Sillas y sillones: invasión de funciones en educación

Los dirigentes sindicales aspiran a eternizarse en el puesto, casi siempre mediante argucias legaloides...
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Imprescindibles muebles, la silla y su padre el sillón tienen un cierto encanto, y hasta algo de magia y otro tanto de maleficio. Y sin duda también tienen un particular protagonismo en la Historia y en las historias familiares. Ni qué decir de los tronos.

Los sillones son símbolo de autoridad, de poder, por antonomasia, sobre todo en nuestro país.

Es de sobra conocida la fotografía en la cual Francisco Villa aparece sentado en “La Silla del Águila”, con Zapata a su izquierda, tras declinar el honor, luego de que los ejércitos del Norte y del Sur se unieron contra los Constitucionalistas–. Se cuenta que Eufemio, hermano del Caudillo del Sur, quería quemar esa silla por considerar que quienes ponen en ella sus posaderas y sus esperanzas se vuelven malvados y se llenan de ruindad.

En la literatura, es divertido el cuento de Cortazar, “Propiedades de un sillón”, que narra la presencia en una casa de un misterioso sillón sobre el cual colocan casi obligadamente a las personas viejas, y cuando éstas se sientan, mueren.

Hay sillas en las que muchos no quieren sentarse, en primer lugar la silla eléctrica, y otras –como la del Instituto de Educación de Aguascalientes y la de la Sección 1 del SNTE– que generan trastornos y algunos síndromes.

Uno de reciente aparición pudiera llamarse “trastorno conductual de disociación funcional”.

Consiste en que Lorena Martínez –que firma como Directora del Instituto de Educación de Aguascalientes– realiza las funciones de Ramón Alvizo –cuyo mandato legalmente ya expiró hace dos meses pero sigue firmando como secretario general de la Sección 1.

Aseguran que ella, a través de titulares de SISAAE, convoca a eventos estrictamente sindicales, llama a la “unidad sindical” y se afana en “dar línea”, en tanto Alvizo pretende hacer y deshacer a sus anchas cual si fuese director del IEA, diciendo controlar las áreas de Administración, Finanzas, Planeación, Educación Básica…

El resultado es que tanto en la Sección 1 como en el IEA hay efervescencia y desorden, y se han creado muchas ínsulas de poder en un lado y divisionismo en otro, pues los que andan en tareas ajenas descuidan las propias. El SNTE como sea, pero la Educación sí nos atañe a todos.

El síndrome que Lorena y Alvizo padecen los lleva a pregonar que las decisiones que toman y las acciones que realizan fuera del marco de sus atribuciones, y que incluso tocan terrenos de la ilegalidad, “son por instrucciones de la Gobernadora Tere Jiménez”.

Lo anterior pese a que la titular del Ejecutivo de Aguascalientes se ha mostrado respetuosa y cercana con el magisterio, y por su parte Alfonso Cepeda ha demostrado su celo por la autonomía sindical, como ocurrió recientemente en tierras nayaritas.

“En Nayarit triunfó la voluntad de los trabajadores de la educación contra la ilegalidad del gobierno estatal”, proclamó el CEN del SNTE, que le cerró el paso al gobernador Miguel Ángel Navarro, a quien señaló de intentar meter las manos en el proceso de renovación en las secciones 20 y 49.

SÓLO EN MÉXICO

Los dirigentes sindicales aspiran a eternizarse en el puesto, casi siempre mediante argucias legaloides, capitalizando vacíos en la ley. Algunos lo consiguen, aprovechando también la apatía de sus “representados” y entregando a éstos como moneda de cambio a la parte patronal.

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