A partir de la entrada en vigor de la LGSPD en 2013, nacieron consigo nuevas reglas en cuanto al proceso de acceder al sistema educativo mexicano, lo cual podemos constatar desde el inicio de la citada ley, que a la letra dice:
“Artículo 1. La presente Ley es reglamentaria de la fracción III del artículo 3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, rige el Servicio Profesional Docente y establece los criterios, los términos y condiciones para el Ingreso, la Promoción, el Reconocimiento y la Permanencia en el Servicio.”
La reforma educativa ha traído consigo muchas cosas que son benévolas para regir de una manera distinta de como se venía haciendo años atrás, sin embargo, también hay que decir que los procesos no terminan de asentarse del todo, estamos viviendo una especie de transición entre el viejo esquema y el nuevo. Hablemos específicamente de la profesionalización docente y directiva y de los artículos en los que la LGSPD hace referencia:
Artículo 13. El Servicio Profesional Docente tiene los propósitos siguientes:
VII. Garantizar la formación, capacitación y actualización continua del Personal del Servicio Profesional Docente a través de políticas, programas y acciones específicas, y
VIII. Desarrollar un programa de estímulos e Incentivos que favorezca el desempeño eficiente del servicio educativo y contribuya al reconocimiento escolar y social de la dignidad magisterial.
Artículo 27. En la Educación Básica la Promoción a una plaza con funciones de dirección dará lugar a un Nombramiento, sujeto a un periodo de inducción con duración de dos años ininterrumpidos, dentro del cual el personal de que se trate deberá cursar los programas de desarrollo de liderazgo y gestión escolar determinados por la Autoridad Educativa Local.
Durante el periodo de inducción las Autoridades Educativas Locales brindarán las orientaciones y los apoyos pertinentes para fortalecer las capacidades de liderazgo y gestión escolar. Al término del periodo de inducción, la Autoridad Educativa Local evaluará el desempeño del personal para determinar si cumple con las exigencias propias de la función directiva. Si el personal cumple con dichas exigencias, se le otorgará Nombramiento Definitivo.
Si contrastamos lo que la ley contempla contra lo que la realidad dicta, podremos decir que existe un distanciamiento entre lo pensado y lo que ocurre. Actualmente existe una carencia de acompañamiento, tutoría y retroalimentación en los procesos de evaluación hacia los docentes y directivos de nuevo ingreso, la evaluación está incompleta, el circulo no ha podido cerrarse, la ley por sí misma no ha podido con la realidad y esto podría ser malo si no se encuentran pronto mecanismos que complementen la capacitación de los nuevos educadores, recordemos que educamos para el aprendizaje permanente, los docentes y directivos somos la primer pieza del eslabón que necesita continuamente seguir aprendiendo para poder seguir enseñando.
Y lo anterior adquiere mayor relevancia en el caso específico de los directores dado que, según las atribuciones que se le otorgan en la citada ley serán estos últimos quienes contribuyan a evaluar a sus propios compañeros, por ello es que deben afinarse los procedimientos, que aseguren que estarán capacitados para hacerlo de una manera imparcial y que puedan además, trazar rutas que contemplen mejoras en las practicas docentes posteriores a la evaluación, buscando mejorar la calidad de la educación que se imparte en sus centros de trabajo.
Existen muchas cosas que son dignas de celebrarse dentro de este marco normativo reciente, pero también como todas las leyes, son perfectibles y es allí en donde los docentes y directivos debemos empezar a opinar en cuanto a lo que hace falta por hacer, un enfermo no puede empezar a sanar a menos que reconozca que está enfermo, esto implica un mayor compromiso en la construcción de políticas públicas educativas que incorporen el sentir de los docentes en general, aun hoy no existen mecanismos claros en los cuales los maestros participemos en la construcción de las leyes que nos rigen, aun cuando seamos los principales destinatarios de las leyes que rigen nuestra profesión.
¡El reto de la profesionalización docente es tarea pendiente del Estado Mexicano, si se nos obliga a evaluarnos, lo justo es que ellos cumplan con su responsabilidad de profesionalizarnos!
PD: ¡OJO! (SNTE, SITEM y sindicatos estatales) una alternativa de profesionalización pueden ser las cuotas Sindicales que aun hoy aportamos los trabajadores de la educación, ante los retos venideros la capacitación puede ser su única opción.