Y en efecto, la Estrategia para el Fortalecimiento y Transformación de las Escuelas Normales anunciada por la Secretaría de Educación Pública (SEP) en marzo de 2019, nació muerta y, después de su sepelio, hoy… ¿es su entierro? Veamos.
Como seguramente usted recordará, el pasado 7 de octubre, publiqué en este y otros espacios, un artículo que titulé “Crónica de una muerte anunciada: la estrategia para las normales”. En éste afirmé que, dados los hechos que se dieron en diferentes espacios y tiempos –particularmente, durante la aprobación de las Leyes Secundarias en el Legislativo y durante las tres etapas del Congreso Nacional para el Fortalecimiento y Transformación de las Escuelas Normales –, la estrategia para el fortalecimiento de las normales públicas del país: había nacido muerta y, justamente en ese momento consideré, era su sepelio.
Insisto, los hechos sí lo evidenciaron; sin embargo, días después, puede corroborarlo cuando, derivado de la Convocatoria que emitió la SEP, la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE) y el Consejo Nacional de Autoridades de Educación Normal (CONAEN), los delegados nacionales del mencionado Congreso, se dieron cita en el Estado de Puebla para el desarrollo de los trabajos de la 4ª. etapa denominada “Estrategia Nacional de Mejora de la Educación Normal”. Evento del que más adelante daré detalles pero que, de entrada, considero, fue utilizado por los convocantes, para intentar “legitimar” un documento que, si bien es cierto contenía varias de las propuestas que los Delegados Nacionales, en las diferentes etapas, fueron construyendo, también es cierto que, en las 5 líneas estratégicas en las que se dividió toda la Estrategia como tal, se observaron aspectos “tramposos” que no correspondían con lo que en su momento, esos Delegados, habían considerado viable para lograr ese tan anhelado fortalecimiento y transformación del normalismo mexicano.
Llegado a este punto usted seguramente se preguntará, ¿nació o no muerta la Estrategia para las escuelas normales? Si analizamos lo que en ese artículo (y otros que publiqué sobre los trabajos del Congreso al que me refiero); si analizamos lo que el mismo Subsecretario de Educación Superior Luciano Concheiro (https://www.facebook.com/abelardo.carro.1/videos/753886405053390/) expresó en el cierre de la 4ª. etapa del Congreso de Escuelas Normales en Puebla; si analizamos todos los eventos que se fueron dando, tanto en la Cámara de Diputados como de Senadores, sobre la discusión y aprobación del artículo 3º, 31º y 73º Constitucionales y las Leyes Secundarias que de ellos emanaron; si analizamos lo que en materia presupuestal fue presentado por el ejecutivo al legislativo, y que también, fue discutido y aprobado por el bloque mayoritario en ambas Cámaras; podrá darse cuenta que, en efecto, nació muerta; esto, porque si el gobierno, los diputados y senadores, las propias autoridades educativas federales (e imagino que algunas locales) ya tenían conocimiento sobre la política que el
Presidente de la República implementaría para “favorecer” los 4 ejes que éste considera prioritarios en su gobierno: educación, salud, seguridad y bienestar social; y que derivado de dicha política vendrían serios recortes presupuestales como los que ya hemos visto, ¿por qué se convocó a maestros, maestras y alumnos normalistas a un Congreso para el Fortalecimiento y Transformación del normalismo mexicano?; peor aún, ¿por qué se dijo, en un primer momento, que lo que los Delegados trabajarían tendría impacto en las Leyes Secundarias que estaban por discutirse y aprobarse?; más grave aún, ¿por qué, una vez que están por concluirse los 180 días que la misma ley mandata para presentar una estrategia para el fortalecimiento y transformación de las escuelas normales, se presentó un documento que recoge, medianamente, el sentir de los Delegados Nacionales asistentes a este Congreso? Y remato, ¿por qué en este último documento, se presenta una distribución de los recursos que, en su total, ascienden un poco más a seiscientos millones de pesos, pero sin que se conozca cuál fue el criterio para su distribución y, mucho menos, a qué rubros, de manera específica, se dirigen los dineros ahí plasmados?
