Durante toda mi vida, he tratado de actuar con congruencia. Es difícil, pero al paso del tiempo, la congruencia te da las mayores satisfacciones de vida.
No jugamos con ventaja, ni apostamos al oportunismo político, ni al silencio para adoptar posturas cómodas. Nosotros no navegamos con bandera de ingenuidad, para no incomodar. Nosotros tenemos identidad, ideología y un proyecto de nación por consolidar.
Algunos compañeros y amigos me han preguntado si estoy a favor o en contra del regreso a clases presenciales.
Lo dije al principio no juego con ventaja ni me amparo en el oportunismo político, yo soy un hombre que toma posiciones, que asume riesgos y responsabilidad. Mi respuesta es: Los niños deben regresar a clases presenciales.
No se debe retrasar más el inicio de este nuevo ciclo escolar. El regreso a clases presenciales no debe ser una bandera política de los neoliberales, que no han pasado por alto, el sufrimiento del pueblo en la pandemia, para lucrar políticamente.
Siempre he pensado que la primera piedra de la justicia social es la educación. Y por eso nuestros niños deben regresar a la escuela ya.
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Deben volver las clases presenciales. Los niños de México deben ejercer su derecho constitucional y humano a la educación.
La dirigencia del SNTE, si actúa con oportunismo político al anunciar el regreso a clases presenciales, cuando han dejado muchas veces solos a los maestros de México.
Entendemos su postura, quieren quedar bien con el presidente. Pero históricamente le han dado la espalda a sus representados, a los trabajadores de la educación.
Otros compañeros afirman que “no hay condiciones” para el regreso a clases y con razón argumentan sobre las necesidades en infraestructura escolar, falta de agua limpia, drenaje.
Son necesidades que hay que subsanar, que durante el período neoliberal se dejó en el abandono a la escuela pública por más de 30 años, y es imposible atender los requerimientos en infraestructura escolar en pocos meses. No es un desafío menor, pero debe ser atendiendo, no solo por el gobierno federal sino también por los gobiernos estatales.
El 6 de octubre del 2020, presenté un punto de acuerdo en el Senado de la República. Con la finalidad de una vez, llegado el momento de regresar a clases, los Secretarios de Educación de los Estados, garantizarán un regreso a clases seguro y con el compromiso que mientras los niños estaban ausentes del aula, se dedicarán a mejorar la infraestructura escolar, dotar de agua limpia y drenaje a todas las escuelas, no permitir la reorientación del recurso destinado a la educación a otros rubros. ¿Se cumplió?
En Michoacán será complicado el regreso a las aulas, porque el problema no solo es el debate sobre el regreso a clases, el problema es que hay salarios atrasados para más de 32 mil maestros, hay prestaciones pendientes, compromisos incumplidos. Se debe garantizar el salario de los maestros estatales, para poder solicitarles regresar a las aulas.
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Mientras el responsable del estado, el gobernador se dedica de tiempo completo a la farándula política. Asumiéndose defensor de la democracia, de la paz, de la libertad, perseguido político, etc. La realidad es que no pudo con los problemas del estado. Silvano Aureoles deja un estado fallido y con pendientes millonarios de pago a los trabajadores del estado.
Una de las prioridades para el gobierno de México es la educación, por eso el siguiente grupo para la vacunación después de los adultos mayores y los trabajadores del sector salud, fueron los maestros.
La vacuna estuvo disponible para todos los maestros, no se vacunaron quienes no quisieron. Pero, el 97% de los maestros ya están vacunados contra la COVID-19. El regreso a las aulas será un proceso consciente, responsable, gradual, pero sobre todo apostando a la voluntad de padres de familia, alumnos y maestros, porque todos estamos en el mismo barco, que es México. Y está generación de estudiantes tiene el derecho de una educación de calidad, todo en la vida tiene sus riesgos, y una vez que se presenten sabremos afrontarlos en unidad, y con nuevos conocimientos adquiridos de la experiencia.
Es necesario el regreso a clases, el aprendizaje se logra en un ambiente de colectividad, en la interacción de los niños con otros niños. La pandemia no debe ser un obstáculo para el proceso educativo, la pandemia debe ser una oportunidad para la construcción de una nueva normalidad.
Pero también la construcción de una nueva convivencia en el aula, de mayor solidaridad, empatía y humanidad, que al final eso es la educación, humanizar. Humanizar después de un inhumano período neoliberal. Humanizar ante el desafío y los retos que impone una pandemia. Por eso, es necesario volver al aula.