Cambio de fondo.

Sí, es cierto, la única forma de saber si un maestro es apto para enseñar es bajo las siguientes premisas, que deben ser fundamento de su formación a ...
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Sí, es cierto, la única forma de saber si un maestro es apto para enseñar es bajo las siguientes premisas, que deben ser fundamento de su formación a través de los 7 años de preparación  que se requieren, según el sistema educativo nacional: los 3 de un bachillerato pedagógico y 4 de la normal básica.  Tales premisas son:

  1. Formación solida en didáctica.
  2. Suficiente información psicopedagógica.
  3. Amplia capacitación en teoría psicológica del aprendizaje, y…lo más importante:
  4. La practica educativa durante la formación del futuro docente. (Léase como observación del desempeño docente en el aula).

Pero como remediar esto si en las miles de “instituciones formadoras de docentes” en el país imparten educación a futuros docentes con personal ajeno a esta profesión, con bachilleratos muy disímbolos  en relación a la educación, en cuatrimestres incompletos y lo peor sin practica ni observación docente.

Este sí es en realidad el verdadero meollo de la reforma educativa. Sí, es cierto. Debe cambiar la forma de evaluar a un maestro. El examen tal y como está diseñado no es lo mejor pero, por favor, en aras de cambiar esto no nos acomodemos para volver al estado de cosas que existían y del que tanto nos quejábamos:

  • Maestros que no eran maestros.
  • Maestros en puestos directivos por amiguismo, por compadrazgo, por grilleros.
  • Herencia de plazas a hijos que no les gusta enseñar.
  • Maestros faltistas, etc.

Y todo ¿por qué?, por un sindicalismo mal entendido. Recuerdo mucho aquella frase dicha por muchos líderes charros: “el sindicato está para defender al trabajador sin importar cual sea su problema” (si no le hace que haya faltado, que haya abusado, que haya malversado fondos, que no enseñe).

Para que la reforma funcione solo basta con que se reforme a fondo el insumo del sistema educativo nacional: las normales básicas y sobre todo la verdadera práctica y observación docente en el futuro educador.

Sí, sí puede cambiar la educación. A partir de una estricta observación del desempeño en el aula en la formación del maestro antes de salir de la normal básica.

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