El 7 de diciembre de 2017, hace poco más de tres años, SDP Noticias.com tuvo la generosidad de publicarme una columna que llevaba por título: “Cuatro analogías sobre el relevo en la SEP”, que se refería a la salida de Aurelio Nuño, como titular de la SEP, quien se convertiría a la postre en el coordinador de campaña del entonces candidato José Antonio Meade, por el PRI, que se perfilaba como abanderado tricolor hacia las elecciones presidenciales de 2018.
Hoy, en ocasión del relevo en la SEP (2020), debido al anuncio que hiciera el presidente López Obrador, de proponer a Esteban Moctezuma Barragán como futuro embajador de México en Washington, es posible hacer un ejercicio analítico sobre los rasgos comunes encontrados entre dos políticos del “establishment”: Esteban Moctezuma y Aurelio Nuño, es decir, entre aquella coyuntura de sustituciones de funcionarios públicos del más alto nivel y la sucesión actual; entre lo que ocurrió en 2017 y lo que sucede hoy.
En lo que sigue del presente comentario, sustituiré el nombre de Aurelio Nuño por el de Esteban Moctezuma, a partir del contenido de la columna que escribí hace tres años. Nótese que a lo largo de esta colaboración, inserté algunas adecuaciones en función del contexto o la coyuntura actual. Veamos lo que resultó:
Primera analogía: “Lo más importante en la vida…”
“La carrera política es lo más importante en la vida”, es el mensaje que, en los hechos, con los actos, las palabras y de manera poco sutil, nos envía Esteban Moctezuma, al tomar la decisión de renunciar a la titularidad de la Secretaría de Educación Pública (SEP), para formar parte del Servicio Exterior, como embajador (aprendiz) de México en EU.
No hay ningún delito qué perseguir en esa determinación. Es un asunto personal; es una decisión individual guiada, quizá, por un ideal, aunque en ello existe un trasfondo ético y simbólico. Es una transición o un cambio que se ubica en el ámbito de lo moral, de lo político; inclusive de lo legal, aunque no sea tan legítimo. Es una cuestión de valores humanos. Hasta sería, si se profundiza en el análisis del caso, un asunto histórico: “La patria me llama…”. “Es un compromiso con la 4T”. Cualquier justificación alcanza cuando se trata de cumplir con un deber cívico. En fin, esas son las verdaderas enseñanzas que deja un liderazgo más inspirado en el poder que en el saber o en el conocimiento de la diplomacia.
Este tema sobre “lo más importante en la vida”, me recuerda lo que les digo a mis alumnos y alumnas de licenciatura en Pedagogía o de Intervención Educativa en la UPN: “Cuando ustedes no asisten a las sesiones académicas, el hecho se puede interpretar de dos maneras: 1) Tuvieron una emergencia, o 2) Están ocupados en una actividad más importante y motivadora como para no estar en clase.”
Así interpreto, toda proporción guardada, la renuncia de Esteban Moctezuma Barragán (EMB) como titular de la SEP. Al parecer, dicha decisión se inspiró en el segundo significado. Para él, y su jefe tabasqueño, hay una actividad política más importante qué hacer, en lugar de continuar en el timón y dirigir los destinos de la educación del país, en momentos en que la pandemia del Covid no termina y se agrava. Cuando hay todavía muchos pendientes por atender.
¿Qué va a suceder con el programa “Aprende en casa II”? ¿Cómo se va a resolver el asunto de los maestros y las maestras que no han recibido sus pagos o salarios luego de trabajar en diferentes programas educativos como Prepa en línea o PRONI? ¿Por qué no se han resuelto las promociones verticales y horizontales que reclaman varios sectores del magisterio nacional? ¿Qué avances y valoraciones se tienen en cuanto al rezago educativo en México, que impacta a poco más de 32 millones de mexicanas y mexicanos? ¿Cuáles son y cómo van los informes puntuales en cuanto a la aplicación del programa “La Escuela es Nuestra”? ¿Qué informes tenemos con respecto a la impresión y distribución de los libros de texto gratuitos (Educación Primaria) cuyo diseño se inició en 2017?
Segunda analogía: “¿Existe compromiso con la educación?”
Este escenario, de la renuncia de Moctezuma, me recuerda aquellos tiempos, en que nos encontrábamos en cargos de dirección escolar, y decíamos, cara a cara, a algunas maestras o maestros de Educación Básica, luego de que éstos nos anunciaran el “abandono” de la nave en “medio de la carretera”: “Uno no puede renunciar a la mitad del ciclo escolar”. O bien les preguntábamos con justa razón y de manera asertiva: “Explícame, por favor, las niñas, los niños o los jóvenes ¿dónde quedan en el orden de tus prioridades profesionales?”; “¿hay o no compromiso profesional con la educación? ¿Qué compromisos o vínculos pedagógicos tienes con tus niños, niñas y jóvenes?”
