A casi dos siglos de su creación, el Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima (ISENCO) tuvo a bien llevar a cabo la primera edición del Congreso Internacional de Investigación y Evaluación Educativa (CONIIEE), el cual se desarrolló del seis al ocho de noviembre del año en curso. Como su nombre lo indica, el evento tuvo por propósito principal ser un espacio de intercambio de experiencias de investigación en líneas temáticas relativas a la educación así como la consolidación de redes de colaboración entre instituciones de educación superior. A pesar de ser un evento inédito en la historia del normalismo colimense, superó ampliamente las expectativas que sobre él se crearon.
Las actividades que se realizaron fueron diversas: ponencias, talleres, exposición de carteles y materiales videográficos, presentación de libros, conferencias magistrales y panel de expertos. No obstante la cantidad de actividades, la calidad de las mismas no estuvo en ningún momento comprometida, como quedó demostrado desde el inicio del programa con la conferencia del Dr. Sergio Tobón. Los talleres impartidos fueron por demás atractivos: desde algunos, como los de los maestros Abril Acosta, Carolina Valladares, Artemio Cortez y Luis Valladares, que tocaron temas referentes a la aplicación de la tecnología en la investigación o la práctica educativa, hasta la magistral intervención del profesor Cenobio Popoca, quien dio luz sobre el tema de la enseñanza multigrado.
Por si fuera poco, el CONIIEE albergó también la presentación de libros referentes al tema educativo: uno de ellos, sobre el tema de las competencias emocionales, de la Dra. Esther Álvarez, y otro más sobre un panorama de la educación colimense, coordinado por el Dr. Juan Carlos Yáñez. Las conferencias y paneles no desentonaron con la calidad de las actividades anteriores: congregaron a referentes de la opinión educativa del país, como lo son los doctores Manuel Gil Antón, Patricia Ducoing Watty, Bertha Orozco Fuentes, Gabriela Delgado Ballesteros, Alma Maldonado Maldonado, Bertha Orozco Fuentes y Mario Chávez Campos.
Es de reconocerse la calidad del CONIIEE. La opinión de los asistentes fue prácticamente unánime: no parecía ser la primera edición del mismo. Las condiciones materiales, de organización y de contenido del encuentro resultaron por demás destacadas y dignas de un evento que congregó a personas de tantas regiones en torno a un tema tan importante como lo es la educación. Por tal motivo, vale la pena expresar un reconocimiento a la directora general del ISENCO, la Dra. Martina Milagros Robles Sánchez, así como todo el equipo que la secundó mediante esfuerzos titánicos en la organización de las actividades, en especial, a quien se encargó de cuidar la sustancia al evento, la maestra Guadalupe Quijano García.
El valor del CONIIEE puede ser apreciado desde diferentes perspectivas. Por una parte, manifiesta que el normalismo sigue vigente en nuestro país y demuestra los deseos por recuperar la relevancia que en los últimos gobiernos fue gravemente afectada. Eventos como el CONIIE demuestran que es la Escuela Normal el sitio fundamental para pensar en la educación. Por otro lado, espacios como el mencionado son fundamentales para poner los reflectores sobre un tema trascendental como la educación, el cual merece una amplia y seria reflexión, sobre todo en estos momentos de coyuntura política. La toma de decisiones en materia educativa deben estar respaldadas por ejercicios reflexivos como los que en este evento se realizaron, alejándonos así de opiniones marcas de intereses o posturas políticas que en poco contribuyen a la mejora educativa.
Es pues el CONIIEE un legado valioso no sólo para el normalismo, sino para la vida pública del país. Sin duda resulta conveniente su realización periódica, que incluso pueda evolucionar para complementar la oferta que se presentó en esta edición: involucrar a otros expertos en el tema educativo, como lo son los maestros de educación básica, los alumnos, los padres de familia, los directores, los supervisores, etc. En sí, propiciar que el CONIIEE sea un espacio en el que se privilegie la pluralidad de visiones: desde arriba, desde abajo, desde los costados y desde el centro. Que sea pues el CONIIEE el inicio de una prestigiosa tradición de análisis, reflexión y experimentación de la educación, emulando la tradición y el prestigio de la institución centenaria que lo engendró.
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