Plantando una esperanza.

En días pasados, para conmemorar los 10 años de la marcha blanca por la seguridad, María Elena Morera invitó a organizaciones cívicas y a ciudadanos a ...
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En días pasados, para conmemorar los 10 años de la marcha blanca por la seguridad, María Elena Morera invitó a organizaciones cívicas y a ciudadanos a plantar botes llenos de planes, proyecciones, metas y esperanzas para los próximos 10 años. Estos botes fueron plantados en los jardines de la Casa del Lago en Chapultepec. Serán abiertos el 30 de junio del 2024.

En el bote de Mexicanos Primero incluí unas breves reflexiones sobre el estado que guarda la educación hoy, así como el avance que nos gustaría ver en el tema para el año 2024. A continuación dichas reflexiones:

Si no resolvemos la educación de México, no vamos a resolver a México.

Y vaya que estamos atrasados. Actualmente, sólo 35% de cada generación termina en tiempo y forma la prepa y sólo el 13% la universidad. El promedio de escolaridad de un mexicano es el 2ndo de secundaria y nuestros niños, año con año, van la mitad de las horas a la escuela que los niños de Corea y Finlandia.

Y luego está el tema de la calidad. PISA, la prueba reina a nivel internacional para medir competencias, nos ubica en el lugar 34 de 34 naciones de la OCDE. Más del 80% de cada generación de jóvenes de 15 años está reprobado para un mundo que premia el conocimiento y las capacidades analíticas y críticas.

El estado de la educación en México es motivo de indignación. Pero sobre todo, debe ser motivo de activación.

Hay que reconocerlo, el actual gobierno se atrevió a hacer la primera reforma legal de verdadero calado en muchas décadas. Busca cambiar incentivos para procurar mejores maestros, directores y supervisores. Busca reemplazar la corrupción y la ineficiencia por la meritocracia. No es perfecta, pero sí abre la oportunidad de iniciar el largo proceso de transformación de un sistema de empleos, prebendas y corruptelas, hacia un verdadero sistema educativo con el maestro como figura profesional y digna.

No podemos desperdiciar esta oportunidad. La clave para el éxito de la reforma al 3ero Constitucional se resume en tres palabras: implementación, implementación, implementación.

Esto requiere capacidad operativa y también capacidad de aguantar la turbulencia que desatarán quienes prefieren el «status-quo». El éxito dependerá de vencer a fuerzas reaccionarias y corruptas que por décadas han lucrado de la educación sin servir a la educación.

Sólo podremos hablar de una verdadera reforma educativa cuando nuestros maestros estén más preparados y cuando nuestros niños y jóvenes estén aprendiendo mucho más.

En 10 años, cuando desenterremos estos botes llenos de planes y de esperanzas yo espero:

· Que la escolaridad promedio en México haya alcanzado por lo menos los 12 años.

· Que México obtenga resultados en PISA equivalentes al promedio de los países miembros de la OCDE.

· Que haya más calidad y rigor, y menos política en la educación.

· Que la imagen y dignidad del magisterio se haya recuperado.

· Que en lugar de sindicatos abusivos contemos con colegios de profesionales y que el maestro sea el héroe en la narrativa de la recuperación y el impulso educativo.

· Y, que México haya entendido cabalmente que la escuela pública no es la escuela de gobierno, sino la escuela de todos los mexicanos y que todos estemos dispuestos a cuidarla, procurarla y engrandecerla.

En resumen, espero que para el año 2024 la educación pública de calidad esté cumpliendo, de manera cabal y sustentable, con su papel de ensanchar libertades, oportunidades y justicia para los mexicanos.

Fue publicado en Reforma.

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