Es cierto que no estábamos preparados para la contingencia, pero ahora ha resultado que cada vez que se presentan, implementamos una serie de actividades que permitan equilibrar las cotidianidad de las tareas, como es el caso de la educación donde tomamos como base a el internet como un medio para contrarrestar la perdida de clases y adoptamos las famosas clases en línea, aunque sabemos de antemano que de por sí, ha sido fallido el sistema educativo de forma presencial, ahora a distancia se complica la labor docente, no al doble, si no al triple.
Es por esto que el proceso en la relación, puede darse por una situación particular, muy por encima del acostumbrado cambio generacional que radica en la forma de conocer y manejar la tecnología, marcando la forma de aprender y enseñar, dividiendo a cada parte en dos grupos, como lo señala Marc Prensky en su libro Digital Natives, Digital Inmigrants (2001), en el cual explica la diferencia entre nativos digitales e inmigrantes digitales; los segundos son comúnmente los profesores en las aulas de media superior los cuales han tenido que aprender a usar los medios digitales proviniendo de un mundo analógico de información; tienen estructuras mentales moldeadas por los procesos que generan paso a paso, resuelven un problema a la vez, el método de razonamiento es el análisis deductivo o inductivo; en cambio los primeros, a diferencia son generaciones que ha crecido con las tecnologías digitales y que son «nativos» del lenguaje de las computadoras, videojuegos e Internet, tienen destrezas y habilidades para comunicarse con los otros a través de redes sociales, les gusta el trabajo en paralelo y la multitarea, prefieren los videos o imágenes frente al texto estático, el acceso aleatorio, los juegos, y desean vivir conectados las veinticuatro horas del día.
Entonces, ¿cómo debe de entregar el conocimiento el profesor de la media superior?, ante toda esta sociedad de la información en las cuales como inmigrantes tratamos de adaptarnos a las nuevas tecnologías, utilizarlas y hacerlas propias de nuestro quehacer docente, únicamente, optamos por aquellas que nos permitan alcanzar los objetivos, y que al utilizarlas nos hacemos “expertos” en esas herramientas, ya sea un blog, presentaciones, uso de plataformas o videos, los cuales para los alumnos, es lo mínimo que ellos manejan, y que para el profesor es su área segura y de la cual no habrá un poder que lo haga cambiar para incursionar en nuevas formas, incluso si sus alumnos proponen una nueva o variar en la que el profesor desea establecer, la negación del docente será rotunda.
El ignorar a los nativos digitales y su nacimiento e incursión en la enseñanza, nos impide buscar, intercambiar e incluso corregir la forma de entregar el conocimiento, lo cual no solo limita al docente, sino también adapta al alumno, limitando sus habilidades con las que ha nacido, estableciéndolas a un solo entorno del cual reniega, rechaza e incluso se les hace poco atractivas, por el hecho de no haber nacido en solo uno.
¿Entonces el profesor debe ser multidisciplinario?, la respuesta para mí sería sí, aunque un inmigrante, no es que no sea de su interés, trata de acoplarse, investiga e incluso debido a su carácter de disposición, trata de adoptar las nuevas formas, esto debido a que en su disciplina de aprendizaje que nació bajo un régimen en el cual debía de adaptarse a instrucciones o bien de obediencia a sus superiores y acatar órdenes que debía seguir para integrarse a los requerimientos de su trabajo, aunque basar todo el aprendizaje e incluso hacerlo recaer solo en las TICs es mitificar la capacidad docente para la enseñanza, ya que debe sobresalir para establecer a las herramientas tecnológicas como un apoyo, mas no una forma que demuestre el desarrollo de habilidades.
Es entonces cuando no se ha definido bien las estrategias y escuchamos hablar de plataformas, redes académicas o clases virtuales, de los que cada profesor tiene un punto de vista diferente y no encuentra o busca, cuales pueden contribuir a explicar su tema correctamente en línea, es por ello que esperamos que con estas experiencias del 19S y CONAVID19, se emplee una nueva forma de generar cursos sobre Enseñanza a Distancia y establecerle a el profesor de manera objetiva que debe utilizar lo mínimo y lo máximo, no para estos casos, que se implementa sin ningún tipo de visión, si no para integrarlo a su nueva forma de quehacer académico.
