El Asesor Técnico Pedagógico en la administración educativa

La figura del Asesor Técnico Pedagógico es fundamental para la administración educativa en México, ya que su trabajo contribuye de manera ...
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«El maestro debe caminar con una legítima rabia, con una justa ira, con una indignación necesaria, buscando transformaciones sociales»

Paulo Freire

Hablar de educación en México es reflexionar de las diversas coyunturas y de las complejas situaciones que afectan el funcionamiento escolar, no sólo en el desempeño académico, sino aquellas que provocan un bajo rendimiento en la práctica docente, ya que en las escuelas se entretejen dinámicas administrativas y académicas entre los supervisores, los asesores técnico pedagógicos, los directivos, los profesores y los estudiantes, debido a que son piezas primordiales en el engrande escolar. Todo ello cuando nos encontramos en una nueva forma de llevar la enseñanza, debido a que la pandemia provocada por el SARS COVD/19, nos dejó la incorporación de nuevas didácticas y otras herramientas tecnológicas de la informática y la comunicación (TICs) para contribuir al logro del aprendizaje en los estudiantes.

Aunque el rezago por el cual atravesamos en educación, es un problema que se debe agendar como tema primordial durante los próximos ciclos escolares, debido a que en los años en los cuales las escuelas estuvieron cerradas, se rompió el dinamismo académico y se burocratizó la enseñanza, puesto que las secretarías de educación, tanto federales como estatales, sólo cuantificaron los resultados de estrategias descontextualizadas, alejadas de la realidad de la infraestructura con las que cuentan las escuelas. Estrategias que nacieron desde el escritorio, sin tomar en cuenta la realidad que los maestros viven frente a los alumnos. 

El rezago educativo es uno de los principales problemas que aqueja a México. A nivel nacional, en 2010, el porcentaje de población de 15 años y más que era analfabeta o no terminó la primaria o secundaria fue de 40.7%. El porcentaje de población no terminó la primaria fue 12.9%, lo que equivale a 10 082 386 personas. En Nuevo León se registra un 28.8% de rezago educativo, lo que equivale a 958 035 individuos que son analfabetas o no terminaron los estudios de primaria o secundaria. Las personas que no terminaron la primaria ascienden a 282 141 (8.5%) (INEGI, 2010, citado en Cárdenas 2017, p. 1).

Por lo anterior, se debe realizar un análisis sobre la importancia que tiene la administración educativa de una forma sintética (ahora que está de moda este término) y también desde la perspectiva analítica, dentro de los centros escolares, ya que el hecho de analizar cada una de las partes de forma separada, nos permitirá  determinar las consecuencias y causas para comprender cómo intervienen ciertos actores en el funcionamiento y en el desarrollo académico, social y sindical entre los niveles educativos. Desde esta premisa, se puede afirmar que dentro del organigrama educativo, nada se encuentra aislado, sino más bien, todo es parte de una misma conexión llamada política educativa. 

Debemos recordar que en los últimos sexenios la educación ha pasado de política de estado a una política electorera, en la cual sólo se busca justificar los desaciertos que hemos tenido en el desarrollo y en el aprendizaje de los estudiantes, ya que países como la India, Singapur o China han avanzado a pasos agigantados. Mientras nosotros seguimos viendo a nuestras escuelas y al magisterio como una política que sólo busca legitimar al gobierno en turno, puesto que; cada cambio de legislación nos sumergimos en un limbo en materia educativa. Con base a lo anterior, los maestros se tienen que adaptar a modelos educativos al vapor, a dinámicas escolares fácticas y carentes de sentido académico y a capacitaciones en donde el eje rector es fingir que todo se encuentra bien. 

Dentro del sistema educativo, el cual se encuentra en una transformación radical, desde las reformas para el ingreso, permanencia, promoción, con la creación del Instituto Nacional para la Evaluación (INEE) en el año 2002, el cual buscaba evaluar a los docentes de una forma punitiva, posteriormente con la creación de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) y sus leyes que pugnan por la revalorización del magisterio,  y ahora, con la entrada en vigor de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), que tiene como eje principal, el aprendizaje a través de la comunidad. Además que el Sindicato Nacional de Trabajadores a la Educación (SNTE), también ha entrado en la sinergia de renovarse a través de elecciones libres, secretas y directas para elegir a sus representantes seccionales. Todos estos factores que se han presentado desde el año 2012 con el Pacto Por México; en el cual las principales fuerzas políticas del país, firmaron en contubernio algunas leyes que buscaban cambiar las políticas del país, entre ellas la educación. 

