EN TRES spots, Juan Díaz de la Torre, hombre impuesto por el Gobierno Federal en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, le cuenta al País “la verdad de los maestros que están trabajando en las aulas”, es decir, los bien portados maestros del SNTE.
UN PÉSIMO actor con desnutridos mensajes, Díaz de la Torre está lejano del verdadero liderazgo del sindicato más grande de América Latina y tan cerca de parecer el vocero de Peña Nieto.
CON DISCURSOS increíbles y demagogos, le informa a los maestros que en las leyes secundarias aprobadas por el congreso, el SNTE hizo valer que la “evaluación sea formativa y no sancionadora, contextualizada no uniforme, e integral que incluya financiamiento, infraestructura, equipamiento, programas y materiales de estudio”.
ADEMAS, presume cual victoria propia que, en el debate sobre la Ley de Servicio Profesional Docente, el poderoso SNTE hizo escuchar su voz sin estridencias y si abandonar las aulas para hacer prevalecer los derechos de los maestros.
Y REMATA con el nuevo compromiso de los maestros con sus niños, los jóvenes y los padres de familia en la nueva etapa del sistema educativo.
ESE GRIS Juan Díaz de la Torre no es más que un monigote con liderazgo ratonero.
REPRESENTA la mano que vanamente busca apaciguar las aguas al interior de un gremio cuyo descontento magisterial se agudiza cada vez más frente a las políticas excluyentes del Gobierno Federal.
LA PREGUNTA ES: ¿hasta cuándo podrá seguir con ésta falacia encomendada por Enrique Peña Nieto?
RESPUESTA: hasta que los maestros decidan de una buena vez quitarle la careta.