Las normales en la encrucijada

Un dato memorable —y preocupante— fue que, de 130 mil 512 sustentantes de la evaluación para ingreso a la docencia en educación básica de 2014, sólo ...
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Un dato memorable —y preocupante— fue que, de 130 mil 512 sustentantes de la evaluación para ingreso a la docencia en educación básica de 2014, sólo 39.5 por ciento resultaron idóneos. Dato significativo que mucho dice de los problemas que enfrenta la formación inicial de los maestros.

Existe un conjunto heterogéneo de instituciones que se ocupan de la formación inicial de los docentes, pero las principales siguen siendo las escuelas normales. Hay 449 escuelas normales de las cuales 188 son privadas. Su matrícula en 2015 era de 121 mil estudiantes.

¿Qué pasa con las escuelas normales? El sistema educativo ha entrado en un ciclo dinámico de cambios profundos, pero estas escuelas no parecen acompañar esta transformación. No obstante, hay un clamor social a favor de su renovación.

Justos por pecadores: el comportamiento político de un pequeño grupo de escuelas normales —las rurales, notoriamente—ha acarreado desprestigio sobre el conjunto de estas instituciones. Pero sería un error pretender justificar el problema culpabilizando a las normales rurales.

Ha habido, igualmente, debilidades en la política de formación inicial de la federación y los estados. Haciendo eco de estas fallas, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación emitió en 2015 un conjunto de directrices orientadas a la reforma de la formación inicial.

Estas directrices son:  1) Fortalecer la organización académica de las escuelas normales; 2) Desarrollar un marco común de educación superior para la formación inicial de docentes; 3) Crear un sistema nacional de información y prospectiva docente y 4) Organizar un sistema de evaluación de la oferta de formación inicial de docentes.

Estas directrices se sustentan en numerosas evaluaciones, investigaciones y consultas a los actores implicados. Estos estudios dicen que, en su conjunto, las normales tienen un desempeño mediano: las hay muy buenas, otras buenas y otras, definitivamente, malas. Los problemas que padecen muchas de ellas son múltiples: maestros con desempeño insuficiente, directivos sin perfil adecuado, debilidad en sistemas de tutoría, desajuste entre la formación y las escuelas de educación básica, planes de estudio desactualizados y con desequilibrios entre componentes teóricos y prácticos, etc.

Las autoridades locales han dado una respuesta entusiasta a las directrices del INEE, pero no ocurre lo mismo con las autoridades federales que no han mostrado la misma sensibilidad. La puesta en marcha del Plan Integral para el Diagnóstico, Rediseño y Fortalecimiento de las Escuelas Normales —establecido en el artículo 22 transitorio de la Ley General del Servicio Profesional Docente—sigue siendo agenda pendiente.

¿Cómo explicar esa desatención? Es inexplicable, porque el fondo mismo de las rémoras de la profesionalización docente se encuentra en esas instituciones y, en realidad, cualquier mejora en la calidad educativa debe necesariamente gestarse con la mejora de las escuelas normales (29-03-17).

Fue publicado en Campus Milenio

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