Autonomía curricular. Algunas precisiones y consideraciones.

Por:  Arturo Barraza Macías. Ex Ante: contrario a mi costumbre de analizar, llegar a una conclusión y publicarla, la más de las veces como una ...
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Por:  Arturo Barraza Macías.

Ex Ante: contrario a mi costumbre de analizar, llegar a una conclusión y publicarla, la más de las veces como una descalificación que no incluye los argumentos en los que me baso, ahora voy a plantear algunas precisiones y consideraciones sobre el tema de la autonomía curricular, por lo que les advierto a los que quieran leer este estado que va tener una mayor extensión de la acostumbrada.

Hecha esta advertencia inicio. Sobre la autonomía curricular hay necesidad de hacer las siguientes precisiones:

1.- La autonomía curricular, unida a la autonomía administrativa y financiera (denominada autonomía escolar), existe desde el siglo pasado en la mayor parte de los países europeos y en Estados Unidos; ellos presentan sistemas curriculares abiertos y flexibles.

2.- La autonomía curricular formó parte importante de las reformas de descentralización de los sistemas educativos que se realizaron a principio de la década de los 90s del siglo pasado en países como España, Argentina y Brasil, por mencionar solamente algunos; estas reformas les permitieron transitar de un sistema curricular cerrado y rígido a uno semi-abierto y semi-flexible.

3.- México, contrario a esa tendencia internacional, mantuvo un sistema curricular cerrado y rígido y el arreglo cupular denominado Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica impulsado por Carlos Salinas de Gortari no tocó el sistema curricular y los supuestos procesos de descentralización solamente generaron más burocracia al crear las representaciones de la SEP en los estados.

Hechas estas precisiones habría que tomar en cuenta algunas consideraciones para el éxito de una autonomía curricular: a) Una autonomía curricular auténtica implica la desaparición de los planes y programas de estudios de carácter nacional, b) una condición indispensable para la autonomía curricular auténtica es que el gobierno central solamente debe de establecer los contenidos mínimos que un alumno de educación básica debe tener y las regulaciones necesarias para evitar la in-equidad de acceso a los aprendizajes en los alumnos, c) para que los profesores puedan ejercer una autonomía curricular necesitan una formación y condiciones organizacionales que la promuevan (la experiencia española fue clara en ese sentido), d) una autonomía curricular auténtica implica el empoderamiento de los profesores, al ser estos quienes definan los programas de estudio; esto se antoja difícil con un gobierno que ha hecho un arte del ejercicio de denostar a los profesores y los ha considerado no idóneos para el desempeño, y e) una autonomía curricular auténtica solo es posible en un sistema educativo descentralizado que permita transitar de un sistema educativo piramidal o uno tipo red.

El término autonomía curricular auténtica (siguiendo el ejemplo de Gary L. Anderson) lo he estado usando para diferenciarla de la autonomía curricular dirigida o impuesta, que es uno más de los procesos de simulación que realizan los gobiernos neo-liberales a este y otros planteamientos de avanzada, como lo sería el caso del trabajo colegiado.

Por último, y a manera de cierre, les recomiendo el artículo “Autonomía curricular. Más trabajo, mismo sueldo, menos libertad” publicado por compañeros de la UPN Ajusco, estudiosos desde hace varios años de los temas de gestión educativa, que podrán encontrar en el portal Insurgencia Magisterial. Una visión diferente, por el nivel discursivo en que se mueve cada uno (no por el posicionamiento crítico), a la planteada en este comentario, pero que abona a la reflexión al respecto.

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