La integrante de la junta directiva de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), Etelvina Sandoval Flores, destacó que en el contexto de la postpandemia es necesario formar docentes para el cambio social y educativo, y que para ello es importante promover una formación pertinente, responsable y comprometida con las infancias, las juventudes y la escuela pública.
En su conferencia magistral “Continuidades y permanencias en la formación docente” —dictada en el 50 Aniversario del Centro Regional de Educación Normal de Aguascalientes (CRENA) — la funcionaria señaló sobre la importancia de reivindicar el papel del magisterio y de las instituciones formadoras, con el objetivo de fortalecer la formación y la identidad profesional de las y los profesores.
Dijo que, si bien la educación del país atraviesa por un cambio curricular que coloca en el centro el derecho humano a la educación, la autonomía profesional del magisterio y el aprendizaje comunitario, resulta oportuno plantear una formación inicial y continua de largo alcance que trascienda cualquier proyecto curricular.
En presencia de la directora del CRENA —Angélica Núñez Bernal— del director de educación superior del estado —Francisco Rangel Cazares— del director de las instituciones formadoras de docentes en el estado —Mario Gutiérrez Téllez— de la comunidad escolar y profesores de ese instituto, Sandoval Flores resaltó entre los desafíos de la formación docente:
-Contribuir a la dignificación de la educación pública.
-Promover la formación integral de niñas, niños y adolescentes.
-Construir desde otras perspectivas el saber y los conocimientos escolares.
-Avanzar en nuevas formas de evaluación de los aprendizajes.
Así también consideró necesario avanzar hacia una formación docente que problematice los saberes y conocimientos que transmite; fortalezca el vínculo afectivo y cognitivo con los estudiantes; cuestione la profesión y el contexto desde una perspectiva crítica; e impulse otras formas de enseñar y hacer escuela considerando la complejidad social en diálogo con los saberes transdisciplinares.
Aunado a ello, suscitar el uso pedagógico de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), de las teorías pedagógicas contemporáneas y del enfoque de derechos humanos, de modo que contribuya a hacer de la escuela un lugar de aprendizaje que combate prejuicios y sirva de puente para la integración de saberes escolares y comunitarios.
Por último subrayó que para transitar a esta formación docente se requiere de procesos de participación colectivos y democráticos, así como de mecanismos y condiciones institucionales.
