El discurso del Secretario de Educación Pública expresado en la apertura de la segunda sesión ordinaria del Consejo Técnico Escolar fue populismo puro. Quería quedar bien con los maestros y lo logró. Sus palabras despertaron mi interés por ir más allá de lo que dijo textualmente. A lo largo del mensaje surgía un cuestionamiento para cada punto que trataba. Extraigo, para empezar, el propósito de darles las gracias a las maestras y los maestros por la labor realizada en la educación de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes durante la pandemia, lo escribo así para estar a tono con la narrativa oficial, a propósito del próximo receso escolar por las fiestas navideñas. Y que mejor ocasión para pintarles una sonrisa con la promesa de algún estímulo. Pero las circunstancias críticas que prevalecen orillan a la suspicacia, entender el trasfondo. Les comparto lo que encontré.
Agradeció el esfuerzo de los profesores. Por ellos el aprendizaje ha sucedido, no se ha detenido. También recordó el resultado de la encuesta realizada en el dos mil dieciocho. En ella, la enseñanza se encontraba en el último lugar de la lista de diez oficios y hoy, citó, está en el primer lugar. Hubiera sido significativo que refiriera la fuente para saber el diseño técnico, la metodología y los datos arrojados in extenso a fin de tener la posibilidad de realizar otros análisis.
Habló de la revalorización de los docentes. Externó su gusto por hacérselo saber a la sociedad mexicana la cual los ha reconocido como agentes de cambio por el compromiso con sus alumnos así como han sido motivo de orgullo por su actitud. El país está viviendo un reencuentro con el magisterio, discurrió, y la autoridad educativa dejo de hostigarlo. Por ello, previa autorización del titular del ejecutivo, adelantó que se les premiará en enero del próximo año sin abundar en detalles. Hubiera sido revelador haber brindado más información al respecto y explicado en que consistiría tal distinción: material, material, económico o moral.
Sobre el tema de la revalorización docente trajo a colación el informe presidencial y consideró medular los cambios educativos para la 4T. Dio algunos datos: los once millones de beneficiados con becas, las universidades para el Bienestar y la mejora de las condiciones laborales como por ejemplo las cientos de miles de basificaciones otorgadas y la reinstalación de los despedidos por oponerse a la reforma educativa del 2013. Resaltó que hay una correspondencia porque no han habido paros ni huelgas. Le faltó apuntar el papel que jugó la organización gremial y los mecanismos implementados para evitar el tráfico de influencias en el otorgamiento de dichas prestaciones (amiguismo, compadrazgo, nepotismo) para que se hubiera hecho conforme a derecho sin dejar de lado a los opositores del sindicalismo oficial. Es de todos conocida la lucha fratricida por el control del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Asimismo, mencionó que los enseñantes han sabido aprovechar las herramientas que le han acercado pero hubiera dicho los apoyos negados. Verbi gratia, computadoras y al menos el pago de internet para contar con más elementos y afrontar el programa Aprende en Casa 3 de la mejor manera.
Destacó que en los próximo meses miles de comunidades contarán con internet gratuito y en el 2022 se ampliará a todo el territorio nacional. Hubiera explicado que pasó con el proyecto de la administración anterior conocido como México Conectado que logró, según los dichos de los funcionarios, la misma cobertura. Si tanto se ha insistido en erradicar la corrupción no entiendo porque se ha tenido que empezar de nuevo en esa materia.
Ponderó las prioridades educativas: equidad y excelencia y los nuevos contenidos curriculares como, por ejemplo, vida saludable para sumar el tema de la nutrición la higiene y el ejercicio para el regreso seguro. Les pidió que no se angustiaran por cumplir cabalmente con las recomendaciones didácticas. Que su trabajo lo hagan a partir del aprendizaje esperado. Hubiera adelantado los avances del modelo educativo comprometido.
Anticipó la implementación de los Centros de Aprendizaje Comunitarios en las escuelas en aquellos entidades federativas que estén clasificados en amarillo en la semaforización. Servirán para brindar asesoría a los estudiantes de educación básica en la forma que sea prudente y de acuerdo con las particularidades contextuales, aclaró. Aunque enfatizó que sería de manera voluntaria hubiera dado a conocer la propuesta para tranquilizar los ánimos generados. Sobre todo para evitar que las autoridades educativas locales, y escolares a petición de aquéllas, veladamente, exijan la asistencia obligatoria so pena de sancionarlos.
Aludió de igual manera al Consejo Nacional de Autoridades Educativa (CONAEDU). En educación estamos unidos. Hubiera fijado su posición con respecto al rechazo del mandatario de Campeche de regresar a clases pese a semáforo verde o la intención del gobernador jalisciense de reanudar las actividades escolares en el mes de enero.
Justipreció las certezas que en México le brinda a sus jóvenes en materia educativa en contraposición con otros países que abren y cierran las escuelas lo cual genera inestabilidad. Sobre ello, aseguró que la mitad de la población no quiere regresar a clases y la otra mitad, sí. Hubiera expuesto el sustento de esta afirmación.
Para concluir, habló de cuatro prioridades. La primera, las maestras y los maestros. ¿Y las otras tres? Las hubiera explicado.
En síntesis, el discurso del Secretario fue insustancial, simple retórica para ganarse el aplauso fácil o darle la vuelta a las críticas. Populista. También ha generado reacciones encontradas, fue controversial. Quizá haya logrado su objetivo de congraciarse con el magisterio y tenerlo de su lado. Probablemente haya sido sincero. Estoy a favor de las expresiones de gratitud hacia los profesores así como estimular el cumplimiento de su misión. Hechos son amores y no sólo palabras huecas.
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