No hay cambio sin sueño, como no hay sueño sin esperanza.
Paulo Freire
No es exagerado decir que atravesamos una crisis estructural y multidimensional, no se trata sólo del colapso de un sistema de pensiones; es el derrumbe de la confianza, de la coherencia institucional, de la solidaridad histórica. Vivimos en un sistema que precariza al docente mientras proclama que la educación es el motor del desarrollo. Nos exigen resultados de excelencia, pero nos condenan a condiciones laborales de miseria.
La situación de las pensiones es un reflejo de algo más profundo: la deshumanización progresiva del trabajo educativo. ¿Qué dice de un país el hecho de que sus maestras y maestros trabajen durante décadas, y luego envejezcan en la incertidumbre, sin acceso a medicamentos, sin especialistas, sin garantías mínimas?
Esta realidad no es producto del azar, es resultado de decisiones políticas concretas, de reformas impuestas sin consulta, de leyes aprobadas a espaldas de la base magisterial, de liderazgos que traicionaron su mandato histórico.
Aún más grave que la traición visible es el silencio de quienes pudieron hacer algo y no lo hicieron. El silencio de algunos dirigentes sindicales que priorizaron sus carreras políticas. El silencio de quienes, aún hoy, prefieren mirar hacia otro lado porque ya no les toca, porque ya están dentro, porque no les afecta tanto. Pero ese silencio también educa, y lo hace desde la resignación. Enseña que hay que agachar la cabeza, que no vale la pena luchar, que es mejor adaptarse. Y eso es profundamente peligroso, porque una pedagogía que no cuestiona, termina por perpetuar el orden injusto que dice querer cambiar.
El SNTE, no puede seguir siendo un espacio de representación vacía, operando como un canal de ascenso político, actuando como si los problemas de la base fueran una molestia, y no la razón misma de su existencia. La dirigencia sindical que necesitamos no es la que repite discursos con elegancia, sino la que se arremanga, escucha, pregunta, se duele con la base y se pone al frente sin esperar aplausos. Una dirigencia que entienda que representar no es hablar por los otros, sino hablar con ellos, desde ellos, para ellos.
Y la base, nosotros, también tenemos una responsabilidad ineludible: dejar de esperar que alguien más venga a solucionarlo todo. El SNTE que queremos no nacerá de una elección más; nacerá del involucramiento cotidiano, del debate crítico, del compromiso colectivo.
Como bien señala Marx Arriaga, el discurso de la unidad puede ser una trampa, si no se acompaña de claridad política y ética. Unirse sin saber para qué es un acto vacío. Y peor aún: muchas veces, se ha usado esa palabra como una forma de callar las críticas, de cancelar la pluralidad, de evitar el debate. La unidad verdadera se construye desde la diferencia, desde el conflicto transformador, desde el ejercicio honesto de la autocrítica. No estamos llamados a obedecer; estamos llamados a deliberar, a dialogar, a decidir juntos el rumbo que queremos.
Compañera, compañero si has sentido frustración, si te has cuestionado, si te duele lo que pasa, no estás solo. Y ese sentimiento, lejos de paralizarte, puede ser la chispa de algo mayor. Porque la transformación empieza cuando dejas de aceptar lo inaceptable como normal. La esperanza es lucha, es organización, es acción crítica. Es el acto profundamente humano de decir: esto no puede seguir así, y yo quiero hacer algo para cambiarlo.
Frente a esta realidad debemos decidir qué tipo de educadores queremos ser: ¿Los que enseñan sin preguntar?, ¿los que cumplen sin reclamar? o ¿los que se adaptan al sistema para sobrevivir, o los que lo cuestionan para transformarlo?
Porque educar es un acto político y si no actuamos, estamos enseñando, aunque no lo digamos, que la injusticia es aceptable. Por eso te pregunto, con la humildad del diálogo: ¿Estás educando para perpetuar lo que te oprime, o para liberarte junto a tus compañeras y compañeros? La respuesta, la acción, la esperanza están en tus manos y en nuestras manos juntas, cabe un futuro diferente.
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Arriaga Navarro, M. (2025). Sobre la lucha ideológica: De cómo algunos mitos neoliberales se disfrazan como izquierda. El mito de la unidad.
Bobadilla Marrón, R. (2025). ¿El SNTE que queremos? ¡Está en nuestras manos!
Reflexión publicada en espacios de diálogo magisterial.
Freire, P. (1997). Pedagogía de la autonomía: Saberes necesarios para la práctica educativa. Siglo XXI Editores.
Freire, P. (1992). Pedagogía de la esperanza: Un reencuentro con la pedagogía del oprimido. Siglo XXI Editores.
Freire, P. (1970). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI Editores.