Es por lo anterior que, dentro de estos cambios, que se han presentado en la última década en el sistema educativo nacional; la administración educativa juega un papel importante, debido a que esta disciplina tiene por objeto de estudio la organización de todos los niveles escolares, tanto nacionales como estatales. 

La administración educativa se ha interesado por investigar diversos aspectos adyacentes a su propio quehacer como la legislación, los actores sociales que conforman el proceso enseñanza aprendizaje, la estructura del sistema educativo nacional, entre otros. Por esta razón, puede dar cuenta de estos en función de su propio objeto de estudio. (Madriz, 2003, p. 13)

Se busca analizar y sobre todo; entender el comportamiento de los principales actores que viven estos cambios, para poder saber cómo afecta la organización estructural a los alumnos, a los docentes, a los directivos, a los supervisores o a los jefes de sector, pero principalmente, a los asesores técnico pedagógicos, figura educativa que ha estado siendo sesgada y marginada dentro del sistema educativo, tanto nacional como estatal, “Cada nivel educativo exige a la organización educativa procesos de administración distintos, en el tanto sus responsabilidades, objetivos y metas son diversos y obedecen a las características propias de cada etapa de formación”. (Madriz, 2003, p.11) los cuales se encuentran en el limbo de lo que manifiesta la Secretaría de Educación Pública (SEP), con lo que se vive realmente en las cientos de supervisiones escolares en todo el país. Es por ello, que la administración educativa, busca dar soluciones a lo que se dicta burocráticamente con lo que es la práctica docente en cada escuela. 

Podemos reflexionar que el ámbito educativo, no debe ser ajeno a la sociedad, sino más bien, es un tema que debemos de ahondar y profundizar desde cualquier artista, ya que invirtiendo adecuadamente en políticas educativas que busquen la mejora de los alumnos bajo cualquier circunstancia, lograremos que paulatinamente exista un mejor nivel social en nuestro país. Por ello, la administración educativa, debe intervenir como la disciplina que ayude a mejorar las relaciones entre lo administrativo y lo académico, ya que se busca mejorar las relaciones entre los niveles educativos, para tratar de combatir el rezago pospandemia como se muestra a continuación: “Destacan el rezago en habilidades previas a la lectoescritura en grupos de primaria y el deterioro de habilidades de redacción en secundaria. Estos resultados son similares a los hallazgos de la investigación cualitativa realizada por Fernández Escárzaga et al. (2020)”. (Cortez, 2023, p. 248)

Desde esta perspectiva, existen alumnos que aún no alcanzan a consolidar la lectoescritura, estudiantes que muestran deficiente manejo del pensamiento lógico matemático, dominio parcial de operaciones aritméticas, además falta de comprensión lectora. Situaciones que antes de la pandemia, no estaban tan arraigadas y tan marcadas en las niñas, niños y adolescentes (NNA) de una misma generación o de diversos grados escolares. 

Para ello, pondremos sobre nuestra reflexión y en congruencia con la administración educativa, la cual:

“…está apegada a una visión simplista, de tipo empresarial, en donde se le da mayor relevancia al factor de la ganancia que al sistema del servicio (…) se pierde el valor pedagógico y se pierde de vista la trascendencia del fin de la institución educativa…” (Martínez, 2012, p. 17)

En este sentido, la educación se muestra como un producto febril, en donde importa más la cantidad, que la calidad, donde dejamos de lado lo que el alumno aprende para poder aplicarlo en su contexto y en su vida diaria, es aquí, donde la educación pierde su orientación académica y formadora de ciudadanos analíticos, reflexivos y competentes, para volverse un instrumento del estado para producir ciudadanos de acuerdo a sus intereses facticos o de políticas externas.  

