El siguiente capítulo de la historia de México que está a punto de comenzar en unas horas puede ser intitulado de diversas maneras aunque en cualquier caso tendrá la misma protagonista; hacia ella apuntará el título porque será ella quien dicte el guión.
Podríamos utilizar algo peliculesco, como “En busca del trono robado”; tipo telenovela, como “Elba: el poder”; un juego de palabras con reminiscencias filmográficas y escolares estilo “La lista de Elba Esther” o “Elba Esther la lista”. Y hasta recurrir a la frase hecha que dicen, equivocadamente, que está en el Don Juan, de Zorrilla: “Los muertos que vos matáis, gozan de cabal salud”. Si se le quiere poner un toque de humor, tan mexicano: “Ya llegó la que andaba ausente” (o la “ausenta”, para complacer a los de la lenguaja inclusiva).
Como quiera que sea, el hecho es que en la misma fecha en que se pone en marcha el ciclo escolar 2018-2019, primero y quizá único en que se aplique la Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto, Elba Esther Gordillo Morales levantará la mano y la voz para hacerse presente y recuperar su lugar como protagonista del sector educativo del país.
En redes circula una invitación a periodistas en los siguientes términos: “La maestra Elba Esther Gordillo Morales ofrecerá una declaración a la Opinión Pública el próximo lunes 20 de Agosto a las 11 horas, en el Salón Castillo del Hotel Presidente Intercontinental, en Polanco. Se sugiere a los representantes de los medios de Comunicación para su mejor comodidad y desempeño ocupar su sitio 10 minutos antes”.
Ya están dadas las indicaciones de “¡Luces!”, “¡Cámara!”… sólo falta la tercera. Por lo pronto luces y cámaras comienzan a ser emplazadas hacia el sitio de la cita, de la “¡Acción!”: el Salón Castillo. Sugerente nombre.
De esta declaración a la opinión pública se pueden esperar varias cosas, excepto una: Que Elba Esther anuncie su retiro de la vida pública nacional para dedicarse a cuidar a sus nietos como amorosa abuela. Además de todo, los nietos ya están grandecitos y saben cuidarse solos; de hecho, el que dicen que es su preferido, René Fujiwara, jugó un destacado papel con las Redes Sociales Progresistas, que coadyuvaron en la victoria de Andrés Manuel López Obrador.
Lo que mayormente cabe esperar es que La Maestra anuncie su reivindicación y regreso, dictamen en mano, o al menos las intenciones de retomar la presidencia nacional del SNTE, un cargo que está definido ahora con muchas palabras pero que se resumen en Presidente del sindicato.
El hecho es que el mandato de Elba Esther Gordillo concluye hasta octubre; es decir, tiene un par de meses para recuperar su posición, fortalecerse y dejar al frente a alguien que represente al grupo que ella encabeza y que con ella se la ha jugado. Las iniciales de ese personaje pudieran ser Tomás Vázquez Vigil, quien fue secretario general seccional en Jalisco y luego secretario general nacional de 1998 al 2000.
Gordillo Morales está libre y en posesión de sus derechos. Por tanto, nada impide, desde el punto de vista legal o jurídico, que se reintegre como Presidente nacional del sindicato magisterial.
Obviamente su regreso implicará, antes o después, la defenestración de Juan Díaz de la Torre.
Pudiera ser que estos días transcurridos desde la liberación formal de la maestra chiapaneca hasta ahora hayan sido aprovechados para amarrar acuerdos en términos laborales, así como para dar la oportunidad de que el todavía Presidente vacíe su escritorio y ponga en la correspondiente cajita de cartón sus pertenencias, lance un suspiro y abandone la oficina. Como lo mencionamos en algún comentario previo, de su resistencia dependerá la tersura del escenario que envuelva a esta escena del capítulo.
Por supuesto que Juan Díaz y sus allegados han ejercido a plenitud su derecho de pataleo.
