En 2019, al derogarse la Ley del Servicio Profesional docente, se creó la Ley para la carrera de las Maestras y Maestros en sustitución, con ella nació la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM), que en términos simples y llanos hace exactamente las mismas funciones operativas del extinto SPD.
La diferencia estriba en que el esquema de evaluación implementado por la USICAMM, no pone en riesgo el trabajo de ninguna figura educativa, salvo por esta diferencia, las evaluaciones se han llevado a cabo desde entonces, eso sí, con un aparato burocrático que hay que decirlo, ha sacado de sus casillas a infinidad de maestras y maestros que han querido evaluarse, pero que, con el exceso de documentación y los tropiezos operativos en las entidades federativas, ha hecho que un sector no menor de maestros, sientan una frustración por la dificultad de los procesos.
Sin embargo, bien valdría la pena hacer una revisión del total de evaluados desde el primer proceso de 2021 al proceso que va en tránsito, 2024. Creo sin temor a equivocarme, que en la mayoría de las entidades federativas hay un numero cada vez mayor de docentes interesados en participar en los procesos; me parece que sería un error desaparecerlo sin antes analizar bien cuales han sido sus errores, pero sobre todo sus aciertos.
Creo que este último proceso 2025-2026, brinda un área de oportunidad para que, en su etapa de despedida la USICAMM funcione remendando sus errores. Podrían por ejemplo dotar de mayores recursos a los estados para fortalecer este último proceso, destinando mayores recursos para los incentivos y sobre todo que se generen estrategias de acercamiento y ayuda para el segmento de maestros a los que la burocratización les ha complicado la existencia generando frustración profesional.
De manera simultánea se debe poner a tono al MEJOREDU, me parece que la finalidad de este último debe estar enfocada a crear (cursos, capacitación, actualización) y todo tipo de insumos que sirvan de acervo bibliográfico para cada docente, hoy que también está propuesto a desaparecer, o más bien a que sus funciones pasen a cargo de un área de la SEP, se debería pensar en que este organismo oriente sus esfuerzos a tratar de concretizar los elementos teóricos de la Nueva Escuela Mexicana, el Modelo Educativo actual y la Instrumentación de los Nuevos Libros de Texto.
Estoy convencido de que indistintamente de ir pensando en una nueva reforma educativa, lo que necesitamos en el magisterio, aprovechando la coyuntura de desaparición de la USICAMM es que se atrevan en este último proceso a:
- Mejorar las estrategias de capacitación en los temas descritos en el párrafo anterior y que existan capacitaciones hibridas, tanto virtuales como presenciales.
- Destinar recursos para que un número mayor de maestros puedan obtener el incentivo de la promoción horizontal.
- Implementar una estrategia de comunicación y acompañamiento de los procesos (Ingreso, promoción, reconocimiento) en las entidades federativas.
Creo antes de pedir la última e irse, la USICAMM debe intentar conectar y comunicar lo que ha hecho en estos 6 años de existencia, porque en el fondo, a pesar de que los procesos de evaluación han marcado un antes y un después, también es cierto que han metido a todo el magisterio en una carrera demencial y meritocrática que ha dejado al margen a muchos que quisieron, pero no pudieron participar en sus procesos. Creo que podrían intentarlo, pedir la última (etapa) y de una vez la cuenta.