En este devenir estrepitoso de hechos en relación al tema educativo, sería importante e interesante mencionar un tópico por demás interesante: la reelección.
En el ámbito social, mencionar la reelección nos remite a la revolución mexicana y de entrada veíamos hasta hace muy poco el tema como intocable: ¡la reelección no!, por eso se luchó y murieron miles de mexicanos, eso jamás debe repetirse. Sin embargo, hoy por hoy el tema toma relevancia porque nos permite reconsiderar la repetición de un periodo en la figura de la misma persona, precisamente cuestionando su desempeño. Es decir, la visión de la reelección cambió basándonos en una perspectiva de positivismo, de avance.
En este tenor, creo que los vientos de cambio en la organización sindical de los maestros debe llegar pero no precisamente en repetición continua de una persona en una función (en este apartado creo que los legisladores deberían considerar que si la máxima autoridad no es reelecta por ser anticonstitucional este hecho; ¿por qué permitir que seudo líderes sindicales lo hagan?).
El cambio sindical a que me refiero es a la posibilidad de poder reestructurar la organización sindical pero sin miras políticas, sin la incorporación masiva de elementos solo para tener cantidad de personas, sin la intención de ser el sindicato más grande de Latinoamérica solo por serlo. No, eso es lo que precisamente debe cambiar.
Por qué no pensar en un sindicato conformado exclusivamente por docentes, (titulados por supuesto, porque hay muchos que no lo están); personas que compartan la misma visión educativa y discutan los mismos problemas. No es posible seguir con reuniones sindicales donde se discuta de parte de un intendente sus problemas y si no se apoya como lo desea, su voto es en contra cuando se discuten asuntos de carácter educativo. Esto ya no debe pasar.
Por qué no tener una organización sindical exclusiva para los docentes y que el personal de apoyo conforme el suyo.
Esto sería muy sano para el proceso educativo.