Nota del editor: el presente texto fue tomado del perfil público de Facebook del Doctor Alberto Arnaut Salgado y se reproduce aquí por ser de interés público y magisterial.
Gilberto Guevara, miembro de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) publicó hoy un artículo (https://bit.ly/2pBxWWr) en el que pretende defender lo que ahora llama la “infamada” reforma educativa (“educativa” con comillas y sin comillas para que nadie se sienta) ante el candidato presidencial de Morena, quien, según él, “muy probablemente” será elegido presidente de la República, favorecido por el conflicto entre sus dos principales adversarios: los candidatos presidenciales del PRI y del PAN. El autor no lo dice, pero lamenta el conflicto entre el PRI y el PAN y, quizá, hasta sueña con que estos dos partidos superen o pospongan sus diferencias para enfrentar a AMLO, a quien ve como una amenaza para su “infamada” Reforma.
Pero Gilberto no solo pretende incursionar en la contienda presidencial, sino también insiste en estigmatizar al magisterio oaxaqueño y, aún más, pretende intervenir en la vida política interna de la CNTE para amarrar navajas entre sus distintos órganos de representación sindical.
Gilberto insiste en descalificar a todas las corrientes sindicales del magisterio que se han atrevido a plantear la cancelación, la abrogación o la reforma de su “infamada” reforma educativa.
Lo que no ha entendido Gilberto es que, más allá de sus distintas preferencias político-electorales, la gran mayoría de las maestras y maestros mexicanos ya están reclamando o esperando, al menos, una reforma de su reforma educativa.Y me refiero no sólo al magisterio agrupado en la CNTE y otras expresiones del magisterio disidente de izquierda, sino también al grueso del magisterio institucional que no milita en ninguna corriente sindical y al magisterio que milita en otras corrientes sindicales, incluida la encabezada por el maestro Juan Diaz (a pesar de que hace unos días ofreció el apoyo del magisterio al candidato presidencial del PRI)
Lo que tampoco ha entendido Gilberto es que su papel, como miembro de la Junta de Gobierno del INEE, no es el de pretender intervenir en la campaña presidencial, sino sólo el ejercicio de las atribuciones legales que tiene como alto funcionario de un órgano constitucionalmente autónomo del Estado mexicano.
Gilberto tampoco ha entendido que, entre sus atribuciones, no está la de juzgar el comportamiento político del magisterio y que, por el contrario, como alto funcionario del Estado, tiene la obligación de escuchar y servir a todo el magisterio mexicano, incluidas las maestras y maestros a los que pretende estigmatizar como “violentos” u “oscurantistas”…
Aún sigo esperando mucho, muchísimo más, y algo muy muy muy distinto de las y los miembros de la Junta de Gobierno del INEE… Aún faltan ocho largos meses para que termine este sexenio, que afortunadamente está llegando a su fin…
PD: Sí, sí, ya sé que, a veces, me pongo muy iluso…