Un aproximado de 9 meses estará el Doctor José Ángel Córdova Villalobos dirigiendo la SEP.
No creo haga mucho al frente de tan importante sector. Más bien, cumplirá con el tramite de cubrir el espacio que dejara la renuncia del gris Alonso Lujambio.
El Doctor Córdova Villalobos me parece un hombre institucional, obediente y leal con el Presidente Felipe Calderón. Sea quizá su mérito primario.
Asume la Secretaría de Educación Pública con calentura política que se agudiza cada fin de sexenio. ¿Será algo similar a la lucha frontal contra la influenza? Ya lo sabrá.
Lo que si se sabe es que no será fácil encarar las exigencias sociales de mejorar la calidad educativa y más, el encono político que representa negociar con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y el poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Ambas organizaciones se han ganado venerable tratamiento con pinzas.
¿Tiene capacidad el Doctor?, las propias de acuerdo a su individualidad, enfrentó hasta donde pudo la crisis sanitaria por la influenza en el País. Ha demostrado sus conocimientos en materia de salud, pero hasta ahí. Su fortaleza es la medicina, aunque se vanaglorie y diga que ha estado relacionado con la docencia por mucho tiempo.
Los razonamientos de los expertos en materia educativa apuntan a la improvisación del presidente Calderón –algo que se esperaba- pero no que fuera tan pronunciado.
Tampoco se esperaba el nombramiento de un probado académico de renombre, porque hubiera sido un desperdicio bastante ingrato que estuviera al frente de la SEP por tan poco tiempo.
Igual un nombramiento de ese calibre significaría ir contra la norma del compadrazgo habitual de la política mexicana.
Es que al parecer Felipe Calderón sabe que ya no hay más que hacer en materia educativa, por lo que se ha evitado jaquecas “inmerecidas” y nombra a quien considera le atienda el changarro sin tantas complicaciones de aquí al término de su gobierno.
¿Qué nos depara el destino estos nueve meses en materia educativa?, ajustarnos a la agenda del improvisado y buen amigo (de sus allegados) Presidente de la República.
Ah!, y esperar nuevas venturas después de las elecciones a realizarse en éste maltratado País.
¡Queda en nuestras manos!