en que las parejas en proceso de divorcio se pelean a “hijazos” para dirimir sus diferencias y cobrar agravios—, el pasado 8 de enero apareció en El Universal un artículo con la firma del candidato priista José Antonio Meade Kuribreña, cuyo contenido despierta por lo menos la curiosidad y genera varias interrogantes.

“La fuerza de la educación” se denomina el escrito que se acredita al todavía aspirante presidencial, y mediante el cual delinea su visión del tema. El título del texto hace evocar una canción de Alejandro Sanz aunque parte del contenido más bien parece canción de Arjona por tanto cliché.

Así, el cinco veces exsecretario comienza diciendo que “una de las lecciones más importantes que he aprendido en la vida es que la educación es la fuerza que forja el destino de las personas. Cuando era niño, mis padres y maestros me inculcaron que el mundo es de quien se prepara”.

En las siguientes líneas de su artículo eslabona otros lugares comunes, de los que difícilmente se puede discordar, pero en medio de los cuales brincan afirmaciones que chocan con la evidencia de los hechos y hacen imposible no disentir; incluso, él mismo pareciera hacerlo.

Por ejemplo, dice el candidato priista: “Hoy los maestros construyen su carrera a partir de su propio mérito, se ha renovado la infraestructura de miles de escuelas y contamos con un nuevo modelo educativo construido a partir del diálogo con maestros, padres de familia y los especialistas más destacados”.

Ignoro si en otros lugares se cumplan a cabalidad tales aseveraciones, pero en el subsistema de EMS en donde yo laboro (y del que por ahora estamos corridos decenas de trabajadores por exigir nuestros derechos, ¡acusados de ser priistas!); en ese subsistema, digo, las cosas no son así: ni el director general cubre el perfil, ni la mayoría de los directores de plantel ocupa el cargo “a partir de su propio mérito”. A menos, claro, que entendamos por “propio mérito” el ser incondicional del gobierno en turno traicionando a los compañeros, y no el acceder a puestos de dirección conforme a lo establecido por la normatividad aplicable, por el Servicio Profesional Docente, convocatoria y requisitos cumplidos de por medio.

Es más: en el sistema educativo de mi estado hay quienes ocupan puestos directivos haciendo gala de grados académicos que no tienen, o al menos no aparecen en el Registro Nacional de Profesiones. Y tan campantes. Incluso, no es raro toparse con verdaderos “orates” (según la definición de la RAE aportada por el Secretario Otto Granados Roldán) con una trayectoria profesional cuestionable, que han tomado instituciones educativas públicas como patrimonio personal. En fin; no son pocas las situaciones anómalas.

Meade señala también en su artículo (reproducido por Profelandia en https://profelandia.com/la-fuerza-de-la-educacion/ lo cual le valió a este sitio varias críticas, que considero injustas), que “México tiene todo para ser un país exitoso, volcado a la ciencia, la tecnología y la innovación, y convertirse en una auténtica potencia generadora de conocimiento. Para ello necesitamos impulsar un Sistema Nacional de Innovación que premie la ciencia básica al igual que la investigación aplicada, la generación de patentes, el desarrollo de proyectos productivos y que estimule los intercambios académicos y las becas para los jóvenes”.

Más: “La educación que queremos también considera una sólida formación en valores como la honestidad, la confianza, el respeto y el trabajo en equipo”. Así dice.

Vale la pena subrayar que el candidato priista asegura que el nuevo modelo ha sido “construido a partir del diálogo con maestros, padres de familia y los especialistas más destacados”.

Pero al parecer el presupuesto que bajo la administración de Nuño destinó la SEP a las tareas de difusión a través de los medios de comunicación y del propio sindicato fue insuficiente para promover una significativa participación de docentes y papás, e incluso especialistas, a muchos de los cuales les pasó de noche ese diálogo, según lo han expresado.

En la conclusión de su artículo, Meade contradice la idea que venía animando su texto. Quién sabe si fue un descuido a la hora de redactar, un tropiezo, o si la pretensión fue deslizar la intención de rectificar la reforma; si hay de alguna manera una ruptura, o de plano es una simulación.

Leamos el párrafo completo:

“Esta visión es un punto de partida y, en torno al partido, quiero escuchar a la militancia, a los ciudadanos y a reconocidos expertos para construir un proyecto de todos los mexicanos. Por esta razón, el día de hoy arrancamos los ‘Diálogos con Meade’ con el tema educativo desde San Luis Potosí. Éste será el primero de distintos foros temáticos que realizaremos en las próximas semanas, a partir de los cuales podré conocer e incorporar nuevas ideas”.

Si fuese otro quien planteara tales conceptos, se ganaría mínimo el epíteto de traidor a México y a la niñez: “…quiero escuchar a la militancia, a los ciudadanos y a reconocidos expertos para construir un proyecto de todos los mexicanos”. ¡Ah!

Tras leer la pieza del candidato priista inevitablemente surgen algunas preguntas: ¿Hay contradicción entre los sucesivos enunciados de su artículo? ¿Acaso no se escuchó a los ciudadanos para la elaboración de la Reforma Educativa en marcha? ¿No participaron reconocidos expertos en su confección? ¿No son de todos los mexicanos el proyecto de la Reforma Educativa y el Nuevo Modelo? ¿Estará Meade planteando reformar la Reforma? ¿Será que le está enmendando la plana a su coordinador de campaña? ¿Admite que la actual RE no es la panacea? ¿Querrá congraciarse con los maestros y padres de familia al convocarlos para “conocer e incorporar nuevas ideas”? ¿Serán sinceros el llamado y el propósito, o todo se reduce a un truco electorero? ¿Qué pensará Nuño? ¿Se habrán quedado en el tintero o sin escuchar muchas “nuevas ideas” al construir la RE y el Nuevo Modelo? ¿Qué desearían o qué desean realmente los trabajadores de la educación? ¿Meade está de acuerdo con la Reforma “pero no tanto así”? ¿Será que exagero; que todo se reduce a una percepción personal errónea y no hay tales contradicciones, ni resbalón, ni enmienda, y mucho menos la oculta intención de dar atole con el dedo? ¿Le creerán los maestros a Meade y se sumarán a su convocatoria?

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