Es indudable el papel fundamental en una transformación educativa es el trabajo pedagógico, sin embargo, la gestión escolar entendida como apoyo a este trabajo esencial de la Nueva Escuela Mexicana es también importante.
La gestión escolar debe estar sustentada en bases sólidas de administración, no basta con el mero conocimiento empírico para lograr ser un buen gestor.
Esta gestión que sustenta el trabajo organizacional requiere que los directivos (sean jefes de departamento, de sector, supervisores o directores) no sean solo tramitadores del trabajo diario o de los programas institucionales; se necesitan jefes que sean líderes, que tengan visión para proyectar el trabajo de las escuelas, para ello deben estar actualizados, conocer el contexto de los centros de trabajo, conocer las capacidades, logros, trayectorias de personal docente para integrar verdaderos equipos de trabajo colaborativo, saber mediar en los conflictos. No es simplemente dar órdenes y recabar información que implica que el docente deba llenar formatos (lo que sí es una carga administrativa), debe entender que cada docente tiene su propia formación y aprovechar sus fortalezas y oportunidades para mejorar el trabajo, es decir, trabajar con calidad; un aspecto que no debe perder de vista es que tiene que conocer de igual forma los lineamientos que enmarcan su función, un ejemplo es que hacer en caso de estrés laboral que ya está regulado. Debe ser capaz de innovar e implementar proyectos a corto plazo, no conformarse con hacer su plan escolar de mejora continua. No debe ser un directivo extremista, que para no tener problemas deje pasar las cosas y no complicarse la vida, (laissez faire) o ser autocrático que quiera controlar todo porque en ambos casos es contraproducente.
Ni la antigüedad en el servicio, no la novedad en el mismo garantizan calidad, la calidad es hacer bien lo que se tiene que hacer y trabajar con personas no siempre es fácil por diversos factores desde personales hasta laborales.
En concreto se propone:
1.- Cursos a directivos para su actualización en administración pública.
2.- Cursos a directivos sobre formación de equipos de trabajo.
3.- Cursos a directivos sobre manejo de conflictos.
4.- Acompañamiento y seguimiento de mandos superiores y medios en las escuelas sobre los programas institucionales.
En conclusión para lograr que la Nueva Escuela Mexicana aterrice, es fundamental el trabajo del colectivo docente, pero un colectivo que sepa que tiene el respaldo de sus superiores y que éstos deben demostrar que están a la altura de las circunstancias. Para generar cambios no basta con plasmarlo en ideas, hay que atreverse primero a cambiar la forma de trabajo si no está funcionado, en pocas palabras renovarse, adaptarse, actualizarse, la pregunta es ¿Cuántos están dispuestos a hacerlo?