Con base a lo anterior, vale la pena analizar el comportamiento de los diferentes entes que interactúan en las instituciones educativas, desde las escuelas, supervisiones y las propias secretarias de educación estatales, en donde se gestan los mecanismos administrativos que la mayoría de las veces dan más importancia a estas cuestiones que a lo verdaderamente importa; el aprendizaje de los estudiantes.

Por lo tanto, la función que realizan los Asesores Técnico Pedagógicos, quienes también son parte de la administración educativa y fueron los encargados de mediar las estrategias propuestas por las autoridades y la realidad que se vivía en los contextos escolares, con la intención de apoyar y contribuir en el fortalecimiento de la práctica docente a distancia durante la contingencia sanitaria y los cuales han implementado estrategias para poder ser esos puentes de interacción entre lo administrativo y lo académico, con la intención de fortalecer y contribuir en el desempeño de los maestros frente a grupo, que muchas veces son rebasados por la carga administrativa. 

La figura del ATP, tiene sus orígenes desde varias reformas atrás, para ello nos remitimos Manual de Organización del Departamento de Telesecundaria donde dice lo siguiente: “Asesorar al personal de supervisión, directivo y docente del servicio de telesecundaria en el desarrollo de las actividades técnico pedagógicas y de los programas de trabajo social, orientación y extensión educativa”. (SEP, 1982, p. 45)

El trabajo del ATP no queda allí; con la entrada en vigor de la Nueva Escuela Mexicana, en donde a finales del mes de diciembre del año pasado, se presentó un avance preliminar del programa sintético 2022, por parte de la SEP, esta figura educativa ha estado en una serie de capacitaciones estatales como nacionales (cabe mencionar que muchas de forma efímera y al vapor) para capacitar a las supervisiones y zonas escolares para la aplicación de los nuevos contenidos a implementarse el próximo ciclo, con la intención de que los profesores, quienes son los que se enfrentan y sufren estos cambios tan abruptos en el timón educativo, estén mejor capacitados e informados ante una nula o parcial información por parte de las autoridades educativas. 

 El Asesor Técnico Pedagógico, es una pieza imprescindible en la administración educativa, no sólo a nivel federal, sino también en la estructura de cada secretaría de educación en los estados, ya que es responsable de capacitar académicamente o de apoyar y acompañar a los profesores frente a grupo, en los diversos procesos de enseñanza y aprendizaje, de acuerdo a las metodologías que constantemente se innovan, orienta sobre los procesos pedagógicos en los modelos educativos para dar congruencia entre la práctica frente a grupo y los planes y programas. Busca abatir el rezago que existe en las escuelas que conforman la zona escolar; promoviendo estrategias encaminadas a subsanar las áreas de oportunidad que muchas veces se presentan en la heterogeneidad de los centros escolares que se conforman en las relaciones educativas, ya que busca crear proyectos educativos en donde el aprendizaje de los alumnos con ciertas situaciones, sea atendida por los docentes, de acuerdo a proyectos de enseñanza que buscan abatir el rezago educativo. 

Como leemos, el Asesor Técnico Pedagógico, no es una figura académica reciente, sino que ha transitado de una reforma educativa a otra, con la intención de favorecer y contribuir académicamente en intervenciones focalizadas a escuelas para dar acompañamiento puntual y precisos en las áreas de oportunidad que se detectan durante los ciclos escolares, no con el hecho de sancionar, evidenciar, solapar o castigar, sino más bien, siendo ese enlace entre la realidad educativa frente a grupo y la política educativa que se elabora en las altas esferas burocráticas, esto con la intención de ayudar a los maestros que muchas de las veces no son comprendidos por sus propias autoridades locales inmediatas. 

Es decir, el ATP, como figura académica desde su experiencia, desde su capacitación o autocapacitación (la mayoría de las veces), busca contribuir al fortalecimiento y como el apoyo en la solución de los aspectos académicos que están a sus manos, no con la intención de ser un actor sancionador, sino un mediador y un líder académico que busque generar espacios en donde se solucionen todas esas fracturas académicas o de desempeño que son provocadas por el propio sistema, el contexto en donde se encuentra inmiscuida la escuela o bien, aquellas situaciones extraescolares que son ajenas a las manos de docente frente a grupo, busca a través de la administración escolar, que en los últimos años lo ha lacerado y vilipendiado, busca ser un líder dentro de su contexto educativo. 

