La orfandad del Maestro y el gran auSNTE

Una organización fuerte, es la que se atreve a fijar posturas firmes, la que defiende a sus agremiados ante cualquier situación, la que no se limita a ...
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Una organización fuerte, es la que se atreve a fijar posturas firmes, la que defiende a sus agremiados ante cualquier situación, la que no se limita a ser simple observador y acompañante de piedra en los eventos. Es aquella que levanta la voz y asume su papel ante la transformación que está sufriendo el sistema educativo nacional. No soy partidario de los métodos violentos, pero, tampoco los soy de los métodos que exigen sumisión a ultranza y eso es lo que el SNTE ha hecho en los últimos 5 años, ponerse de tapete ante la autoridad educativa, asintiendo sin chistar en cada pronunciamiento que la autoridad plantea. Esto se ve y es denigrante, por decir lo menos, los trabajadores de la educación de este país, no merecen tener un sindicato así.

El debate educativo no ha sido tal, los actores primordiales, los maestros y maestras de este país no han tenido voz en los acontecimientos, no fueron tomados en cuenta ni en el diseño, ni en la implementación de la llamada reforma educativa, solamente conocieron la parte en la que podrían perder su trabajo, nunca la parte de la profesionalización, mucho menos los incentivos que sustituyeron a carrera magisterial. Los maestros pertenecientes a secundarias generales y técnicas están prácticamente condenados a permanecer con 12 horas  o 19 si al caso, sin posibilidad de incrementar sus percepciones. Ante lo anterior las preguntas obligadas son ¿Dónde está el sindicato dueño del contrato colectivo de trabajo? ¿A qué se ha dedicado en los últimos años? ¿En que se han gastado las cuotas sindicales de cerca de millón y medio de maestros?

En muchas partes del país  las autoridades por si solas, sin contrapesos reales, suelen volverse poderes tiránicos y eso puede percibirse en cualquier región de este país donde hay maestros desarrollando su profesión, la percepción generalizada es la de estar en una especie de orfandad, los maestros no se sienten representados, ni siquiera por su sindicato quien debería protegerlo. Los maestros se sienten amenazados, sienten su futuro comprometido y nadie puede hacer bien su trabajo con una pistola apuntándole.

Los trabajadores de la educación podrán en un futuro cercano, tomar a su organización sindical en sus manos y  esto podrá ser el principio de un nuevo modelo sindical, el que se requiere ante las nuevas circunstancias, sin sumisiones, con presencia y que responda a las necesidades que aquejan en la actualidad a los maestros de esta nación. Seguro estoy que los tiempos que vienen obligaran a un renacer gremial que pueda sacudirse la bota que le han puesto en el cuello. Vienen tiempos electorales y los maestros saben bien por quién votaran, lo haremos por ¿ya saben quién?

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