La Educación Inicial Rural en Tlaxcala ¿Un nuevo comienzo?

A lo largo de los años, escuché a docentes de preescolar (de SEP y de CONAFE) reconocer que las habilidades de los niños y las niñas venidos de ...
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Cuando fui docente rural del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) entre 1996-1999, viajando en algún punto del Estado hacia Tlaxcala, después de haber visitado en una comunidad rural, observé un anuncio, desde la carretera, que decía “CONAFE Educación Inicial” ¡Vaya fue mi sorpresa! No conocía ese programa. Sabía que operaban los siguientes programas y modalidades: Preescolar Comunitario, Primaria Comunitaria Rural, Atención a poblaciones indígenas y migrantes, entre otros, pero NO la llamada Educación Inicial. Llegué ese día a la Delegación del Consejo pero nadie supo darme razón de eso. Con el tiempo lo olvidé.

En 2009 me invitaron a trabajar en la Delegación del CONAFE en Tlaxcala, lo cual para mí fue algo maravilloso, integrarme en la institución en la cual crecí y amé. ¡Cuál fue mi sorpresa! Entre mis actividades, estaba el dar seguimiento al programa de Educación Inicial. Confieso que no tenía mayor idea, pero si algo me enseñó Olivia Edith Quintanar López –delegada del CONAFE en ese tiempo- era leer las Reglas de Operación y documentos inherentes al programa, y de esto surgió lo siguiente:

a) Mi primera tarea fue revisar la normatividad y apenas si esbocé una idea: Ahí conocí que la Promotora Educativa era una persona capacitada para atender a niños y niñas menores a la edad de Preescolar, a madres embarazadas, cuidadores y varones en la crianza. La labor de la Promotora era incansable pero agriamente remunerada, no obstante muchas de ellas lo hacían con tanto amor que de verdad se ganaban a pulso el ser nombradas MAESTRAS, así como suena, maestras (o maestros, pues eran pocos, pero había hombres también), y aunque varias no tenían mayores estudios que la secundaria, eran –gracias a la práctica y a su dedicación- muy buenas orientando a los padres y a las madres de familia y sus hijos e hijas. Arriba de las Promotoras Educativas estaban las Supervisoras de Módulo, quienes daban orientaciones pedagógicas y en el siguiente nivel estaban las Coordinadoras de Zona, quienes veían además de lo pedagógico, lo operativo. Años después aparecerían las Coordinadoras Académicas de Educación Inicial, personas de amplia experiencia que fortalecieron al programa y sus figuras educativas no solo en lo educativo, sino en la operación, logística y planeación del programa.

b) La segunda tarea que hice, fue visitar los grupos de formación de Educación Inicial en el Estado, unos subvencionados por el Gobierno del Estado de Tlaxcala y otros por el CONAFE. He de confesar que me abrieron generosamente las puertas y aprendí más sobre el programa.

c) Por último, me fui a visitar las sesiones de Educación Inicial, lo cual fue fantástico, era increíble ver a niños y niñas muy pequeños interactuando con sus madres, u observar a los escasos varones yendo a las sesiones; y me conmovieron hasta las lágrimas ver las sesiones de embarazadas y de recién nacidos.

La Educación Inicial del CONAFE, desde la última década del siglo XX comenzó a operar en el Estado y por 30 años transformó vidas en las comunidades rurales y suburbanas de Tlaxcala. Sería una larguísima historia, pero no por eso tediosa, narrarla. En casi 12 años de trabajo en el Consejo, mi colección de fotografías creció enormemente, testimoniando el gran trabajo de aquellos seres humanos que, pese a ganar poco, dieron el corazón y eso es invaluable. También es válido mencionar que hubo elementos que trabajaron muy mal en el programa, pero ni modo, “de todo hay en la viña del Señor”.

