Estar fuera de Guerrero y tener estas credenciales causa reacciones de asombro en tus interlocutores; su rostro cambia, se tensa; generalmente no atinan que decir y prefieren mejor callar, como si en su primer reacción quisieran mostrar sus condolencias y después esperan escuchar algo más de ti; tal vez esperarían que vociferaras consignas rebeldes o simplemente encuentren raro que participes en procesos como la Certificación de Evaluadores del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) o la Evaluación de Desempeño del Servicio Profesional Docente (SPD).
Soy profesor de primaria en el Estado de Guerrero, trabajo en el puerto de Acapulco, un área agitada por los problemas políticos y de inseguridad que sufre la entidad. En medio de este clima he participado desde hace un año en el proceso de formación y certificación de Evaluadores de desempeño docente convocado por el INEE; como parte de este proceso el pasado 19 de septiembre fui convocado a una segunda evaluación, de nueva cuenta en el DF; todos los aspirantes a Evaluadores nos presentamos en distintas sedes del país; la evaluación consistió en el examen que los maestros notificados presentarán en noviembre próximo; de acreditarlo lograremos culminar un proceso iniciado hace un año: ser Evaluadores de Desempeño Docente o Directivo para con ello poder evaluar los expedientes de evidencias y la planeación argumentada de los docentes notificados.
Debido a las circunstancias que se viven en mi Entidad y al escaso número de candidatos a ser Evaluadores que presentó Guerrero – apenas estuvimos convocados nueve docentes de Educación Básica y uno de ellos no pudo asistir por problemas económicos –nos presentamos en el Distrito Federal para ser evaluados. Cabe señalar que fuimos notificados apenas con una semana de anticipación – 12 de septiembre-. Tal vez en esa sede – CONALEP III de Iztapalapa, estuvieron el estado con mayor y menor número de aspirantes, mientras que por Guerrero nos presentamos apenas 8 docentes por parte del DF se evaluaron más de un centenar de aspirantes los convocados. Cuando entramos a la sede a ser evaluados escuché expresiones como: ¡qué valor! ¡bravo! algunos hasta aplaudieron de manera breve. Ya como susurros una maestra se acercó y nos preguntó: ¿Qué no están en contra de la Reforma?
Es difícil entender el contexto en estados como Guerrero y Oaxaca, sobre todo en educación pues lo político – social juega parte trascendental del quehacer educativo. Los compañeros te expresan su recelo por participar en las convocatorias derivadas de la Reforma Educativa, te vuelves el negrito en el arroz y eres blanco de ataques y críticas. En muchas ocasiones evitas comentar que has logrado avanzar en el proceso, o que has presentado tal o cual evaluación; explicar a tus jefes inmediatos que tienes que ausentarte un día antes para llegar a buscar hospedaje cerca de la sede para ser puntual en el examen es algo que se complica porque tampoco ellos tienen información. En mi estado hay una gran cantidad de personas convencidas de que la Reforma no se aplicará y que los procesos de evaluación no prosperarán. Incluso yo he tenido grandes dudas, como el sábado 27 de septiembre de 2014, cuando me enteré de la desaparición de los normalistas, ese día dije – esto es tan grave que la Reforma ya se jodió.
Pues ya paso un año y la Reforma ahí sigue, ya hay beneficiados con el examen de ingreso y promoción y falta la prueba del ácido, la joya de la corona, la bendita permanencia, denominada Evaluación de Desempeño. Cuando eres notificado a presentarte a otra Entidad a evaluarte, tu principal preocupación no es sólo prepararte para el examen, también tienes que ajustar tus gastos de autobús, comidas, hospedaje, taxis en el DF, tanto es así que un compañero decidió no asistir y darse por vencido. Ya en diciembre de 2015 habíamos sido convocados al DF dos días para la Certificación como Evaluadores por parte del INEE, pero en febrero se determinó que el Servicio Profesional Docente también nos evaluaría como parte de los requisitos. Claro que hemos buscado el apoyo de la Autoridad Educativa Local (AEL) que es la Secretaria de Educación Guerrero (SEG), existe un enlace del INEE en la entidad al que hemos acudido pues incluso la convocatoria anterior para Certificarnos en Diciembre de 2014 era explícita al decir que los gastos derivados de este proceso correrían por parte del Estado (AEL). La respuesta es tan ambigua como cínica, te piden que vayas y pagues, que después te lo reembolsarán. Al final las facturas no pasan por que era un RFC distinto, porque es del mes pasado y se cruzaron vacaciones, o porque ya cerraron el año fiscal, o por las declaraciones que hace el gobernador de Guerrero al decir que no tiene dinero ni para pagar los salarios, que mejor ya tome posesión el gobernador electo.
La autoridad pasó de ser omisa a ser vulgarmente cínica, la negligencia y la corrupción de los otros son excusas validas para justificar sus faltas, pero claro gozando todos – la anterior administración y esta – de total impunidad. Nos encontramos entre la espada y la pared, la Autoridad Educativa en Guerrero le importa un bledo la Reforma Educativa y la Evaluación Docente. Los compañeros que te señalan de traidor mientras las autoridades que te traicionan dejándote a tu suerte. Ráscate como puedas, o como me dijo un amigo ¡por andar en esos cursos te van a evaluar y a lo mejor te corren! No diré que me dicen los compañeros que están en desacuerdo con la Evaluación, porque me ha llovido sobre mojado.
