No preciso el momento exacto en que la situación se empezó a salir de control, ni cuándo la incertidumbre contaminó todo a su paso. No puedo discernir los alcances de esta amenaza llamada libertinaje, sin imaginar lo grave del caos diario.
Cómo pues podría encontrar una explicación razonable ante la magnitud del desinterés educativo en todos los niveles de educación básica; si no atino a tener cordura ante la impunidad consentida por los Derechos Humanos.
Me refiero más apropiadamente a la manera en que cada día los maestros y maestras frente a grupo desempeñan su labor; sin respaldos legales, sin apoyo moral, sin la consideración de los padres de familia.
Más por el contrario se está laborando en la incertidumbre, en la zozobra, en la angustia que provoca la actual inestabilidad laboral.
Muchísimos docentes de todo el país que han decidido hacer un verdadero compromiso con su profesión ven infructuosos esfuerzos ante la descomposición social, la degradación de los valores humanos básicos; ante la falta de aprecio de sus alumnos de manera cotidiana.
Y es demasiado lamentable y llena de impotencia (frustración), ser los únicos señalados como los responsables de la debacle educativa. En efecto los profesores son la columna vertebral del sistema educativo, si pero no es posible echar a andar el cuerpo si los demás aparatos y órganos vitales no cumplen con su respectiva función.
Cada día de labor que transcurre no se disfruta, no se siente grato aún para aquellos compañeros que con todo el amor del mundo preparan sus clases, leen, investigan, diversifican sus metodologías didácticas; porque además el medio ambiente social de desarrollo educativo está viciado, lleno de incongruencias, plagado de paliativos, remendado.
Por más esfuerzos que el docente haga será insuficiente que sus logros reflejen su verdadera intención.
El camino se ha hecho más espinoso, lleno de baches, topes, maleza, cizaña, reduciéndolo a una brecha donde a la orilla acechan animales depredadores de todo tipo.
Y así seguirá hasta que exista en la ley y en la práctica diaria real verdaderas responsabilidades no solo del maestro frente a grupo sino de la autoridad educativa en todos sus niveles, responsabilidades serias de los tutores y/o o padres de familia (con consecuencias jurídicas…etc.) y más necesariamente un apartado específico sobre disciplina y responsabilidades específicas de los alumnos.
Si la educación es tarea de todos…También debe ser responsabilidad de todos.