Esta es mi muy sencilla forma de hacer homenaje a aquellos hombres y sobre todo mujeres, que participaron en el programa de Educación Inicial y que han marcado la historia de cientos de familias tlaxcaltecas a lo largo de los años, porque esta encomiable labor hizo reflexionar a diversos padres, madres de familia o cuidadores, sobre cómo criar a la primera infancia, con una educación basada en la comunicación, la información y el amor, dejando una huella imborrable en la niñez. Estas acciones revolucionarias –en el más amplio término- ayudaron a transformar la realidad de la sociedad tlaxcalteca. A lo largo de los años, escuché a docentes de preescolar (de SEP y de CONAFE) reconocer que las habilidades de los niños y las niñas venidos de Educación Inicial eran sorprendentes y muy apreciadas; y los testimonios de los progenitores expresando cómo cambiaron sus prácticas de crianza simplemente eran maravillosos. Eso es impactar.

Pero, la riqueza de aprendizajes y de experiencia, contrastaba con la pobreza en los pagos de estas figuras y a veces con los materiales que eran insuficientes. A esto se sumó el paulatino adelgazamiento de la plantilla. De tener más de trescientas promotoras, operando en el Estado de Tlaxcala en 2012, para 2015 el Gobierno estatal ordenó la cancelación del presupuesto para subvencionar a las que venía apoyando desde años atrás, quedando en marzo de ese año 153 nada más (las que pagaba el Gobierno Federal a través del Consejo). ¡Golpe devastador, pero que aun así se repuso el programa! Y para 2020, el CONAFE, a nivel federal, tenía planeado reestructurar a la cadena operativa de Educación Inicial, o en su defecto, integrar a algunas promotoras como figuras educativas en la nueva Educación Comunitaria del Bienestar. Pero una férrea oposición a nivel nacional se hizo presente y aguantó todavía dos años más, hasta este 2022 que “sí o sí”, debía aplicarse la reestructuración. A través de varios documentos como el intitulado “Directrices para la unificación de las estructuras de Educación Inicial y Básica”, se configuró el concepto de Educador Comunitario o EC (antes Líder para la Educación Comunitaria que incluirá a las Promotoras Educativas), quien atenderá los programas de Educación Básica bajo el modelo Aprendizaje Basado en la Colaboración y el Diálogo (ABCD). Para Educación Inicial, las EC emplearán el procedimiento con padres y madres de familia manejado en los últimos años, pero el ABCD se implantará en las figuras de seguimiento y supervisión.

Se me puede acusar de absurdo nostálgico: “Que quiero que desatinadamente regrese el CONAFE de los años pasados”, “Que me cierro a las nuevas propuestas”, “Que no doy oportunidad a la nueva estructura y al ABCD”. Admito que no he visto operar esta nueva forma, y en educación, nada está escrito en piedra. Particularmente me cuesta concebir dicha operación ¿La nueva propuesta metodológica para Educación Inicial para las figuras de seguimiento será la pertinente? ¿El CONAFE actual hasta qué punto podrá sostener a la cadena operativa de Tlaxcala? Presupuestalmente ¿Por cuánto tiempo? ¿Podrá esta nueva estructura brindar la atención pertinente a padres, madres, cuidadores, niñas y niños que en su momento tuvo la anterior operación de Educación Inicial? Estas preguntas no tienen por el momento, respuestas claras. Sin embargo, el cambio llegó, y un nuevo horizonte se hace presente para aquellas mujeres, con aquellos hombres, que dieron tanto por el programa.

Por lo tanto, a título personal, se cierra un bello capítulo de la historia de la educación tlaxcalteca, que también tuvo sus tropiezos y nubarrones, pero generalmente fue luminoso por las sonrisas de los niños y de las niñas, y cálido por los abrazos de los padres o las madres hacia sus hijos. Mi más sincero reconocimiento a ustedes: promotoras educativas, supervisoras de módulo, coordinadoras de zona, coordinadoras académicas, este año se culminó una brillante etapa. Las familias tlaxcaltecas les estarán por siempre agradecidas.

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