Caso Gordillo: diseñado para perderse.

La maestra Gordillo no fue a prisión ni por evasión fiscal ni por lavado de dinero ni por delincuencia organizada. Fue a prisión por el motivo ...
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La maestra Gordillo no fue a prisión ni por evasión fiscal ni por lavado de dinero ni por delincuencia organizada. Fue a prisión por el motivo político de oponerse a la vinculación de la evaluación docente y la permanencia en el empleo en la reforma educativa. Los integrantes del actual CEN del SNTE se quedaron a cargo de lo que ahora lamentablemente es un changarro precisamente por la actitud contraria: por aceptar la vinculación entre evaluación y permanencia. Que no digan ahora que “ratifican” no sé cuál lucha. Es falso.

Sorprende que haya analistas que se indignan porque consideran que la PGR perdió un caso penal y quedó en el ridículo. No es así. De lo que se trataba era de dejar fuera de circulación política a Elba Esther durante todo el sexenio mientras la reforma educativa se estabilizaba políticamente una vez que había sido instalada en el nivel constitucional. Se anunció la reforma el día 25 de febrero y la maestra fue detenida el día 26, mismo día en que la reforma se promulgó en el Diario Oficial.

Contaban los enemigos de Gordillo con un triunfo del PRI en 2018 y entonces todo sería pan (PAN) comido para el candidato presidencial Aurelio Nuño y para la reforma. A lo más se esperaba, in extremis, un triunfo del panismo. En este último escenario perdería Nuño pero no se perdería la reforma. Algo (todo) le salió mal al PRI, partido que, viendo venir el desastre, modificó en agosto de 2017 sus estatutos, ya no para lanzar a Nuño sino a Meade en los últimos días de noviembre. Si vemos en retrospectiva, el plazo entre agosto (reforma partidista) y noviembre de 2017 (destape) es tardío dentro del sexenio, y es tardío porque fue una recomposición de última hora.

Nuño llegó a la titularidad de la SEP a presumir la reforma estrella, la educativa, y a fortalecer su candidatura presidencial en dos años: desde agosto de 2015 en que tomó posesión y hasta fines de 2017, fecha del destape. Esto exigía un camino aplanado eliminando al obstáculo más firme: Gordillo Morales. La razón: Nuño sería presentado al electorado como el artífice de la reforma reina del sexenio, la educativa, a la postre fúnebre tumba del sexenio y de su soberbia.

Para consumar el plan se les ocurrió acusarla de algo que en el derecho mexicano no se castiga: gastarse en asuntos personales el dinero de las cuotas sindicales. Desde el principio sabían los truchimanes del sistema político mexicano cuál era el juego y que sería una verdadera sorpresa que algún juez, aún por consigna, dictara sentencia condenatoria. Así, la PGR no pudo “perder” un caso que de por sí estaba destinado a perderse. Lo más que podía la autoridad era alargar el juicio, enredándolo, y vaya que lo hicieron enredado: cinco años y medio para descubrir que no hay elementos.

A principios de noviembre de 2017 el CEN del SNTE convocó a elecciones nacionales anticipadas cuando ellas deberían efectuarse un año después, en octubre de 2018, fin del sexenio sindical que se inauguró en octubre de 2012. Convocó el SNTE a elecciones adelantadas porque se avecinaban dos terrores en el horizonte: uno, la posible salida de Gordillo a prisión domiciliaria (efectivamente ocurrió cuarenta días después, a mediados de diciembre de 2017); el otro, la seria posibilidad de un triunfo de López Obrador. Los dos helados terrores se le cumplieron.

En el mismo noviembre de 2017 en que se lanzó anticipadamente la convocatoria a elecciones del SNTE, el Panal se alejó del PAN y del PRD con quien buscaba aliarse y se alineó con el PRI y el Verde para las elecciones. En noviembre de 2017, cuando el destape, Meade ya estaba derrotado. Recordemos que en este espacio le dimos puntual seguimiento a las encuestas. En noviembre de 2017 Amlo le llevaba a Anaya 11.6 puntos de ventaja y en diciembre la ventaja había aumentado a 12.5 y seguía creciendo; López Obrador terminó ganando con una ventaja de más de 30 puntos porcentuales. Meade siempre fue tercero.

El caso Gordillo fue diseñado para perderse y se perdió como estaba previsto. La PGR no fue derrotada, trabajó hasta el extremo lo que se le encomendó. Sólo hubo el error de la fecha para el desenlace que estaba previsto para el sexenio siguiente (que habría sido el sexenio de Nuño y en el peor de los casos del PAN) pero que se anticipó al reciente ocho de agosto con un gobierno electo no previsto en el diagrama de flujo en enero y febrero de 2013, un gobierno de un partido que entonces ni siquiera existía, Morena, nacido en julio de 2014.

A todos los opositores a la reforma educativa nos tocó una parte de las represalias salidas del PRI como gobierno establecido y de las dirigencias (nacional y seccionales) del SNTE como representaciones sindicales mediatizadas y cómplices. Unos perdieron la libertad, otros perdimos el empleo, y -desde la posición de la CNTE- algunos perdieron la vida al oponerse a los designios del gobierno que ya se va.

El día veinte de agosto la maestra Elba Esther Gordillo dio un mensaje. Suscribo y firmo dos párrafos: “Lamento que quienes debían defendernos no lo hicieron y nos traicionaron”. Suscribo también el siguiente: “El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación ha vivido una larga y compleja historia, pero nunca, nunca antes se había enfrentado a la autodestrucción como resultad de la abyección”.

Firmado.

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