La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU) expresó en el documento “Evaluación diagnóstica del aprendizaje de las y los alumnos de educación básica 2022-2023. Informe de resultados”, que es necesario monitorear los aprendizajes de las y los estudiantes en el área de matemáticas, pues considera que esta asignatura es indispensable para comprender la ciencia y las demás áreas del currículo, ya que fortalece los procesos mentales del alumnado y los ayuda en la solución de problemas.
No obstante, esta idea es contraria con la perspectiva de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) que busca superar la fragmentación del conocimiento (en asignaturas) por medio de un modelo de educación interdisciplinaria (a través de Campos Formativos) y, asimismo, pretende vencer la postura de que existen conocimientos de primer y segundo orden -como ocurre con MEJOREDU que prioriza aprendizajes y los clasifica por unidades de análisis e incluso los llama aprendizajes “fundamentales”, “relevantes” o “esenciales”, los cuales considera que son “base” para adquirir aprendizajes posteriores-.
La NEM no da prioridad al estudio de ciertas asignaturas por considerarlas prominentes para la formación de las y los estudiantes -como acontecía en los modelos educativos anteriores, donde las matemáticas fungían como área fundamental y se anteponía a otras asignaturas-, por el contrario, reconoce la importancia de todas las disciplinas en la educación de niñas y niños. La supremacía de las matemáticas, por encima de otras materias, prevaleció desde la reforma de 1992 hasta hace poco; sin embargo, pese a la nueva propuesta de la NEM, MEJOREDU aún concibe el razonamiento matemático como saber principal y hace a un lado aquellas áreas de conocimiento relacionadas con las humanidades.
Así, MEJOREDU alimenta y da continuidad a la hegemonía epistémica de los saberes universales, aprendizajes fundamentales, imprescindibles o prioritarios en la formación del estudiantado; se muestra a favor de situar aprendizajes particulares por encima de otros que, con frecuencia, permanecen silenciados o pasan a segundo plano en el acto de la enseñanza. Estas expresiones, opuestas a la NEM, obedecen a que MEJOREDU tomó como referente de sus evaluaciones los “Aprendizajes esperados” del Plan y los programas de estudio de 2011 y 2017 (documentos que perdieron vigencia en el modelo educativo actual) que validaban el dominio de contenidos, desarrollo de habilidades y adquisición de competencias para lograr éxito individual –según el discurso de la pedagogía posmoderna-.
Lamentablemente y sin prestar a tención a la propuesta epistemológica de la NEM, algunas Autoridades Educativas Locales solicitan a maestras y maestros que tomen en cuenta las evaluaciones y los resultados de MEJOREDU para la construcción de diagnósticos de sus estudiantes, pues, de acuerdo con esa perspectiva, existen aprendizajes que requieren ser reforzados en áreas como matemáticas y español, sin considerar que otras disciplinas o problemáticas requieren ser atendidas. Con ello, se privilegia el dominio de contenidos -como ocurría en el Modelo educativo de 2017 cuyos principios pedagógicos se sustentaron en el constructivismo y el enfoque por competencias, ambos elementos de la pedagogía neoliberal-.