Y si la autoridad es omisa y demuestra desprecio por el proceso, la fracción sindical que está en contra de la Reforma te señala como traidor por participar en los procesos; los compañeros te miran como bicho raro e incluso no toleran que puedas explicar en qué consiste el proceso. Estamos en medio de la nada, luchando por nuestra convicción pero enfrentándonos a cada vez más obstáculos, literalmente, a nuevas ocurrencias del INEE, SPD y de la SEP; un ejemplo de ello es la nueva evaluación que tuvimos que presentar cuando en un principio la certificación sería suficiente.
Viviendo esas circunstancias y aún estando en el DF el día 24 de septiembre visité el campamento de los Padres de los normalistas. Claro que comulgo con sus demandas, mi padre es egresado de Ayotzinapa al igual que muchas generaciones de maestros que forjaron la educación Guerrerense. Ser contestatario, rebelde y crítico es un acto inherente al proceso educativo, pero jamás se había cometido una agresión así a las normales rurales. Cuando te acercas a interlocutores partidarios de la protesta social, también puedes mirar ese asombro en sus rostros. ¿Viene solo? – me preguntaron, – Si, estaba por aquí en el DF y decidí pasar. Cuando vienes de un lugar sumido en la violencia, donde la autoridad y la delincuencia están separadas por una línea casi invisible, te das cuenta que el problema va más allá de un simple culpable, lo trascendente sería transformar esa realidad plagada de pobreza, violencia e impunidad.
Ser maestro en Guerrero, ser profesor en cualquier parte del país, es vivir señalado, estigmatizado, o eres un idiota huevón o eres rebelde y agitador. Lo peor es que no hemos sabido responder a estas nuevas circunstancias; protestar no es el único camino. En cuanto a las autoridades, de ellas no debe extrañarnos, han usado a la SEP y a las Secretarias Estatales como refugio de políticos que no tienen interés alguno por la educación ni por la población.
En resumidas cuentas me encuentro confrontado, defraudado, cansado y gastado, me he llegado a preguntar ¿para qué me aventuré en esto? ¿realmente estoy tracionando mi profesión? Lo diré claramente: para mí la evaluación es el proceso más justo –aún lejos de ser perfecto – de ingresar al servicio u obtener un mejor puesto o salario. He señalado con mis compañeros que existen deficiencias en el proceso, que no está claro el valor en cada etapa, que no es lo ideal que no sean visitas al aula, incluso he asesorado a compañeros para subir sus evidencias, puede decirse entonces que soy partidario de la evaluación. Entonces ¿quién falla?, La autoridad estatal, la SEP o el SPD, porque existe una falta de compromiso de estas instituciones.
Hasta hace unos días pensaba sólo que de la Autoridad Educativa en mi Estado era la que aplicaba el terrorismo laboral, pero a nivel federal también se cuecen habas. Tuve la oportunidad de participar como asesor en línea de los cursos de Formación de Evaluadores en su segunda generación 2015, debido a que me certifique en la primer generación 2014. Y ¿qué creen? Después de casi tres meses no ha pagado la SEP a los más de 50 asesores. Que tan poco vale nuestros trabajo que nos pagan cuando quieren, o peor aún avecen no pagan. Quienes estanos afectados nos hemos inconformado y la respuesta es tan cínica como inhumana: no hay fecha para su pago. Ahora tienes que esperar a que te paguen, la situación no está para jinetear pagos, pero eso es una muestra más de la lejanía que la burocracia educativa en México tiene de sus aulas y sus maestros.
Otra anomalía se presenta con el Servicio Profesional Docente, el cual no ha enviado contraseñas a todos los maestros que serán evaluados, y aunque se amplió el plazo al 31 de octubre, en el caso de los que somos candidatos a evaluadores el plazo vence el próximo 30 de septiembre. Ya presentamos la etapa 3 y 4 – examen y planeación argumentada – ahora falta la contraseña y la de nuestros directores para completar la evaluación –etapa 1 y 2 –. Estamos a escasos dos días de que expire el plazo y no tenemos contraseña.
Todas estas fallas convierten el proceso en una experiencia de terror e incertidumbre, y nadie se hace responsable, los gobiernos estatales culpan a la SEP de los pagos, el INEE culpa al SPD de las contraseñas, nadie asume sus responsabilidades y se vuelven expertos en un doble discurso, uno el demagógico, donde fomentan la evaluación y otro el de los hechos, donde evaden su responsabilidad y les importa poco que explote el problema, siempre que no sea en sus manos. Existe una gran impunidad en el manoseo de recursos, existe también un cinismo en la cara dura de los funcionarios ponen trabas en tus trámites, eso sin contar con el gran recelo de la sociedad a los maestros, de los maestros entre los maestros.
Aún enfrentando esto, los candidatos a evaluadores de Guerrero acordamos no desistir, seguir esforzándonos para no echar en saco roto el esfuerzo de casi más de un año y enfrentar los señalamientos de la sociedad, las autoridades y hasta de otros maestros, estamos solo en esta empresa pero el trabajo en nuestras aulas, con nuestros alumnos, algún día frutos rendirá, y no importa si lo vemos o no, importa que en verdad la sociedad transforme su visión sobre la educación y se comprometa, nos comprometamos todos, a mejorarla día a día con el cumplimiento de nuestras responsabilidades.