El coordinador nacional del Programa de Becas para el Bienestar Benito Juárez, Abraham Vázquez Piceno, aseguró que luego de que se le cerraron las puertas al neoliberalismo y que ahora la riqueza se distribuye entre los que menos tienen, en México ya se estableció el Estado de bienestar, por lo que más de 25 millones de personas son beneficiarias de los programas sociales.
Ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, y durante su participación en la evaluación de Programas para el Bienestar en el municipio de Tamazunchale, el funcionario explicó que 11.4 millones de adultos mayores reciben pensión, y 12 millones de niñas, niños, adolescentes y jóvenes reciben beca educativa para continuar sus estudios.
Detalló que en el caso de Educación Básica, la entrega de becas se prioriza a las familias que más lo necesitan, mientras que, en Educación Media Superior, la beca es universal, ya que ahí se presentaba el mayor nivel de deserción escolar.
Asimismo presumió que el impacto de esas becas se puede apreciar en los bachilleratos, con la recuperación de 244 mil jóvenes que habían dejado de estudiar y que ahora nuevamente retomaron sus estudios en el actual ciclo escolar.
Explicó que otro programa importante es La Escuela es Nuestra (LEN), con el cual se acabaron décadas de olvido a la infraestructura educativa. Informó que a la fecha se han atendido 113 mil planteles de Educación Básica en todo el país.
Del mismo modo refirió que a través de este programa se entrega de manera directa a las madres y padres de familia un presupuesto participativo, quienes en conjunto con las y los alumnos, deciden en qué se invierten para mejorar la infraestructura educativa.
Añadió que para que los 25 millones de beneficiarios de los Programas de Bienestar reciban sus apoyos, es muy importante la participación del Banco del Bienestar, ya que gracias a él los recursos se pueden repartir en todas las localidades del país.
Por último dijo que los Programas de Bienestar del Gobierno de México son para atender a los que menos tienen, a diferencia de los gobiernos neoliberales que distribuían el dinero hacia arriba, en espera de que «goteara hacia abajo».