O quizá sea que por obra y milagro de Elba Esther (también sería buen título: “Elba Esther, la milagrosa”, o “Los milagros de Elba Esther”) el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación recobró la movilidad y la memoria; se recuperó de una parálisis cerebral combinada con cuadriplejia de casi seis años, se le restableció el habla, y recordó cuál es la esencia sindical.
De manera que de pronto, como una revelación venida de lo alto, el SNTE se percató de que la Reforma Educativa no conviene, o al menos no convence, a los maestros, y se puso de parte de ellos, dándole la espalda a las autoridades educativas que le habían entregado cientos de millones de pesos para que defendiera a lo largo del sexenio dicha Reforma.
Así que emprendió una campaña mediática, intensa pero tardía, tratando de acercarse a las bases magisteriales. Entrevistas a modo aquí y allá para enfatizar su respaldo a los maestros.
Una de las medidas desesperada más recientes es la de negociar, al margen de la legislación, que la próxima evaluación magisterial sea voluntaria, opcional, y que por supuesto no tenga repercusiones en la permanencia de los sustentantes que pudiesen no obtener la calificación de idoneidad.
Así lo están vendiendo en todas las entidades federativas, en donde las secciones supuestamente están negociando con los Gobiernos de los estados para suprimir el aspecto punitivo. Desde luego que hay una falla de origen, puesto que los mandatarios estatales carecen de facultades para hacer tales condonaciones o adecuaciones, toda vez que la legislación es federal.
Con esto, ponen a los maestros al borde de la ilegalidad, y la SEP sin mayores dificultades puede no aprobar dicho acuerdo, si bien es cierto que el gobernador electo de Veracruz, Cuitláhuac García, afirmó ante sus paisanos maestros que la evaluación de noviembre será opcional porque así lo acordó con el secretario de Educación Pública Federal, Otto Granados Roldán, aunque hasta donde se sabe no hay un pronunciamiento de la Secretaría al respecto.
Ello no cambia el hecho que durante las evaluaciones anteriores el SNTE permaneció postrado, silencioso, sumiso. En complicidad, para resumir.
Y tampoco puede modificar acontecimientos que dan muestra evidente de la subordinación con la que ha actuado frente al autoritarismo e incluso atropellos de los responsables educativos en algunos estados del país, en agravio de los maestros.
Ante tal circunstancia, en todo el territorio nacional se han levantado voces que buscan abrirle paso a Elba Esther Gordillo para reinstalarla en la dirigencia nacional del SNTE. Muchas de esas voces se han agrupado en Maestros por México, A. C., una organización que registra inusitado crecimiento y que pugna por el rescate del SNTE, haciendo campaña desde adentro del propio sindicato, es decir, sin constituir otra agrupación paralela; hoy tiene presencia en unas 150 ciudades del país.
Está claro que no pocos trabajadores de la educación tienen muy presente que la propia Elba Esther Gordillo apoyó la reforma de Felipe Calderón que perjudicó a millares al modificarse drásticamente las condiciones para la jubilación a través del ISSSTE. De esa forma, la jubilación se les aleja cada día más, como si fuese un espejismo.
Al igual que la tibieza, por decir lo menos, demostrada por Díaz de la Torre, también es un hecho indeleble que Elba Esther Gordillo respaldó la reforma calderoniana; esta acción requeriría por lo menos una explicación, si no es que una disculpa. Pudiera ser que haberse opuesto, como se opuso a la Reforma, le hubiera costado también la libertad; pero eso los maestros tienen derecho a saberlo.
Con ese tema pendiente, y algunos otros, de cualquier forma es creciente el número de trabajadores de la educación que no ven con malos ojos el regreso de Elba Esther, de quien afirman que la prisión, aunque fuese de oro, la transformó, la sensibilizó, sin que por ello pierda su olfato y vocación políticos.
Adicionalmente, por ahora no se ve otra opción viable que pueda rescatar la dignidad y los derechos de los maestros, y que sea también un interlocutor válido, legítimo, fuerte, ante la próxima administración federal.
Y es que, a fin de cuentas, Juan Díaz de la Torre y su grupo han sido el remedio que resultó más nocivo que la enfermedad.