“Liderazgo es considerado como el arte o proceso de influir en las demás personas, para que se esfuercen voluntaria y entusiastamente en el cumplimiento de metas grupales. Las metas grupales son los objetivos de los comités en el campo administrativo de una organización”. (Koontz, 1998, p. 108)

Por lo cual el Asesor Técnico Pedagógico es un líder en materia académica, tiene la obligación de ir un paso más adelante que los docentes en cuanto al conocimiento de los nuevos planes de estudio, tiene el liderazgo de estar capacitándose y autocapacitándose para poder asesorar académicamente a sus compañeros, en sus manos se encuentra la obligación de ser ese líder innato que sea capaz de solventar a la medida de sus posibilidades, estas nuevas trasformaciones en los planes educativos, para poder ser esa figura académica que los docentes necesitan para apoyarlos, ayudarlos y acompañarlos en este transitar de reformas.  

El Asesor Técnico Pedagógico más allá de encaminarse por el complejo camino académico, trata de motivar, impulsar y romper esos paradigmas o vicios que quizás, muchas veces se han quedado arraigados, siendo caldo de cultivo para perpetuarse y no romper esa zona de confort, que muchas de las veces es propiciada por lazos que se establecen en las relaciones entre los diferentes actores que se dan entre maestros, directivos, supervisores y que la administración educativa, con su misma burocracia permite o exime constantemente, por ello, el liderazgo y principalmente el académico es difícil de implementar bajo estas premisas. Ya que una de las funciones que tienen deben cumplir como agentes centrales de procesos de cambio y mejora en las escuelas

Asesorar, apoyar y acompañar en aspectos técnico pedagógicos, a docentes y técnico docentes de forma individualizada y colectiva, en colaboración con otros actores educativos, con el fin de coadyuvar, en su ámbito de competencia, a la mejora de la práctica docente y de lo aprendizajes de los alumnos, considerando las características de los docentes y técnico docentes, los contextos socioculturales y lingüísticos en que se ubican las escuelas. (SEP, 2019, p.21)

Apelando a lo antes citado en función de lo que representa el Asesor Técnico Pedagógico, es primordial que exista más apoyo para esta figura, ya que su trabajo no sólo reside en cuestiones administrativas como muchos lo han tratado de hacer pasar durante los ciclos escolares, bajo esquemas de promoción como el compadrazgo o el influyentísimo, los cuales denostaron esta función, haciéndola creer como un espacio creado para allegados sindicales o del supervisor. Sin embargo, como hemos analizado, representa y en él se anquilosan muchas de las prácticas académicas y pedagógicas que transcurren en la administración educativa y con la entrada en vigor de la Ley general para el Servicio Profesional Docente (LGSPD), se fue afianzado académica y administrativamente bajo los esquemas de promoción y de verticalidad, sin embargo, con la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (LGSCMM), esta figura educativa cedió unos cuantos pasos y retoma su aspecto de reconocimiento temporal y no definitiva, con ello pierde la fuerza académica que se buscaba construir en las zonas escolares, ya que al estar o ser sometidos a un periodo de un corto lapso de tiempo, no se pueden consolidar proyectos académicos a largo tiempo, ya que no se les dará el seguimiento oportuno y primordial para lograr los objetivos trazados. 

Con todo lo anterior, se plantea que la administración educativa tanto federal como estatal, tome más en cuenta el trabajo académico que realizan los ATPs, para ello se propone que la función sea definitiva, ya que al estar siendo temporal o por reconocimiento, los proyectos trazados a largo plazo, pierden su sentido académico para fortalecer a los docentes, ya que con ello se burocratiza la práctica de asesoría técnico pedagógica, convirtiéndose en un actor, que sólo busca cumplir con lo que le indica la USICAMM, para poder justificar el pago del incentivo económico. 

