Diez historias que se entrelazan a través de un pollero que no tiene escrúpulos en utilizar la necesidad de sus paisanos en aras de su propio beneficio, dan forma a la novela costumbrista “Por qué no me voy pa´l norte”, escrita por el profesor Ignacio León Lara, uno de los treinta Jefes de Sector Educativo nivel Primaria Federalizada en Veracruz.
Las historias tienen lugar en el norte del Estado, en ciudades como Misantla o Vega de Alatorre, de donde es originario el autor, maestro normalista egresado de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana.
¿Qué pasa por la mente de una persona que ha sido víctima de cualquier tipo de abuso o injusticia para convertirse en el verdugo de sus semejantes, en lugar de hacer todo lo posible para que nadie más pase por el infierno que él sufrió?
Con la frase “por qué no me voy pa´l norte”, termina cada uno de los diez relatos que describen una realidad conocida, pero no por eso menos cruel: La necesidad económica como uno de los factores más importantes que la gente considera para volverse mercancía humana y dejar su vida en manos de una persona que perdió todo vestigio de honor, de decencia, de integridad.
Es una novela magnífica que presenta dos puntos ciegos importantes: El primero es que en Veracruz, “los malos” no solamente no reciben su merecido, sino que se atreven a lavarse la cara comprando favores y lealtades con los dineros que han obtenido a cambio del futuro de sus paisanos jarochos.
¿Qué tipo de reos permanecen en las cárceles de Veracruz? ¿Cuál es la relación que existe entre la responsabilidad social de su delito y la pena que purga el delincuente? Si la justicia fuera la norma, ni son todos los que están, ni están todos los que son en las prisiones jarochas.
El segundo punto ciego tiene que ver con los gobiernos que han administrado la corrupción y la miseria que obliga a emigrar a los hermanos veracruzanos, puesto que no hay una sola mención de la autoridad que por acción u omisión es tan responsable como Mario, el pollero, de la desesperación que orilla a los hombres y mujeres de una comunidad a dejar a sus familias en busca de trabajo y de mejores oportunidades de vida.
Mario, el protagonista, “el malo” en abstracto es un alfil cómodo para los gobiernos jarochos que hasta la fecha han devastado a la Entidad. Ellos encarnan todos los males y además, terminan mal. Es una especie de mito tan tranquilizador como la religión, para algunos. Sin embargo, la cosa no es tan sencilla. Nunca lo es.
Esta obra imperdible, que todo Maestro debería leer y consultar, constituye el legado de un docente que también fue director y supervisor antes de llegar a ocupar el máximo puesto en la estructura burocrática de la Secretaría de Educación de Veracruz.
A través de sus ojos, vemos reflejado eso que llaman “normalidad”, tan trágica como surrealista que debemos cuestionar si queremos transformar el estado actual de las cosas para bien de todos y de una vez por todas.
¿Usted qué opina, estimado lector?