De norte a sur, de este a oeste y de principio a fin, la prueba ENLACE fue un verdadero desastre.
Aún en su ocaso, nadie quiere cargar con su historia.
Basta ver como tensan la liga la SEP y el INEE que, sin vacilar, se tiran la bola de su cancelación.
El Instituto en voz de Eduardo Backhoff, miembro de la Junta de Gobierno, señaló que, “el INEE no hace ENLACE ni lo hará, pues no compete al Instituto la elaboración de pruebas estudiante por estudiante”.
Dijo que “al Instituto le compete elaborar lineamientos de evaluación del sistema educativo en su conjunto, y para ello se requieren evaluaciones controladas y muestrales”. (i)
Por su parte el Secretario de Educación Emilio Chuayffet, anunció desde el mes de junio la desaparición de la prueba. Y ante la campaña de las organizaciones civiles que exigen ENLACE en 2014, el funcionario señaló desde Mérida, Yucatán, que la dependencia que encabeza “…legalmente ya no hace pruebas evaluatorias” y no vaciló en señalar que esa facultad le corresponde al INEE.
Y es que según las organizaciones civiles que protestan aseguran que no hay razones válidas para cancelar la evaluación mientras no haya otro instrumento que le sustituya.
Aseguran que con su desaparición, los ciudadanos perderán un referente de los resultados de sus hijos, los maestros ya no podrán usar ENLACE para planear su trabajo, los investigadores pierden una valiosa serie histórica de información y que los mexicanos perderán un parámetro para conocer el impacto de sus impuestos y exigir mejores políticas educativas.
Desde mi punto de vista, la desaparición de ENLACE es lo único bueno de su cuestionada historia. Fue un instrumento plagado de inconsistencias y perversidad que no tenía razón de ser en un País donde predomina el analfabetismo funcional.
Inconsistencias porque es un disparate siquiera suponer que la mayoría de los padres de familia utilizaban los resultados de la prueba ENLACE para que se formaran juicio de valor respecto al aprendizaje de sus hijos. En ese sentido, la campaña #SiENLACE2014 de las organizaciones civiles está lejos de convertirse en un clamor popular o bandera de lucha del pueblo agredido por la “infame” política pública.
Y perversidad porque sus cuestionables resultados jamás debieron tomarse como referencia para catalogar o estimular a los maestros. Éstos nunca debieron ser señalados como fracasados, ni tampoco premiados con recursos económicos o ascender de nivel en carrera magisterial.
Por eso, la cancelación de ENLACE es una decisión atinada, incluso porque favorece la rendición de cuentas ya que desde su indefendible posición, la prueba no tenía los méritos suficientes para seguir dilapidando recursos.
¡Incomparable entonces su cancelación con un apagón en el sistema educativo!
Sin embargo, el reto es mayúsculo si se toman como referencia los pronunciados errores en base a la experiencia con la prueba. Inadmisible repetir la historia pues no hay lugar a los equívocos.
Aunque vale admitir que, lamentablemente la misma historia nos narra que, en materia educativa, no se aprenden las lecciones.
¡Ojalá y nos sorprendan!
(i) Enlace en el aire.- Educación Futura.