La crisis de la emergencia sanitaria por covid-19, pone en tensión a la educación. La Secretaria de Educación Pública puso en marcha a partir del 20 de abril el programa Aprende en casa, que será transmitido por el canal 11.2 de televisión abierta, con la finalidad de darle continuidad a los aprendizajes de los alumnos y alumnas. Cabe mencionar que 21.5 millones de niños no podrán tener acceso a la programación que transmita el canal, pues no cuentan con las condiciones de equipo tecnológico. Cuestión que seguramente hará más amplia la brecha de la desigualdad educativa. Los aprendizajes de los más desfavorecidos se verán afectados de manera considerable. Pero la puesta en marcha del programa Aprende en Casa, no solo visibiliza esta desigualdad, también advierte ciertos límites, carencias y retos que en términos pedagógicos implicaría el uso de esta herramienta. Las condiciones en las que se realiza la transmisión parecen advertir que lo burocrático y la simulación están por encima de lo pedagógico, hay un interés importante en la “transmisión” del conocimiento y no en la construcción del sentido del conocimiento.
Lo que se transmite en la televisión abierta, permite asociarlo con un texto interesante de Michael Saint-Onge que publica en 1997 y que se titula yo explico pero ellos… ¿aprenden? Un texto que reflexiona sobre la importancia del docente y su quehacer. Saint-Onge reflexiona sobre algunos principios que son necesarios para mejorar la práctica docente al momento de enseñar. Es claro, que el programa Aprende en Casa, no hace alusión a un docente en particular, pero es una herramienta que necesita llevarse a la reflexión, pues es el recurso que la autoridad educativa propone como alternativa de aprendizaje y con la que la mayoría de los niños y niñas, de todo el país, se ponen en contacto y tienen como referencia. En ese tenor, es pertinente formular el cuestionamiento que se hace Saint-Onge, pero contextualizado a estos tiempos: El programa Aprende en casa explica, pero ellos… ¿aprenden? A continuación señalaremos algunos principios que retoma Saint- Onge y los pondremos a discusión:
1) El contenido que explico es muy interesante y ello solo puede atraer la atención de los alumnos. Parece que el programa de Aprende en Casa pone énfasis en el contenido que transmite, pero poco se ocupa de la estrategia educativa que implementa. Sería importante saber cómo se discutió la pertinencia de la técnica a utilizar para incitar hacia el interés y la motivación de todos y todas las alumnas. Parece que una mirada tan general no puede llegar a ser tan compleja para poder captar la atención y motivar a millones de alumnos y alumnas. Tendría que tener como principio la diversificación de técnicas de enseñanza para la incitación a la curiosidad de los niños y niñas. La curiosidad y el interés son elementos claves para la construcción del aprendizaje del niño. En este sentido sería importante que las autoridades educativas reflexionaran más sobre las estrategias de transmisión para enseñar, antes que obsesionarse por el cumplimiento de los contenidos de los programas de estudio de la nación.
2) Transmisión de contenidos vs creación de sentido. Parece que el espacio del programa propuesto por la SEP se limita a emitir información con la finalidad de que los alumnos y alumnas la puedan almacenar en su memoria, como si únicamente fuese importante llevar a cabo un registro de lo que mira y escucha de algo. Se soslaya la creatividad de cada uno de los alumnos y alumnas en el proceso de creación del conocimiento. Para permitir la creación del aprendizaje se necesita relacionar la información, propiciar que la información genere conflicto y cuestionamiento, diferenciarla y compararla con otro tipo de información, lo cual no se puede producir ni espontáneamente, quizá ni tan rápido; pero si se puede ser más intencional, cuestión que parece un poco lejana en la propuesta del programa. Es decir, en este tipo de situaciones, si de verdad se pretende ser intencional y creador, es necesario facilitar los medios que posibiliten el alcance que se desea, con la finalidad de darle un camino distinto al aprendizaje de los alumnos y alumnas. Para que en el proceso de aprendizaje se adquiera sentido de lo que se hace y se construye, se necesita organizar la información con cierta sistematicidad de tal forma que los alumnos puedan ser sensibles a captar las ideas esenciales entre otras cuestiones, no dedicarse a copiar o a registrar una serie de preguntas o notas como máquina registradora. Quizá sin mucho sentido.
