Del replanteamiento a la reformulación

Pero por lo pronto y por lo menos, nos dan a conocer los caminos hacia donde transita la futura reforma curricular.
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El plan de estudios de la educación básica 2022 ha sido modificado de nueva cuenta. Durante la semana recién transcurrida circuló el archivo digital que lleva por nombre “ULTIMA VERSIÓN Plan de estudios de la educación básica 2022 20 6 2022”. Muy probablemente ustedes hayan leído en este espacio los análisis que he hecho de las versiones anteriores. Y , si no, les sugiero que lo hagan porque les brindará elementos para comprender lo que pienso al respecto. De antemano, les externo mi agradecimiento si así lo hicieran.

De entrada, externé mis comentarios a la propuesta curricular primigenia. Después,  justifiqué mi opinión. Posteriormente, evidencié el replanteamiento. Y, en la anterior colaboración, dejé entrever el debate que se ha suscitado en las redes sociales. Ahora escribiré sobre la reformulación. Ello trae implícita la reestructuración del documento. Esta reformulación mantiene la esencia, abunda en explicaciones y profundiza determinados conceptos producto quizá de las revisiones, las evidencias que descubrieron y otras miradas que se incorporaron. En comparación con la versión pasada, la del 31 de mayo, fueron eliminados algunos párrafos e incorporados otros. Modificaron la redacción en ciertas oraciones, recurrieron a la corrección de estilo en determinados apartados, agregaron algunos conectores. Asimismo, le sumaron más referencias bibliográficas de diversos autores.

En los párrafos siguientes, expondré las razones por las cuales considero que se ha reformulado el plan y programas de estudio 2022. Señalaré los cambios que se le hicieron al documento, de forma y fondo. En adelanto, les digo que es conveniente poner foco en tres elementos de la estructura curricular que fueron modificadas sustancialmente: el perfil de egreso, los ejes articuladores y los campos formativos.

El aspecto formal fue reorganizado, se reestructuró. El documento ahora está subdividido en dos grandes apartados. La Parte I, titulada Marco curricular del plan de estudios, aglutina los seis capítulos iniciales y la misma secuencia de la versión anterior. Mientras que la Parte II agrupa el resto de los capítulos. Algunos de éstos cambiaron de nombre y de orden. Por ejemplo, el subtema relativo a la evaluación de los aprendizajes se integra al Capítulo 6, “Fundamentos del plan de estudios”; lo correspondiente al perfil de egreso antecede a la estructura curricular; y la introducción, desaparece. Seguramente en subsecuente versiones se le añadirá.

De fondo, según su contenido, la Parte I fortalece la categoría “nueva escuela mexicana” y la expectativa sobre ella como institución que forma ciudadanas y ciudadanos para vivir y convivir en una sociedad democrática. Para ese fin, se adicionan 5 párrafos (el tercero de la página 7; el segundo y tercero de la página 8; el segundo de la página 11; el segundo de la página 14). Los capítulo 2 y 3 no sufrieron modificaciones (Los efectos de la pandemia del SAR-CoV-2 en la educación básica así como el currículo nacional desde la diversidad). Le agregaron al capítulo 4, “La reformas curricular de la educación básica” el párrafo último de la página 49. Y, al subcapítulo 5.2 correspondiente a “los profesionales de la docencia: revalorización de las maestras y los maestros” le acortaron el título y le añadieron el penúltimo párrafo de la página 62 y el párrafo segundo de la página 64. De igual manera, al 5.3, el último párrafo de la página 72.

Caso contrario de la Parte II, “Estructura curricular del plan de estudios”. Se agregan el párrafo segundo de la página 78 y el párrafo tercer de la página 95. Uno de los cambios más sustanciales se vincula con los fundamentos del plan de estudios, en mi parecer. Se adicionan 2 rasgos al perfil de egreso: Inciso III, página 97, sobre el reconocimiento sobre la igualdad de género e Inciso X, página 98, acerca del pensamiento crítico.

