El pasado 6 de este mes, la SEP publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el Programa Sectorial de Educación 2020-2024.(1) Un documento que, de acuerdo con la Ley de Planeación, debería de entregarse a tiempo y armonizarse con el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 (publicado en el DOF el 12 de julio de 2019). Un primer comentario sobre el programa sectorial que ahora comento, consiste en anotar que este es un texto que se da a conocer de manera tardía (un año y medio después de que AMLO asumiera el poder), a pesar de que está dentro de los márgenes temporales que establece la ley respectiva.
¿Qué tiene de nuevo el actual Programa Sectorial de Educación (PSE) al compararlo con el anterior (2013-2018)?(2)
a) El contexto: Me parece que la ubicación del recién publicado programa sectorial en materia educativa tiene su contexto en las reformas al texto Constitucional de 2019, específicamente el Artículo 3º. Así lo establece la autoridad educativa federal en el documento que analizamos hoy: “La definición de los objetivos y estrategias prioritarias del PSE 2020-2024, así como las acciones puntuales para su logro, tiene como referente la Reforma Constitucional en materia educativa que se publicó en el DOF el 15 de mayo de 2019, así como el contenido de la Ley General de Educación, la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, y la Ley Reglamentaria del artículo 3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de Mejora Continua de la Educación; cuyo propósito común es garantizar el derecho a la educación de excelencia con inclusión y equidad”.
Esto, aparte del análisis que habrá de incluirse y considerarse en términos del cambio de gobierno que se inició el 1 de diciembre de 2018, como producto de la histórica votación del 1 de julio de ese mismo año, en que Andrés Manuel López Obrador obtuvo la mayoría absoluta al término de la jornada electoral constitucional de ese año (alrededor del 53 por ciento de votos del padrón electoral: más de 30 millones de votos a su favor). Las intencionalidades, los contenidos del discurso y las finalidades del nuevo gobierno de la “4T”, son parte constitutiva de ese contexto.
b) El contenido del PSE. Esto afirma la autoridad educativa federal con respecto a las orientaciones del contenido discursivo del propio programa, que en esencia se fundamenta en un marco normativo de reciente creación o actualización: “Asimismo, el PSE 2020-2024 responde a las disposiciones normativas aplicables y distintos ordenamientos como la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes; la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas; la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad; la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres; y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; entre otros… El PSE 2020-2024 está basado en los derechos que reconoce la CPEUM. Entre ellos destacan el derecho a la no discriminación (artículo 1o.); el derecho a la educación y el derecho a gozar de los beneficios del desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica (artículo 3o.); el derecho al acceso a la cultura y el derecho a la cultura física y a la práctica del deporte (artículo 4o.); el derecho de acceso a las tecnologías de la información y comunicación (artículo 6o.); así como el derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión (artículo 24)”.
c) Las limitaciones: Entre las limitaciones que tiene, de entrada, y que observará durante su aplicación este PSE, es que el país se encuentra en una situación económica precaria (con y sin pandemia de coronavirus); con rasgos de insuficiencia presupuestal y con la reiterada adopción de medidas restrictivas, en el financiamiento público, por parte del gobierno federal y los gobiernos estatales. Habrá que estar atentos a los recortes presupuestales y a las medidas de la “austeridad republicana” (casi franciscana) que ha adoptado durante estos 18 meses el gobierno de la “4T”. ¿Continuará la misma dinámica? ¿Cómo afectará esa política restrictiva a las acciones establecidas en el programa?
d) Hay otros aspectos que requieren mayor análisis, imprimir más profundidad reflexiva y promover la discusión continua y abierta con la sociedad; es decir, con los docentes, directivos escolares, con estudiantes y sus familias, y con las y los trabajadores de la educación en general. Así como con los diversos grupos de académicos, investigadores del campo educativo y representantes de los sectores de la sociedad civil que están interesados en participar en la construcción del proyecto educativo nacional, desde sus diferentes tribunas e intereses.
Estos serían algunos de esos “otros aspectos” a analizar:
1. Discutir el concepto de “calidad” de la educación. Como lo he expresado en otros momentos, en este punto se trata de profundizar en el análisis de dicho concepto, de enmarcarlo, contextualizarlo, situarlo, no tirarlo al bote de la basura. Así lo plantea la autoridad educativa federal en el PSE 20-24: “Adicionalmente, la educación de calidad es uno de los 17 objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada en 2015 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, como una hoja de ruta transformadora para la humanidad con la promesa de no dejar a nadie atrás. Como parte integral del compromiso adquirido por el Estado mexicano, el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4) Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos, orienta la acción que plantea el Programa Sectorial de Educación 2020-2024”.