Tercera analogía: Las habilidades políticas, por encima de las capacidades intelectuales
Con el relevo en la SEP, anunciado esta semana en Palacio Nacional, (me imagino a AMLO, desde la banca, gritando, como en el fútbol: ¡sale Esteban, entra Delfina!), algo me queda claro; una vez más se reproducen los vicios negativos que aquejan al Sistema Educativo Nacional. Me explico: Debido a encargos de carácter político, muchos de nuestros queridos maestros y nuestras queridas maestras, de base, abandonan las aulas, porque deciden “iniciar una carrera política o sindical”; por lo tanto, aceptan “comisiones especiales” para desempeñar ese tipo de tareas. Durante mi trayectoria profesional en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), he conocido a infinidad de buenos maestros y maestras, asesores técnicos y directivos o directivas escolares de Educación Básica, que se han perdido en los laberintos burocráticos de la vida sindical o en trabajos de colaboración con el “partidazo”, al aceptar las famosas “comisiones”, en vez de dedicarse profesionalmente a la educación y al cambio cultural de las nuevas generaciones.
Esta coyuntura en la SEP me recuerda también lo que ha expresado, con toda razón, Gilberto Guevara Niebla, cuando afirmaba que ese tipo de inclinaciones político-sindicales, constituye una de las causas o el reflejo de la obsolescencia que invade a algunas zonas del magisterio nacional.
“Es triste decirlo, pero el magisterio mexicano no brilla con luz propia. Su imagen social se ha construido con los pálidos reflejos que proyecta su representación oficial, el sindicato, una organización ajena a la modernidad y a la democracia, una entidad obsoleta, una pieza orgánicamente articulada al partido oficial de mediados del siglo XX. No podía ser de otra manera. El sindicato no es una entidad de naturaleza académica o profesional y sus líderes son seleccionados no por atributos intelectuales sino por sus habilidades políticas.” (1)
Cuarta analogía: Continuidad en el servicio, discontinuidad en la docencia
Otro de los problemas que caracterizan al Sistema Educativo en México, es la falta de continuidad en la labor docente, aparte de la falta de compromiso. Con frecuencia se escucha decir a los estudiantes y padres o madres de familia, casi en todos los niveles educativos: “a cada rato nos cambian al profesor o a la profesora”; o “llevamos tres maestras o maestros en lo que va del ciclo escolar…”
Para los trabajadores de la educación el asunto tiene relativa solución: Hay continuidad en el servicio (o sea que no les deja de pagar), aunque haya discontinuidad en la labor docente, en el trabajo en aula, en la atención de los aprendizajes de los niños, las niñas y los jóvenes. Los afectados son las y los estudiantes, la sociedad.
La SEP llevaba tres secretarios del ramo a finales de 2017, durante un mismo sexenio (2012-2018). Emilio Chuayffet que despachó del 1 de diciembre de 2012 a septiembre de 2015 (casi 3 años); luego entró Aurelio Nuño al frente de la dependencia, a partir de esa fecha y hasta su renuncia en 2017 (duró ahí poco más de 2 años). Luego, ocupó el cargo como titular el ex subsecretario de Planeación, Otto Granados (prácticamente por un año). En 2020, el titular que sale de la SEP, EMB, sólo estuvo ahí por prácticamente dos años.
Desde la cima de la burocracia, no exactamente de la “meritocracia”, la SEP muestra a la sociedad que también en las alturas se reproduce esta práctica nociva de la “continuidad en el servicio, pero discontinuidad en la operación de los proyectos y los programas educativos”.
¿Cuál es el estado de rendición de cuentas y la respectiva transparencia con respecto a los “programas prioritarios” de la SEP? ¿Qué ha pasado con la Unidad del Sistema para las Maestras y los Maestros, establecido en la legislación, y del cual existen innumerables quejas? ¿Cómo van los procesos de evaluación para promover a docentes y directivos escolares como lo marca la ley? ¿Qué medidas emergentes realiza la SEP, hoy, ante los deplorables resultados en el logro académico, de los estudiantes de Educación Secundaria y de Educación Media Superior, según lo publicado por el desaparecido INEE en 2017?
¿Encuentra usted algunos rasgos comunes entre el relevo de la SEP en 2017 y el de este año?
Nota:
(1) Guevara Niebla, G. (2017) Los maestros al centro. Crónica. 14 de noviembre. México
jcmqro3@yahoo.com
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