Los fines de la educación, un punto de llegada necesario, ¿será posible?

Los fines de la educación expresan el ideal de ciudadano o  de sujeto que se pretende formar a través de su incursión en un sistema educativo; dichos ...
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Los fines de la educación expresan el ideal de ciudadano o  de sujeto que se pretende formar a través de su incursión en un sistema educativo; dichos fines pueden o no estar muy alejados de la realidad, lo importante es su congruencia con lo que mandatan los principios filosóficos del artículo tercero de nuestra constitución política mexicana.

En algunas participaciones, en foros de consulta, comentarios entre colegas y padres de familia suele decirse que los fines plasmados en el nuevo modelo educativo 2016 no se adaptan a las características de la sociedad actual, o que han sido importados de explicaciones teóricas de autores y corrientes de otros países o que son producto de la globalización o simplemente que son una utopía.

Lo cierto es que para que nuestra sociedad llegue a ser democrática,  plural y capaz de enfrentar la incertidumbre y los desafíos de hoy, se requiere de la construcción de ciudadanía, tarea nada sencilla pero necesaria y que,  por su complejidad no podrá resolverse  solo desde la escuela.

¿Es posible la formación de “ciudadanos libres”?

Desde mi punto de vista si es posible la formación de ciudadanos libres, el reto sustantivo es hacer un lado una serie de nociones y tradiciones que han hecho de las personas seres dependientes y sobreprotegidos, hoy en día se requiere ser  responsable, creativo e  innovador; de poco sirve tener un dominio conceptual muy amplio si no se es capaz de aplicar los conocimientos adquiridos en contextos reales y desafiantes; en este sentido, el modelo educativo ofrece al menos, en algunas de sus líneas la intención de que la persona ponga en juego la curiosidad intelectual y el aprendizaje continuo, esto no es nuevo, sin embargo hoy toma relevancia por la importancia que reviste actuar en situaciones de incertidumbre y sumamente complejas.

Para ser libre es necesario contar con una escala de valores  tales como la responsabilidad, la perseverancia, la reflexión sobre la propia forma de enfrentar las situaciones, saber tomar decisiones informadas etc…

Aquí empiezan las comparaciones entre el “antes”, el “ahora” y lo “que se espera”. La pregunta que surge es: ¿Nos han enseñado a decidir? ¿Qué hace la escuela cuando se presenta una situación de conflicto entre los alumnos? ¿Sirven de algo las medidas disciplinarias que se toman en las escuelas para formar a este tan anhelado “ciudadano libre”? ¿Qué tendría que cambiar la escuela para aproximarse a este objetivo?

Lo que se puede advertir es que ante un sistema educativo dedicado a la formación de “sujetos obedientes y ejecutores” lo que hemos perdido es la posibilidad de formar personas capaces de enfrentar sus problemas con creatividad intelectual y estabilidad emocional.

El reto es mayúsculo, pues hay que orientar las prácticas de enseñanza hacia otro horizonte, cambiar las rutinas por los desafíos, las instrucciones por la búsqueda colectiva de soluciones, la trasmisión de información por la comprensión del sentido de dicha  información, ello si marcaría una gran diferencia en la formación integral del individuo y en particular en la formación de ciudadanos libres.

La cuestión es que dichos cambios no se dan por decreto ni con el solo hecho de incluirlos en un documento “normativo”, el proceso para que todo ello suceda en la realidad es complejo y requiere de la participación de diferentes actores; se requieren dispositivos de formación continua que tomen como unidad a la escuela y que sea la reflexión sobre la propia práctica el punto de partida para posteriormente se construir caminos alternativos con creatividad, visión y consistencia.

Ser libre en esta era de la sociedad del conocimiento exige el desarrollo de habilidades superiores de pensamiento, reitero, no basta con la acumulación ni la retención de saberes, hoy, es necesario que el ser humano sea capaz de manejar información que por cierto circula en gran cantidad, con mucha rapidez y con una caducidad u obsolescencia temprana; al no tener esta capacidad, el individuo es presa fácil de la manipulación y el enjuague cerebral, hay que aspirar a formar ciudadanos que formulen sus juicios y no sólo “consuman” las interpretaciones de “otros”.

¿Qué implica formar un ciudadano dispuesto a mejorar su entorno social y natural?

El sistema educativo a través de los planes y programas de manera formal y de otras vías de tipo informal ha promovido y a veces permitido el reinado de la “uniformidad” y la “verticalidad” en donde las disposiciones “para todos por igual” ha estrangulado la creatividad de los docentes, y con ello poco  se ha logrado en esta gran tarea de “generar disposición” por parte de maestros, alumnos, padres de familia y otros agentes para mejorar su entorno inmediato.

Coincido en que se requiere formar un ciudadano dispuesto a mejorar su entorno, sin embargo para mejorar, no basta con “ser propositivo” o “inventar una actividad”; hay que analizar la situación que ha de resolverse, informarse sobre las temáticas que emergen, reflexionar sobre la forma en que cada sujeto se  implica en la situación, trazar una ruta de solución de manera colectiva, todo ello con una gran dosis de motivación intrínseca. En este sentido hay capacidades que los estudiantes han de desarrollar en la escuela, con ello estoy de acuerdo y es muy necesario, lo importante será implementar en cada aula los mecanismos pedagógico – didácticos que llevarán a los estudiantes a ello.

Finalmente puedo decir que los fines de la educación planteados en la carta que publica la Secretaría de Educación Pública ofrecen:

  • Un horizonte ambicioso pero claro de las características de ciudadano que se pretende formar; así son los fines solo que, seamos conscientes de la distancia que tenemos que recorrer para llegar a tales fines; las distancias serán diferentes de acuerdo al contexto en el que se inserte la escuela, la formación de los profesores y particularmente de los directores escolares y otros factores más.
  • Una descripción muy detallada de los conocimientos, habilidades, actitudes y valores que deberá mostrar un alumno egresado de la Educación Media Superior

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