Recientemente, Mexicanos Primero publicó el Índice de Cumplimiento de la Responsabilidad Educativa (ICRE), una herramienta que mide cómo está la educación en los 32 estados, tomando en cuenta el contexto socioeconómico de cada entidad.
Los hallazgos fueron sorprendentes: todos los estados incumplen con su responsabilidad de garantizar el derecho a aprender. No hay excepción:
- 31 entidades federativas no garantizan que lleguen todos los niños a primero de preescolar (excepto Tabasco).
- 18 entidades federativas no aseguran la formación idónea de los futuros maestros (Campeche, Coahuila, Chiapas, Guerrero, Durango, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala y Yucatán).
- 15 entidades federativas, es decir la mitad, no fomentan la participación activa de las familias en la escuela (Baja California Sur, Chiapas, Coahuila, Durango, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Querétaro, Sonora, Tamaulipas, Tlaxcala y Yucatán).
- 8 estados no garantizan que las escuelas cuenten con un líder escolar de tiempo completo (Chiapas, Guanajuato, Michoacán, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Veracruz y Zacatecas).
- 7 estados no ofrecen espacios recreativos suficientes en las escuelas (Chiapas, Campeche, Guerrero, Jalisco, Quintana Roo, Tabasco y Veracruz).
- 29 entidades no registran acompañamiento de tutoría a sus maestros (excepto Aguascalientes, Campeche y Zacatecas).
- Ninguna entidad cumple con su obligación de atender adecuadamente a niños con necesidades educativas especiales.
Hay estados con alto nivel socioeconómico que salen mal en el ICRE. Merecen mención Querétaro en el lugar 18, Sonora en el 19 y Baja California en el 22. Sorprende que Jalisco se ubique en el lugar 26 y Guanajuato en el 27. Las autoridades de dichos estados no están haciendo suficiente para cumplir el derecho de los niños a una educación de calidad.
Al contrario, hay estados atrasados en indicadores socioeconómicos, como Hidalgo o Tabasco, que se ubican por encima de la media nacional en el ICRE. Esos estados, a pesar de las adversidades, están haciendo un esfuerzo importante para atender de mejor manera a sus escuelas y estudiantes.
A pesar de la compensación que hace el ICRE para favorecer a los desfavorecidos, hay cuatro entidades muy atrasadas en educación: Guerrero ocupa el lugar 28, Michoacán el 30, Oaxaca el 31 y Chiapas el último lugar, el 32.
En esas entidades es donde más urge la reforma educativa. Si ésta no prospera, dichos estados estarán condenados a seguir en el atraso y en la miseria. Estos resultados abogan por que las autoridades sigan en el camino de recuperar la rectoría de la educación que se perdió ante las cúpulas sindicales en esos lugares.
Otro ejemplo: Veracruz, en el lugar 29, muestra los estragos de pésimos gobiernos estatales y del desvío masivo de recursos educativos a fines no educativos. Las cleptocracias no se llevan de la mano con la educación de calidad.
Hay mejores y peores sistemas educativos en México, pero aún no tenemos uno ejemplar.
Tenemos que variar la fórmula y proceder a cambiar, a fondo, nuestro sistema educativo y el de cada entidad de la República. No hay de otra. Si en verdad privilegiamos el derecho de los niños, no sólo de palabra sino en los hechos, tenemos no sólo que seguir adelante con la reforma educativa, sino acelerar el paso. La reforma educativa no es el problema, es la solución. Tenemos que encontrar el modo para, sin violencia, sin afectación de los derechos humanos, con serenidad y cuidado, pero también con firmeza, seguir adelante con la transformación de nuestro sistema educativo.
En el ir y venir de los días, en las declaraciones y los acontecimientos, es fácil perder perspectiva y olvidar a quién y a qué nos debemos los que buscamos una mejor educación. Nos debemos a las niñas y niños y al ideal de un mejor futuro para ellos y para nuestro país. Las cosas empiezan a cambiar, pero se llevará mucha persistencia, serenidad, eficacia y coherencia para cambiar nuestro sistema. No será fácil, pero bien vale la pena el esfuerzo. Si somos exitosos, cambiamos a México para bien. Y estoy seguro de que eso es lo que todos queremos.
—-Fue publicado en FORBES