Este no es precisamente un abordaje nuevo. No por lo menos si lo comparamos con las líneas principales del discurso del PSE 2013-2018.
2. Revisar a fondo la mención al problema de la “corrupción”. Para ello el sistema educativo nacional, sobre todo autoridades y líderes sindicales, deberá de mirarse en el espejo: “La corrupción ha sido un lastre histórico para el desarrollo del país, situación que afecta, en mayor o menor medida, todas las esferas de la vida pública nacional y a toda la ciudadanía. En el sector educativo, el problema tiene diversas expresiones y la lista es larga: escuelas ficticias, diplomas falsos, carencia de manuales escolares, discrecionalidad en el otorgamiento de becas, venta de plazas, irregularidades en el ejercicio del gasto público y licitaciones a modo, por mencionar algunas. En cualquiera de sus manifestaciones, la corrupción afecta la calidad de la educación que reciben las niñas, niños, adolescentes y jóvenes en México, con mayor impacto en aquellos que más la necesitan”.
¿Qué medidas se adoptarán y cómo se dará seguimiento a ello a efecto de combatir la “corrupción al interior del sistema educativo”? Cuestión que incluye las prácticas clientelares, corporativistas y de cooptación que llevan a cabo las autoridades educativas federales y estatales, así como dirigentes sindicales.
3. Conectado con el tema de la “corrupción”, la autoridad educativa federal propone la siguiente línea de acción general: “Por lo que se refiere a atajar las causas fundamentales, la Nueva Escuela Mexicana sentará las bases para la regeneración moral del país, a partir de una orientación integral basada en valores como la honestidad, honradez, ética, libertad y confianza, principios rectores del PND 2019-2024. En este sentido, se impulsará una educación de excelencia para formar mexicanas y mexicanos incorruptibles, responsables, con sentido comunitario y de solidaridad, conciencia ambiental, respeto por la diversidad cultural y un profundo amor por la Patria”.
¿Un nuevo programa de “renovación moral de la sociedad” está en puerta a través de la confusa noción de “Nueva Escuela Mexicana”?
4. Por último, como punto principal que observo (para analizar) acerca de lo nuevo de este PSE, se encuentra el asunto de la ‘Equidad’: “…la equidad debe ser el eje ordenador de la acción educativa, es urgente poner el sistema educativo al servicio de todas las niñas, niños, adolescentes y jóvenes del país para garantizar aprendizajes significativos y permanentes. Con el propósito de no dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera, el gobierno de la Cuarta Transformación no escatimará esfuerzos ni recursos para garantizar la igualdad de oportunidades educativas, situación que en un país plagado de inequidades implica adoptar la consigna por el bien de todos, primero los pobres, así como luchar contra todas las formas de discriminación”.
Punto central del PSE 20-24: “…la política educativa de la presente administración se articulará en torno a seis prioridades, a saber: Educación para todas y todos, sin dejar a nadie atrás; Educación de excelencia para aprendizajes significativos; Maestras y maestros como agentes de la transformación educativa; Entornos educativos dignos y sana convivencia; Deporte para todas y todos; y Rectoría del Estado en la educación y consenso social”.
Comentario final: La conformación de una política pública educativa no podría avanzar ni sostenerse sin la participación de los actores principales: docentes, directivos escolares, asesores técnicos, las y los estudiantes y sus familias, y demás profesionales de la educación que participan cotidianamente en el desarrollo del hecho educativo (más allá de la “escolarización”). La confección de las políticas públicas en este campo o sector, por lo tanto, requieren de la más amplia participación de las comunidades educativas, en su amplitud y diversidad, desde abajo, pues de lo contrario un programa como el que ahora comento corre el riesgo de convertirse, tristemente, en letra muerta.
Fuente consultada:
http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5596202&fecha=06/07/2020
Nota: El PSE 2013-2018 se publicó el 13 de diciembre de 2013, un año después de que asumiera la titularidad del Poder Ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto.
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Publicado en SDPnoticias