Por: Fernando Ruiz*
Nos acercamos ya a la mitad del sexenio y la revalorización docente tiene todavía un largo camino por recorrer para ser una realidad palpable. La promesa de mejorar los salarios de las y los maestros, así como las condiciones laborales en las que se desenvuelven, todavía distan de ser las ideales.
Esta semana se conocerá, como todos los años, el incremento salarial que recibirán docentes de educación básica de todo el país. No se esperan grandes sorpresas ya que los recursos asignados en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para este fin son similares a los de 2019 y 2020, años en que el incremento fue de 3.3% y 3.4% respectivamente.
Desde 2014 no se ha podido rebasar el tope de 3.5% de incremento salarial. Los mayores incrementos se dieron en el periodo comprendido entre de 2006 y 2011, cuando se registraron aumentos al salario base cercanos al 5%. Es importante también considerar las prestaciones porque son incentivos adicionales, pero para los maestros es importante ver reflejado los aumentos en cada quincena.
Aunque en general los salarios de los maestros han crecido de manera importante durante este siglo, no hay que bajar la guardia porque en la actual situación económica existe el riesgo de un incremento inflacionario. Sin embargo, un aspecto que la actual administración no ha podido resolver es la relativa a las condiciones laborales precarias de miles de maestros.
Es paradójico que se hayan aprobado reformas para regular las prácticas de outsourcing que afectan los derechos laborales de los trabajadores cuando el propio gobierno federal viola los derechos de los docentes que contrata para enseñar en las aulas. Es dramático como año tras año miles de maestros y asesores tiene que salir a las calles para exigir el pago de sus salarios.
Es el caso de los adeudos a los maestros de inglés, los retrasos crónicos en el pago de maestros de las escuelas de tiempo completo, de los telebachilleratos comunitarios, del programa de Prepa en Línea o de los Centros de Atención para Estudiantes con Discapacidad.
También hay molestia entre los trabajadores por la implementación del Programa de Promoción Horizontal por Niveles con Incentivos en Educación Básica, que para muchos representa la posibilidad de aumentar sus ingresos. Destacan la lentitud del sistema de registro, el complicado funcionamiento de la plataforma, la falta de respuesta y constante mantenimiento de la página.
De forma similar se han presentado problemas por la lentitud en la operación de la nómina docente que genera constantes problemas por retrasos en pagos, ya sea por desubicación, cambios de zonas o interinatos. Esto último debido a que tal vez el área responsable ha sufrido una reducción del 30% de su personal.
El Presidente despertó enormes expectativas entre las y los maestros. No es suficiente con atender a los docentes de la disidencia sindical para pensar que ya se logró una revalorización del trabajo docente. Es un camino largo y lleno de baches por lo que hay que apurar el paso.
*Es Director de Investigación en Mexicanos Primero
