Llama mi atención el artículo escrito por la Presidenta del INEE, Sylvia Schmelkes en El Universal, en donde asegura que para el año 2016, los concursos para plazas docentes serán abiertos a los profesionales en general.
Me parece un razonamiento falto de tino de Sylvia Schmelkes.
Desde mi punto de vista, es una diplomática manera de despreciar la pedagogía, de hacer menos el arte de enseñar.
Si bien me he manifestado en contra de que las convocatorias para plazas docentes se abrían solamente para normalistas y cerraban las puertas para otros profesionales de la educación, aquí sí me parece que toda lógica desparrama.
Y es que el organismo autónomo de la evaluación manda claro mensaje de que no cree en los maestros mexicanos, ni en las instituciones formadoras de pedagogos.
Esa visión de la Maestra Sylvia Schmelkes abona aún más la incertidumbre magisterial y concede razón a los que acusan al magisterio como los culpables del cataclismo educativo.
Porque si la reforma educativa abruma machaconamente con el discurso del maestro como piedra angular, la consejera que encabeza el INEE está haciendo todo lo posible para que el magisterio justifique su resistencia.
Lamento que el INEE equivoque de esa manera el rumbo. La pedagogía y los pedagogos mexicanos necesitan aliados y el organismo de la evaluación empieza a quedarles a deber.