La Secretaría de Educación Pública pretende continuar con las cuotas voluntarias.
Según Manuel Gil Antón, Profesor del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México en un artículo publicado para el Universal, la iniciativa de reforma a la ley general de educación añade dos párrafos al artículo 6° y que ahora dice: “La educación que el Estado imparta será gratuita. Las donaciones destinas a dicha educación en ningún caso se entenderán como contraprestaciones del servicio educativo”.
Gil Antón asegura que ese es el hueco para las (mal) llamadas cuotas voluntarias.
Y señaló que “La gratuidad, además de no ser una dádiva, es un término absoluto: no admite grados. Si se aporta un peso, condicionado o no, deviene en barata. El bajo costo, así sea voluntario, quiebra la gratuidad y rompe el compromiso de igualdad en la experiencia educativa”.
Además, dicha maniobra en la ley general resta responsabilidad del Estado que debe hacerse cargo de los costos del derecho a la educación de calidad, con infraestructura adecuada para todos.
