José Antonio Meade Kuribreña se lanzó a la conquista del voto de los maestros.
Prometió lo que en casi seis años no les ha dado el Presidente Peña: «un aumento salarial real y significativo».
En un encuentro con delegados y representantes del Partido Nueva Alianza de Ciudad de México, Tlaxcala, Puebla, Morelos y Guerrero, el precandidato lanzó un guiño al magisterio agraviado por Peña Nieto y sus Secretarios de Educación, principalmente el más agresivo de ellos: Aurelio Nuño Mayer.
Meade ve oportuno reconciliarse con lo maestros. Y no es para más, su campaña es un desastre, no prende, no tiene arrastre, carente de simpatía, sin discurso penetrante…en fin, un sujeto rotundamente gris.
Además, no es difícil predecir que el magisterio votará por Andrés Manuel López Obrador. Se sienten agraviados con la reforma educativa y AMLO, ha prometido echarla abajo desde el primer día de su Gobierno si gana la Presidencia de la República. Sin embargo no será sencilla la promesa del morenista considerando que la reforma educativa, guste o no; es constitucional.
Es decir, AMLO necesita cambiar la Constitución y para eso, debe tener el respaldo del Congreso de la Unión y de 17 Congresos Estatales.
Pero a pesar de eso, el magisterio ve en López Obrador el castigo justo y merecido para el PRI y sus aliados.
En ese sentido, la lectura de Meade es que necesita a los maestros y con los maestros, a sus familias y con sus familias, a sus amigos. ¡Por eso la promesa del precandidato tricolor!
Sin embargo, tome nota el lector. Con Enrique Peña Nieto, la caída y precarización de salario docente es un hecho duro y crudo.
En 2013 la SEP concedió al SNTE un aumento de 3.9 % al sueldo tabular.
El 2014 el SNTE negoció un 3.5% de aumento directo al sueldo, mientras que en 2015 apenas pudo negociar un 3.4%.
Ya para el 2016, el aumento al sueldo tabular fue de 3.15%. Y en 2017, el peor aumento directo al salario para los maestros de 3.08 %.
Por cierto, el Secretario de Hacienda y Crédito Público en 2017 era, sí…adivinó Usted: José Antonio Meade Kuribreña.
Tome nota también que la reforma educativa giró en torno a la dignificación de los maestros a través de la meritocracia, el estímulo y el reconocimiento.
En los hechos, la reforma giró en torno a la evaluación docente cuyas bondades nunca convencieron al grueso magisterial.
¿Y cómo los iba a convencer si lo que Nuño acuñó como «derecho a la evaluación» los maestros lo entendieron como persecución magisterial?
Y es que, ¿cuándo un derecho se ejerce por obligación y, si no se ejerce, te quitan otro derecho tan legítimo como el empleo?
Pues así funciona la evaluación docente. Y así jamas tendrán la colaboración genuina de los maestros.
Por eso y para hacer atractivo «el derecho a la evaluación», Nuño condicionó un derecho que goza cualquier trabajador del Estado como son los créditos del ISSSTE a resultados destacados en la evaluación del desempeño.
Asimismo, el hoy coordinador de campaña de Meade presumía en la plaza pública cual favor a los maestros, el aumento salarial de 35 % para docentes destacados.
Hoy, a poco menos de un año de que finalice el sexenio, los estímulos económicos para los maestros a través del Programa de Promoción en la Función por Incentivos en Educación Básica están congelados, incluso no está muy clara su asignación, ni de cuánto es la bolsa económica que se destina para tal fin.
Estimo además que, la conducta agresiva y pedante de Nuño contra el magisterio será muy bien recordada por los maestros cuando tenga la boleta electoral.
En fin, es 2018 y reloj electoral tortura al régimen que se nota desesperado. El voto del magisterio es fundamental. Meade lo entiende y ofrece la zanahoria: «un aumento salarial real y significativo».
