Durante las últimas horas lo que por poco tiempo queda aún en pie del Comité Nacional del SNTE ha hecho circular una fotografía donde en primer plano Alfonso Cepeda Salas, líder nacional formal, muestra un documento donde le dan toma de nota y se validan los acuerdos del 22 de noviembre donde salió de su cargo nacional Juan Díaz de la Torre. La pregunta es muy simple: Ok. Ahí están la foto y el documento, ¿y?
Va de nuevo: los temas que son las dirigencias de los sindicatos más importantes del país no son temas de tribunales, son temas políticos a cargo de la operación institucional del Estado. Alfonso Cepeda Salas muestra un documento validado por un tribunal mexicano pero que nada significa en la práctica. Logra generar sonrisas. Recordemos lo que ocurrió recientemente con Juan Díaz de la Torre. Con un documento similar bajo el brazo fue defenestrado por el nuevo gobierno federal con sólo mover un meñique. Fue ‘lanzado por la ventana’. Con otro papel idéntico en el bolso, fechado en octubre de 2012, fue apresada la maestra Gordillo por motivos políticos. ¿Qué quiere entonces demostrar Cepeda?
Las circunstancias políticas de Cepeda en noviembre de 2018 se parecen, curiosamente, a las de Juan Díaz en febrero de 2013. Ambos llegan al cargo en un Consejo Nacional. Díaz en el número 36 de Guadalajara y Cepeda en el número 47 de la CdMx. Díaz fue echado por la borda teniendo en el bolsillo interior del saco su toma de nota del Consejo 47 de 2013 y del Congreso séptimo de febrero de 2018. Con sus dos documentos fue despedido. Las tomas de nota no sirven para resolver estos casos. Por eso las sonrisas generadas por la foto que ya circula en redes pretendiendo dar validez jurídica a lo que no se valida jurídicamente.
Veamos otro punto. Docentes interesados en el relevo de Cepeda Salas afirman que las elecciones universales y directas que lo releven (ya no será un congreso con delegados) se harán en enero de 2019. Nos parece que la afirmación no tiene sentido, no tiene pies ni cabeza; es falso. Armar las elecciones del SNTE con mucho más que millón y medio de profesores electores requiere muchísimo más tiempo que enero de 2019 que está a la vuelta de la esquina. El estatuto del SNTE exige que la convocatoria (de un congreso) de publique con tres meses de anticipación. Considero que el plazo será homologable a las elecciones que se harán con voto universal. Incluso Juan Díaz y Alfonso Cepeda respetaron esta parte del estatuto cuando en noviembre de 2017 convocaron para febrero de 2018. Incluso ellos respetaron esta parte.
Este trabajo electoral del SNTE requerirá tres meses (o más) de anticipación para que se lance la convocatoria. Se requiere afinar detalles entre las tres partes (CEN del SNTE, Maestros por México, CNTE) para resolver algo principal, de primer orden: el padrón. El SNTE no tiene un padrón actualizado. El columnista Loret de Mola afirma (cfr. Amlo, mediador entre Elba Esther y su rival) en nota del 5 de diciembre, que un padrón utilizable sería uno del Inegi. ¿Del Inegi? No tenía el dato de algo así. ¿No habrá querido decir el Fone? Sea como sea el SNTE recibiría su padrón electoral de un ente externo porque por andar cuidando las playas, los popotes y la vaquita marina, y vigilando que los docentes entráramos a la evaluación docente, no tiene un padrón para entrar a elecciones con voto universal. No hay.
Otro tema es cómo identificarse en la urna. ¿Credencial de la SEP para demostrar la relación laboral, o credencial del SNTE porque es una actividad sindical? ¿Quién pagará las urnas y cuántas serán, colocadas dónde? ¿Cómo resolver los casos de docentes con más de una plaza y que trabajan en distintas zonas, distintos municipios y sectores, distintos niveles? Un profesor así deberá decidir dónde votar una sola vez. ¿Quién tomará nota? Las respuestas a todos estos cuestionamientos no son rápidas. Hay incluso el agravante de que nunca se ha hecho una prueba piloto con voto universal directo en una sección sindical pequeña. Ya bajo Cepeda Salas se realizaron últimamente los congreso de Colima y Nayarit y se negó el voto universal directo, a como se niega para Sonora a principios de 2019.
No tengo duda que el árbitro para resolver estas dudas será Zoé Robledo (n. 1979), subsecretario de la Segob de Amlo. Creo que no fue gratuita su presencia cuando Amlo se reunió con el SNTE el lunes 26 de noviembre. Concluyamos. ¿Qué decirle a Cepeda en cuanto al documento que exhibe, validado por un tribunal pero que nada significa en política? Una frase sencilla: Remember Juan Díaz.