Empoderar escuelas: La propuesta de AMLO.

La victoria de Andrés Manuel López Obrador en las urnas es indiscutible, como lo es la realidad excluyente del sistema educativo mexicano. Aún estamos ...
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La victoria de Andrés Manuel López Obrador en las urnas es indiscutible, como lo es la realidad excluyente del sistema educativo mexicano. Aún estamos lejos de que todas las niñas, niños y jóvenes estén, aprendan y participen en la escuela, lo que no es menor si consideramos que la escuela es la única oportunidad para millones de ellos.

La educación es un asunto de justicia e inclusión, no laboral o de competitividad económica. La transformación del sistema educativo es posible si se generan políticas públicas orientadas para hacer de la escuela un motor de transformación social. De ahí que, en febrero se presentara el estudio La Escuela que queremos, en el que Mexicanos Primero hace un corte de caja sobre 17 políticas públicas destinadas a profundizar la transformación educativa en marcha en México. Con base en este marco, convocamos a los entonces candidatos a presentar y reforzar sus proyectos educativos.

A lo largo de la campaña, todos reforzaron su propuesta inicial contrastándola con el marco conceptual referido y con disposición al diálogo social. Gracias a la plataforma digital #EducaATuCandidato, fue posible conocer con mayor detalle el rol social que cada candidato le otorgaba a la educación para recuperar a la escuela como nuestra mayor aspiración.

El ejercicio obligó a la precisión, pues no es lo mismo asegurar que la escuela te interesa, a presentar una idea que muestre los cómo´ s para llevarla a cabo. Ahora sabemos que el presidente electo quiere una Escuela Participativa pero tiene un problema, no cuenta con políticas públicas para empoderarla. ¿Es factible imaginar una sin la otra?, más bien es a contra sentido.

En su proyecto educativo, Andrés Manuel incluye temas torales para el desarrollo de una comunidad de aprendizaje, como la formación de las y los maestros y el desarrollo del liderazgo escolar, así como elementos fundamentales para una educación incluyente como un enfoque intercultural y flexibilidad en el gasto que permitiría a las escuelas desarrollar e implementar proyectos acordes a sus contextos.

Sin embargo, desde el momento en que piensa cancelar el proceso de transformación educativa, no puede asegurar que cada escuela cuente con maestros con el perfil adecuado para su comunidad; está imposibilitado a reforzar el liderazgo efectivo en las escuelas, lo que le dificulta impulsar el desarrollo y la articulación del proyecto de la comunidad; deja de contar con un sistema formal de acompañamiento y rendición de cuentas desde las escuelas; no tiene cómo retroalimentar a los maestros a falta de un instrumento de mejora generado a partir de la evaluación; y no hay posibilidad de toma adecuada de decisiones desde la escuela, pues no contará con sistemas transparentes de información.

Cancelar NO, mejorar SÍ. Educar a tu candidato no es suficiente, ahora hay que acompañarlo como presidente.

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