Preguntas que, con seguridad, requieren de una amplia explicación porque, si bien es cierto que en medio de todo este asunto ronda una total desconfianza e incertidumbre, también es cierto que, los Delegados Nacionales, me consta, pusieron todo su empeño en las tareas que les fueron encomendadas para que se contara con un proyecto de gran envergadura, tal y como lo requiere el normalismo de México. Esto, me lleva a plantear lo que se vivió en la 4ª. etapa efectuada en Puebla.
Después de un mar de confusiones, entre la sede en la que se desarrollarían los trabajos y la agenda de actividades que se abordaría en la 4ª. etapa del Congreso Nacional para las Escuelas Normales; un par de días antes, por fin se notificó a los Delegados el lugar en el que se concentrarían (el 24 y 25 de octubre). El Benemérito Instituto Normal del Estado (BINE) de Puebla, recibió a poco más de 200 delegados y, según la agenda de trabajo, entre las actividades que más llamaron la atención estuvieron: 1) la presencia del Diputado Ignacio Benjamín Campos Equihua, Secretario de la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados (para una revisión a la asignación presupuestal del 2020); 2) el “consenso” sobre la Estrategia Nacional de Mejora de la Educación Normal; 3) y la reproducción de una película: “La Promesa”, de Oscar Blancarte.
Sobre el primer punto puedo decir, que este Diputado constató el malestar y toda la serie de problemas que, por décadas, ha enfrentado el normalismo en todo el país, y de las cuales, ha salido avante, con o sin presupuesto. Lo desafortunado de su presencia, fueron los escasos compromisos que éste llevaba en el bolsillo: una interlocución directa con la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, y la construcción de una ruta crítica para el fortalecimiento del presupuesto para las normales hacia el 2021. Como era de esperarse, y a pesar de que ya existía un formato de participación para que los Delegados Nacionales del Congreso expusieran el sentir de las mesas, al ánimo se desbordó cuando este político concedió la palabra para que, quienes así lo desearan, formularan algún cuestionamiento o comentario; y así fue. Por más de dos horas este personaje escuchó los reclamos, los problemas, las vicisitudes y todo tipo de cuestiones que vive hoy el normalismo de México. ¿Acaso esto no confirma lo que he venido sosteniendo desde hace mucho tiempo en cuanto al olvido al que metieron y sometieron al normalismo mexicano? No obstante, las respuestas del legislador, desde mi punto de vista, calaron fuerte y profundo en ese anhelo esperanzador para lograr que, ahora sí, las escuelas normales tuvieran una prioridad en el escenario nacional, tal y como lo había prometido en campaña López Obrador. ¿Cuáles fueron esas respuestas? Dinero no hay más que el asignado y punto.
Por lo que se refiere al segundo punto puedo mencionar, lo que ya señalaba líneas atrás, personal de la DGESPE hizo llegar a las mesas de trabajo, un documento denominado Estrategia Nacional de Mejora de la Educación Normal (texto que, hasta el cierre de esta etapa de Congreso, no es el definitivo; más adelante lo explico), que no recogía completamente las propuestas de los Delegados Nacionales por lo que, en cada una de las mesas, se hicieron los ajustes necesarios para plantear de nueva cuenta, las propuestas de los normalistas participantes. No obstante esta situación, si usted consulta el documento en referencia podrá constatar lo siguiente: para la línea estratégica 1, se asignó un presupuesto de $31,150,000; para la línea número 2: $359,125,000. Para la línea 3: $26,573,424. Para la 4: $22,000,000. Y, para la línea 5: $181,151,576. Lo que nos da un total de: $620,000,000. Recurso desde luego que, contrasta con lo presupuestado (y aprobado en las instancias correspondientes), por ejemplo, para 2019, el cual suma $357,948,671 (a precios corrientes).
