Demasiado pronto para hacer un análisis sobre la designación de Emilio Chuayffet al frente de la Secretaría de Educación.
Quizás lo que se podría esbozar es su amplia experiencia política y su probado liderazgo.
Me parece también que tiene un perfil adecuado, sin embargo, no es de lo mejor que hay el País para encabezar tan importante secretaría.
Y es que sexenios van y vienen y la silla de Vasconcelos sigue sin ser ocupada por un académico con los conocimiento duros de los enceres educativos.
Basta una breve mirada a la lista de nombres que forman el gabinete y notaremos que Peña Nieto, en los cargos importantes apostó por la regla, es decir, no se salió del guion y evitó “inmerecidas jaquecas” designando a personas de su confianza –o más bien dicho- de su círculo cercano.
Lo hizo bajo ese esquema burocrático de lealtades políticas como el caso del nuevo titular de la SEP.
En fin, el tiempo marcará la dinámica y los resultados de un Gobierno que aseguró en campaña que “Mexico va a cambiar”.
Aunque con el beneficio de la duda, deseo un buen sexenio educativo. El País ya no merece seguir perdiendo terreno frente a otros que han sabido diseñar políticas educativas eficaces.
Ojalá que Emilio Chuayffet traiga proyecto bajo la manga. De no ser así, el Gobierno seguirá fertilizando la tierra de la ignorancia; por seis años más.