3) Los alumnos aprenden con solo escuchar y mirar. Sin duda, escuchar y mirar de manera atenta, son buenos recursos para aprender, pero no los únicos. El proceso de aprendizaje es más complejo. Dialogar con sus pares, debatir con los otros, manipular objetos diversos, cuestionar y aprender de los otros son recursos importantes que los seres humanos llevamos a cabo a partir del proceso de socialización para aprender. Los alumnos y alumnas se ponen en contacto con el conocimiento a partir de la interacción con los otros, a partir de utilizar su lenguaje que lo crea y lo re-crea con los otros a partir de una diversidad de recursos. Parece que es una limitación del programa que proponen las autoridades educativas, pues se nota complejo que puedan dar retroalimentaciones de este tipo, además que sería difícil ser sensible a poder percibirlas de manera clara en cada uno de los niños y niñas.
4) Los alumnos tienen conocimientos previos. La presentación de los contenidos que se transmiten en televisión para las niñas y niños, pareciese, que parten del supuesto que hay una serie de aprendizajes previos que los alumnos y alumnas ya tienen como garantía. Quizá, un mal diagnóstico de las autoridades educativas. En un contexto como el de México, tan diferenciado y desigual, partir de ese supuesto, es un poco arriesgado. Pareciese que esa mirada nublada de la educación, permite pensar una propuesta que es poco pertinente para toda la población, una iniciativa que parece vislumbrar la atención que la autoridad educativa, en términos políticos, le asigna a la educación, en menoscabo de lo pedagógico. Sería importante conocer cómo interactúan cada uno de los alumnos y alumnas con la información que se les transmite. ¿La entenderán y la podrán articular con la información anterior? No lo sabemos con claridad, pero intuimos que es importante cuestionarlo pues quizá muchos no lo logran. Es el principio de partida para el que se acerca al conocimiento, nada menos. Sin embargo, pensar que los conocimientos previos de todos y todas pueden ser el mismo punto de referencia, es arriesgado.
5) Los alumnos son capaces de dirigir su proceso de comprensión. Es importante señalar que los alumnos y las alumnas son los principales actores de su proceso de aprendizaje, sin embargo, los otros son relevantes en esa construcción, pues muchas veces, son los que orientan y redirigen el aprendizaje cuando no se está comprendiendo de manera clara. En muchas de las ocasiones, el maestro funge como esta figura. El docente, por medio de los cuestionamientos, ejercicios y discusiones permite que los alumnos y alumnas reformulen lo que ellos estaban entendiendo. Esto es un proceso muy importante, pues es lo que permite identificar al docente de lo que un alumno o una alumna realmente aprendió, así como conocer cuáles los principales obstáculos que se desarrollan en las explicaciones que no permiten desarrollar una comprensión más clara de lo que se estudia. Es fundamental señalar, que bajo las condiciones en las que se desarrolla el contenido, es probable que hayas muchos alumnos y alumnas que no puedan comprender con claridad lo que perciben en la transmisión de contenidos, pero lo peor, es quizá, que no tengan a la mano un mediador que pueda reconstruir esa errónea construcción que se haya creado el alumno o alumna.
En suma la propuesta del programa Aprende en Casa que impulsa la SEP, en un primer momento, puede ser una iniciativa importante para darle continuidad al aprendizaje de los alumnos y alumnos. Sin embargo, pensar que puede ser una propuesta bien diseñada, sistematizada y que recupera distintos elementos pedagógicos para las necesidades de una sociedad diferenciada y desigual, como lo es México, será una ilusión. Pensar y desarrollar una educación formal bajo criterios y condiciones más o menos sistemáticas, no es lo mismo que diseñar e implementar una enseñanza informal masiva. Las condiciones son divergentes, las formas de desarrollo no pueden ser iguales. El programa tiene sus límites, también una posibilidad: la revalorización docente.