Otra de las propuestas que buscan mejorar las condiciones del Asesor Técnico Pedagógico, es mayor capacitaciones de formación, de actualización y de desarrollo; con la intención de que la figura siempre se encuentre en constante innovación académica, con la finalidad de estar al día de los cambios en el devenir educativo, con el objetivo de poder ayudar a los docentes de su zona escolar, ya que es medular como agente de transformación educativa, como capacitador dentro de las escuelas, para que el diálogo académico entre los docentes y sus practica de enseñanza sea acorde a los retos que se viven con el cambio hacia la Nueva Escuela Mexicana, todo ello, con el único fin de contribuir al mejoramiento de los profesores frente a grupo, para poder lograr una enseñanza de calidad para los estudiantes. También se sugiere incentivar económicamente y administrativamente esta función, ya que a pocos docentes les llama la atención el hecho de promocionarse para la asesoría técnico pedagógica, puesto que no ven en ella una categoría vertical que les ayude a superarse y que a la vez contribuya en su zona escolar, debido a que no tiene bien definida las cuestiones en las que incide constantemente, por lo cual muchas veces, se tiene a participar en otras categorías en las cuales sus atribuciones se encuentran bien delimitadas. Mientras no exista una remuneración económica pertinente, oportuna y concreta por parte de la SEP y se siga dejando a los presupuestos económicos de cada estado y, además, no se siga dando legitimidad sindical, jurídica y principalmente administrativa, esta figura tiende a extinguirse, ya que la mayoría de los docentes aspiran a promociones como directivos y supervisores. 

Como conclusión podemos aseverar que aún existen lagunas dentro de la administración educativa, las cuales siguen estando lejos de beneficiar al sistema educativo, ya que se le da más peso a la carga burocrática y administrativa dentro de cada grupo, institución o zona escolar, dejando de lado lo que en verdad importa, el aprendizaje de los alumnos, quienes necesitan docentes concentrados en llevar a cabo una práctica educativa que no los distraiga de lo que en verdad importa, consolidar el aprendizaje de los estudiantes. Es por ello que la administración educativa, debe de centrar todos sus esfuerzos en ser más eficaz y eficiente en el desempeño académico; por lo cual el asesor técnico pedagógico es una figura clave en la administración educativa, tiene la responsabilidad de apoyar a los docentes y directivos en el mejoramiento de la calidad educativa, es el enlace entre las autoridades educativas y las escuelas, y su papel es fundamental para garantizar que se cumplan los objetivos de la política educativa nacional. Dicha figura educativa es especialmente importante en el nivel educativo de Telesecundaria, ya que se trata de una modalidad que requiere de un enfoque pedagógico diferenciado, que considere las particularidades de la población estudiantil y de las zonas rurales y marginadas donde se ubican muchas de estas escuelas.

En resumen, la figura del Asesor Técnico Pedagógico es fundamental para la administración educativa en México, ya que su trabajo contribuye de manera significativa al mejoramiento de la calidad educativa en el país. En este sentido es esencial para la implementación de políticas educativas y para el logro de los objetivos de mejora de la calidad educativa en México. Su labor contribuye a la formación de ciudadanos críticos y comprometidos con su entorno, lo cual es fundamental para el desarrollo social y económico del país.

Finalmente, se concluye que el ATP es un actor clave en la administración educativa actual y su labor es fundamental para lograr una educación de calidad y equitativa que permita a los estudiantes desarrollar al máximo su potencial y contribuir al desarrollo sostenible de la sociedad. Es necesario que se valoren y reconozcan las habilidades, conocimientos y aportes para poder fortalecer su labor y garantizar que cuenten con los recursos y apoyo necesarios para llevar a cabo su trabajo de manera efectiva y eficiente. En definitiva, la labor del Asesor Técnico Pedagógico es de vital importancia para la mejora continua de la calidad educativa y el desarrollo integral de los estudiantes en cada una de las supervisiones y escuelas.


Cárdenas, E. M., & Coronado, M. Z. (2017). Factores intra y extra escolares asociados al rezago educativo en comunidades vulnerables. Alteridad. Revista de Educación, 12(1), 79-91.

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Madriz, F. E. S. (2003). La administración educativa y su fundamentación epistemológica. Revista Educación, 27(1), 9-16.

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Sistema de asesoría y acompañamiento a las escuelas. Lineamientos generales del Sistema de Asesoría y Acompañamiento a las Escuelas en la Educación Básica. SEP (2019)