Los docentes de educación básica iniciamos el ciclo escolar 2019-2020 recibiendo, de la autoridad educativa federal (AEF), las nuevas “ocurrencias” en las modalidades de organización de los Consejos Técnicos Escolares (CTE’s). Entre ellas se encuentran las siguientes.
1. Que ningún niño se quede atrás
Según el documento “Organización de los Consejos Técnicos Escolares, ciclo escolar 2019-2020”, el CTE tiene como propósito principal la mejora continua del servicio educativo. La meta de anteriores CTE’s era el logro de los aprendizajes de los estudiantes, ahora, garantizar que ninguna niña, niño o adolescente (NNA) se quede atrás o fuera de los aprendizajes.
El 8 de enero de 2002 entró en vigor en los Estados Unidos la ley “Que Ningún Niño Se Quede Atrás” (No Child Left Behind). Con esta ley las escuelas de aquel país se vieron forzadas a obligar a sus alumnos a mejorar sus resultados, especialmente en matemáticas y lectura, si no querían perder el financiamiento federal. Para ello tuvieron que reducir el tiempo destinado a otras asignaturas, incluso hasta los recreos.
Al final, “Que Ningún Niño Se Quede Atrás” falló estrepitosamente. México ha decidido que los maestros tomemos esa consigna en nuestros colegiados. Ahora es la meta de los CTE’s, meta que tendrá el mismo fin que en el vecino país del norte.
2. El Programa Escolar de Mejora Continua
Para alcanzar la meta de que ningún NNA se quede atrás, la construcción de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) requiere, según el documento referido, establecer un Programa Escolar de Mejora Continua (PEMC) tomando en cuenta ocho ámbitos de acción.
Los Programas de Mejora Continua (PMC) son una herramienta excelente para mejorar los procesos que realizan las empresas productivas y las de servicios. Estos programas buscan hacer más ágiles los procesos de la organización, eliminando las acciones innecesarias y reordenando las que sí son necesarias. No sustituyen al personal calificado, la tecnología ni la materia prima de calidad, sino que las complementan. Se basa en procesos, no en acciones.
Nuestro PEMC busca, por su parte, que se implementen acciones para la mejora en diferentes ámbitos. No atiende a los procesos como lo hace un PMC. Además, asigna la responsabilidad de monitorear dichas acciones a los docentes, cosa que no sucede con los empleados en los PMC. Mal.
3. Diseñar e implementar paulatinamente buenas prácticas docentes
En educación, la mayoría cree que, si los alumnos no logran los aprendizajes esperados, se debe a una mala práctica educativa. En Estados Unidos se dieron cuenta de que, si querían avanzar en lectura y matemáticas, habilidades básicas para el aprendizaje, tenían que quitarles tiempo a las otras materias y dedicárselo a esos dos temas. La práctica docente no era y nunca fue el problema.
Un objetivo permanente de los CTE’s es realizar sesiones para compartir buenas prácticas docentes. Pero los docentes de educación primaria, por ejemplo, diseñan e implementan cerca de 900 prácticas al año, de esas, 190 son de español y 190 de matemáticas. Una por cada día del calendario.
Para que una “buena” práctica docente dé resultados, requiere que exista un contexto homogéneo en el aula, y no lo hay. Ausentismo, desnutrición, obesidad, complejos, conducta, violencia, nulifican lo bueno de cualquier práctica. Así que ¿qué compartimos?
4. Recalendarización de los CTE
Los docentes requerimos que después de seis periodos de 5 semanas, y dos periodos de 4 semanas (38 semanas del calendario escolar de 190 días) tengamos una sesión ordinaria de CTE. Sin embargo, para la AEF, parece que lo más importante es acomodar esas sesiones de manera que construyan 4 puentes de asueto más largos para los alumnos.
Esto revela una falta de respeto al trabajo colegiado de los maestros en sus sesiones de CTE. En el mes de enero se da incluso el problema que, después de 17 días de labor, sigue una sesión de CTE, y para colmo entre escuelas. Pésima organización.
5. Encuentro entre escuelas y entre niveles
Otro desatino, que no el último, es el que se llevará a cabo este viernes 15 de noviembre. Se realizará una sesión ordinaria de CTE en la que se encontrarán escuelas no sólo del mismo nivel educativo, sino de todos los niveles de la educación básica: inicial, preescolar, primaria y secundaria.
Justificantes para esta ocurrencia sobran: porque todos los niveles somos corresponsables de la formación de nuestros NNA, para dejar de culpar al nivel inmediato inferior, para evitar la “balcanización” de dichos niveles, para conocer la manera como enseñan en otros niveles y porque supuestamente estableceremos compromisos entre dichos niveles.
Para llevar a cabo este tipo de reuniones se requiere una logística complicada que hará gastar mucha energía a sus coordinadores. Esto sería un buen ejemplo no sólo de una acción, sino de todo un proceso “basura” que podría ser eliminado de manera fulminante en un PMC. Pero no en México.
Seguimos sin entender que el principal problema de la educación en México es lograr que nuestros alumnos de educación primaria transiten con éxito hasta la educación media superior. ¿Qué necesitan que desarrollemos en ellos en la primaria? Pues aquello por lo que están fracasando en secundaria. Lo mismo entre ésta última y la educación media superior.
Una vez identificado esto, el reto ahora será el contexto, pero ya será sólo un problema, no dos. Dejémonos ya de ocurrencias y desatinos.
Referencias:
Organización de los Consejos Técnicos Escolares, ciclo escolar 2019-2020, http://educacionbasica.sep.gob.mx/multimedia/RSC/BASICA/Documento/201909/201909-RSC-XzwTHKFWBI-Organizacion-CTE2019_2020VF.pdf
Orientaciones para la organización y realización de las tres sesiones. Compartir buenas prácticas. Encuentro entre escuelas, http://educacionbasica.sep.gob.mx/multimedia/RSC/BASICA/Documento/201910/201910-RSC-yWPXjGALUG-Orientaciones-Entre-Escuelas-CTEs2019-20281019.pdf
‘No Child Left Behind’ has failed. https://www.washingtonpost.com/opinions/no-child-has-failed/2015/02/13/8d619026-b2f8-11e4-827f-93f454140e2b_story.html