Así, más allá de los números y de la obvia preocupación por el tema del recorte presupuestal, varias interrogantes todavía rondan mi cabeza; esto, porque seguimos sin conocer: hacia qué rubros está dirigido el recorte anunciado; a cuáles y a cuántos programas de las escuelas normales afectará dicha asignación presupuestal; quién o quiénes se verían afectados, entre otras. En este sentido, surgen otras tantas preguntas, precisamente, de la distribución de esos 620 millones propuestos en el citado documento: quién o quiénes hicieron esa distribución (porque los Delegados Nacionales no lo hicieron); cuál o cuáles fueron los criterios para esa distribución; de qué manera se va a transparentar el destino final de esos recursos; de qué manera se les van atar las manos a los gobiernos estatales para que no hagan y deshagan lo que quieran con ese dinero; entre otras.Finalmente, por lo que respecta al punto 3, relativo a la proyección de la película La Promesa, tal parece que la SEP quiere imponer una moda en cuanto a la proyección de videos “educativos” y de otras cuestiones, por ejemplo, en este caso, de una película. Se imagina, viajar de diversas partes del país, ejercer un recurso para ello, invertir en tiempo y espacio para la discusión de temas trascendentales propios del normalismo mexicano para que, a su término, se observe y escuche una película que bien puede verse desde su lugar de origen y en la comodidad de su casa, ¿hay lógica en ello?
En suma, considero que los legisladores y las autoridades educativas federales, subestimaron la capacidad de los normalistas. Creo, no han logrado entender que los tiempos han cambiado y que las circunstancias han propiciado que, a muchos, ya no se nos dé aquello del atole con el dedo porque, si por un momento llegaron a pensar que al interior del Congreso podrían pasar sus “triquiñuelas” y esas viejas prácticas que tendían a simular los procesos con vías a lograr una legitimación de los mismos; lamento informarles que se equivocaron. De hecho, los Delegados Nacionales se encuentran en espera de conocer el documento final que habrá de entregarse a las instancias correspondientes para su revisión y consideración.
Sí, la estrategia nació muerta porque, de origen, así lo quiso la SEP. Desafortunadamente para ellos, y aunque ya fue su sepelio y, el obvio réquiem que anuncia lo acompaña, dudo mucho que lleguemos a su entierro. Lo de menos sería que los Delegados Nacionales, sus escuelas, sus maestros, sus alumnos, en fin, toda su comunidad normalista, llena de historia y de lucha social, se conformaran con la respuesta del Diputado en comento, del director de la DGESPE (de quién no se conoce qué ha hecho para “cabildear” más presupuesto), del Subsecretario de Educación Superior, o del propio Secretario de Educación del país.
No, creo que el quedarse de brazos cruzados no es lo suyo; ahí, en el pleno del Congreso, en UNIDAD, sin fragmentaciones ni luchas por un protagonismo absurdo y sin sentido, puede ser uno de los espacios a través del cual se logre “revivir” una estrategia por y para las normales del país; y, si esto no fuera posible, por aquello de que ya no se vuelva a convocar a esos Delegados de este Congreso es, en las propias escuelas normales, desde abajo, desde sus cimientos, donde los cambios pueden producirse, de hecho, evidencia hay de que esto ya está sucediendo. ¿Miopía de los legisladores y del Secretario de Educación en este asunto? O bien, ¿arrogancia de quien en su momento apoyó con todo al Peñanietismo y hoy día se ha acomodado a la 4ta. Transformación de México? Quién sabe, lo que sí sé es que me queda claro que el normalismo vive, ha vivido y vivirá por sus normalistas, más allá de un gobierno.
Al tiempo.
Referencias.
Carro, A. (7/10/2019). Crónica de una muerte anunciada: la estrategia para las normales. Profelandia.com. Recuperado de: https://profelandia.com/cronica-de-una-muerte-anunciada-la-estrategia-para-las-normales/