El pasado 19 de noviembre, el Secretario de Educación Púbica, Aurelio Nuño reveló que entre los meses de enero y febrero de 2017, dará a conocer un programa de reconcentración de escuelas como parte de la estrategia de inclusión y equidad.
Se trata sin lugar a dudas de la movilización masiva de alumnos de 100 mil escuelas ubicadas en contextos dispersos, con los peores resultados educativos y la menor inversión, para que sean atendidos en escuelas de organización completa, con educación de calidad y con todos sus profesores.
Dicha medida alude principalmente a las escuelas multigrado, pues son las más desfavorecidas del sistema educativo nacional.
Y aunque pareciera un acto de justicia o buenas intenciones, quedan en suspenso respuestas a preguntas básicas:
¿Estarán de acuerdo los padres de familia de que sus hijos sean movilizados de sus escuelas a recibir una mejor educación en escuelas completas?
¿Sabe el Secretario de Educación lo que significa una escuela para los pobladores de comunidades desfavorecidas y dispersas?
¿Es con la movilizando masiva de alumnos a escuelas completas como se combate la desigualdad educativa?
¿Qué pasará con las instalaciones de las 100 mil escuelas focalizadas por la SEP?
¿Y con los maestros que en ellas trabajaban?
En ese sentido más que un acto de justicia parece una cruzada contra las escuelas multigrado, que si bien padecen inequidades también concentran riqueza pedagógica, cultural e histórica, pero sobre todo, mucho arraigo comunitario.
Habrá que esperar entonces a que llegue enero o febrero 2017 para que el Secretario de Educación despeje las muchas dudas que ya se comentan, y comprobar con base en sus argumentos, que desde la SEP se perfila un proyecto sustentado en la realidad educativa o, una vez más, la imaginación y la ignorancia prevalecerá.
