“De Panzazo”, presentado como el documental que “refleja la realidad de la educación en México y pone en evidencia que la sociedad mexicana pasa de panzazo en un sistema excluyente en el que no se logran aprendizajes para la vida” a mi gusto, ha quedado a deber al debate objetivo de altura que merece la situación del sistema educativo nacional.
Valiéndose del impacto que genera la combinación cine-documental, “De Panzazo” muestra un espectro reducido de la educación mexicana. Si bien hay cosas lamentables como el hecho de que el preocupado narrador Carlos Loret no encuentre quien le dé un dato, ¿cuántos maestros hay en México? y que de la SEP lo envíen con Elba Esther, el documental se va perdiendo entre las generalizaciones, falacias de autoridad, denostación, cálculos chuscos de ingresos económicos dependiendo del nivel educativo y mucho mas…
Como era obviarse, en un tema tan delicado y necesitado de debate serio, el documental debía cumplir con la exigencia propia del género: La crudeza de contenido, sin embargo, el trabajo cruzó la delgada linea de la objetividad y dedicó gran parte de sus 80 minutos a poner en evidencia lo que parecer era su principal objetivo preconcebido: el SNTE y los maestros.
Debo aclarar que para nada hago defensa desproporcionada del Sindicato Magisterial y de los maestros. Estoy cierto que tienen su responsabilidad en la construcción de un sistema educativo eficiente, pero no son los únicos que llevan culpa sobre sus espaldas. Entiéndase esto para ser objetivos.
Se debe contextualizar. La situación educativa solo cumple con reflejar al sistema político del País donde los desatinos a través de la historia en que la SEP ha sido moneda de cambio, trueque, coto de poder o como le quieran a bien llamar a ésta práctica desleal cuyo producto es, un monstruo de mil cabezas y muchos pies.
A éste documental además, se le presenta como una denuncia pública, sólo que denuncia lo que quiere. Debió insistir en puntos tales como:
- La aberración del Presidente Felipe Calderón con la Subsecretaría de Educación Básica que fue la sacrificada para pagar una deuda electoral y,
- El control absoluto que tienen las televisoras, especialmente Televisa que también educa, solo que bastante mal, con programación basura y con un papel antidemocrático en las elecciones del País.
Y ni hablar del vacio que no pudieron llenar la aventurera Denise Dresser y Federico Reyes Heroles. Creo ocuparon la silla y el espacio mediático de probados (a) especialistas en materia educativa.
¡Lastima!, los intelectuales de De Panzazo dejaron pasar la brillante oportunidad que les daba la primicia de ser “el primer documental sobre educación que presenta el drama y las esperanzas del sistema educativo nacional de hoy”, porque no nos habló con total verdad. Nos escondió lo que los poderosos no quieren que se sepa. Y su narrador, Calor Loret, lo sabe.
Si me quedo con algo crudo del documental, elijo la escena donde un joven quiere subir una pendiente en su silla de ruedas y, es ignorado por la mayoría de sus congéneres. Esa escena es -sin temor a equivocarme- la factura de no cultivar la escuela madre, esa que enseña los valores: La casa.