De Panzazo, el documental de Televisa-Mexicanos Primero regresa a la pantalla del canal de las estrellas.
Regresa en el momento exacto, donde el jaloneo producto de las pasiones derivadas de la Reforma Educativa se encuentran en su máxima expresión.
El documental elogiado por muchos, criticado por otros tantos, parece ser el arma mediática de esa dupla farsante. Ellos se esmeran diligentemente para con sigilo, presentarse como los portadores de la verdad absoluta y los gendarmes de los valores inmaculados, aunque en el fondo sean unos trogloditas silenciosos.
Sin duda Televisa puede hacer (y lo hace) con su pantalla lo que le venga en gana. Sabe como sugestionar televidentes, incluso inducir tendencias electorales.
Con admirable creatividad, pule sus estrategias operativas cada sexenio para no dejar huellas de su mano cuando mece la cuna.
Es pocas letras, Televisa es un ente bastante inmoral.
En ese sentido, es fácil deducir de qué esta hecho Mexicanos Primero. Una organización fría y autoproclamada ciudadana que enarbola la bandera de la educación pública, pero que en automático se descalifica por el simple hecho de recibir el patrocinio de la televisora.
Es que nada ni nadie recibiría tantas prerrogativas y bondades del canal estelar de Emilio Azcárraga (o viceversa por los derechos de transmisión) sino fuera a cambio de unos miles de pesos (o dólares según sea el caso).
Entre ellos no existe dolo porque el documental De Panzazo (insisto) es la carta fuerte contra los enemigos de la escuela pública y, porque es un producto 100 % hecho por Televisa-Mexicanos Primero.