Las grandes modificaciones, en cantidad y profundidad, las podemos hallar en el Capítulo 8, Estructura Curricular. Específicamente en el subcapítulo relativo a los Ejes articuladores del currículo de la educación básica. Por ejemplo:

  • 1.2 inclusión. Fue reformulado prácticamente en su totalidad el subcapítulo. Destaco: “Es fundamental ir más allá de la idea de que la inclusión se reduce a incorporar a los grupos de la sociedad a la escuela, lo cual es muy importante, pero no es suficiente. Pensar la inclusión desde una perspectiva decolonial (…)”
  • 1.3 Pensamiento crítico. Se le agregan los últimos cuatro párrafos (páginas 111 y 112). Su importancia radica en que la Ley General de Educación lo concibe como el propósito de la Nueva Escuela Mexicana.
  • 1.4 Interculturalidad crítica. Le han incorporado los últimos cinco párrafos (páginas 115 y 116). Resalto: “una formación desde la interculturalidad crítica se puede expresar a través (…) de la toma de acciones concretas en contra de cualquier exclusión por motivos, de clase, discapacidad, sexo, etnia y género”.
  • 1.5 Igualdad de género. Fueron agregados 13 de los 28 párrafos. De aquí sobresale la idea del respeto a los derechos sexuales que posibiliten la erradicación de la violencia.
  • 1.6 Vida saludable. Se reformuló prácticamente todo el eje articulador a partir de la premisa de que la salud es un hecho social e histórico desarrollada en 10 páginas, de la 124 a la 134.
  • La Lectura y la escritura en el acercamiento a las culturas, en la versión anterior se nombraba “Fomento a la lectura y escritura” se le añadieron los dos últimos párrafos de las página 134; los dos primeros de la 135; el último de la 137. La democratización de la cultura es la idea central.
  • 1.8 Se le cambió el nombre (de Educación estética a Artes y experiencias estéticas) y de facto todo su contenido. La estética decolonial resulta una categoría importante a destacar.

De igual manera, el subcapítulo 8.2 Campos formativos también sufrió modificaciones sustanciales. Prácticamente se reescribe la concepción genérica de los campos formativos (página 144 a 147). Por ejemplo, al subcapítulo 8.2.1. Lenguajes se le agregan dos párrafos en la página 149 y, además, se elimina lo relacionado al subtema “vinculación entre los lenguajes” (página 148, 149 y 150); se le agrega una finalidad al campo (página 153); se elimina el subtema “vinculaciones”; 5 de 3 párrafos se modifican en su totalidad.

Asimismo, la estructura del programa sintético de estudios es modificada (páginas 160 y 161). Se modifica un esquemas y se agrega otro (lástima que no tengan una nomenclatura para identificarlos pero se ubican en la página 148 y 162). De ahí en fuera, el resto del contenido alusivo al programa sintético de estudios se mantuvo. Desaparece el concepto de diálogos, se agrega “principios del enfoque didáctico del campo” se elimina lo respectivo a sugerencias de evaluación y se añade “materiales de apoyo sobre los contenidos”.

Como he pretendido evidenciar, en algunos aspectos fundamentales, se rehizo el texto. De las tres versiones que he analizado ésta última me parece la más acabada. Al margen de mi postura al respecto. Puedo decir que, desde esta perspectiva, abundan sobre la misma tesitura. Refuerzan los conceptos básicos. Es importante hacerlo ver porque se proveen otros razonamientos a los cuales no se había recurrido. curricularmente amplían el carácter ortodoxo y brindan argumentos para el debate. Seguramente vendrá una sucesión de versiones más hasta llegar a la final. Y quizá no todas merezcan un análisis como éste. Pero por lo pronto y por lo menos, nos dan a conocer los caminos hacia donde transita la futura reforma curricular.

Carpe diem quam minimun credula postero


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