Lucrar, lucrar y lucrar, ese es sin temor a equivocarme, el deporte favorito de la señora Laura Bozzo.
La consentida de Televisa se anota una bajeza más: presentará en su programa el caso del niño Kevin de Jesús Calderón Díaz, alumno de la secundaria “Carlos Pellicer Cámara” del Municipio de Emiliano Zapata, Tabasco, quien fuera golpeado, atado y enjaulado por sus propios compañeros.
Según la propia conductora, jamás de los “jamases” ha usado ninguno de los casos que tarde con tarde y de lunes a viernes, se presentan en su programa; sino no es porque sus “damnificados” protagonistas le piden ayuda.
Es decir, el caso del niño Kevin será expuesto en semejante bazofia gracias a que sus familiares directos clamaron a la bondad y piedad de la peruna experta en montajes asquerosos.
Desde mi punto de vista, reprobable decisión de los padres de Kevin.
Digo, lo que nunca debió pasar, pasó; y su familia seguramente tentada por la farándula barata, puso en bandeja a su propio hijo para que con el morbo que supone ser la victima de un feroz caso de bullying, alimentar el raiting de la empresa que celosamente cobija a la “señorita Laura”.
Tanta miseria solo es posible porque sucede en México, País donde no hay quien frene el caudaloso torrente de programas basura repletos de estiércol, como los que se producen Televisa.
Increíble inmoralidad de la señora Bozzo, así como de los padres de niño Kevin, quien es, lamentablemente; el único “desgraciado”.